Father John Misty nos ha dejado perplejos por la calidad lírica e instrumental que habita en I Love You Honeybear, su segundo disco de estudio.
Un álbum sublime a la hora de destacar los arreglos de cuerdas, trompetas y un sinfín de instrumentos que funcionan como un círculo adictivo del cual simplemente es difícil escapar.
Las letras corren por parte del mismo Joshua Tillman inspirado por el amor hacia su esposa, la fotógrafa Emma Tillman. Pero este disco va más allá, cada composición toca temas más profundos que el amor; su pasado religioso y la devoción que sintió por Dios (tan así que consideró convertirse en pastor) marcan al sucesor de Fear Fun (2012).
Joshua fue criado en un ambiente absolutamente religioso, rodeado de evangélicos empedernidos que no veían nada más fuera del vaso. Sin ir más lejos, su disco de cabecera durante muchos años fue Slow Train Coming de Bob Dylan, algo que da todo un contexto emocional y espiritual al ex batería de Fleet Foxes.
Ese gran factor que es la religión marca un precedente a la hora de entender y vivir I Love You Honeybear. Es un disco exquisito; de esos que terminan y se vuelven a escuchar una y otra vez, y en el que se agradece que el sensacional Jonathan Wilson, un hombre que venera al maravilloso Roy Harper, las haya hecho de productor. El pulso de ese hombre para la edición y mezcla de sonido es envidiable, siendo poseedor de ese talento que le permite visualizar trompetas, violines y sintetizadores en una misma canción, haciéndolas cuadrar de manera tan sutil y poco perceptible que el toque mágico de la voz de Father John logra ser un golpe en la cara que se está dispuesto a recibir en más de una ocasión.
I Love You Honeybear alberga un magnífico estilo rock, similar al de la mejor época de Fairport Corporation y más comercial a lo realizado por Cat Stevens y Simond and Garfunkel, que interactúan de manera perfecta con la totalidad de melodías y liricas; el timing de “When You’re Smiling And Astride Me” bien lo demuestra, así como también la maravillosa “Strange Encounter”.
“Nothing Good Ever Happens At The Goddamn Thirsty Crow” y sus cambios no se quedan atrás al igual que la perspicaz e irreverente “Born In The USA”, tema que puede sonar como toda una broma al pueblo norteamericano pero que en ningún caso lo es.
Su segundo álbum lanzado bajo el seudónimo de Father John Misty tiene a lo menos 7 cortes poderosos, sin fisuras, realmente complejos y simples al mismo tiempo; una frase cliché pero que en esta ocasión se ajusta de manera perfecta al resultado. Un trabajo redondo por parte de Tillman, Jonathan Wilson y la genial banda de músicos que los acompañaron, y que sin duda deja con enormes ganas de un tercer disco.