Guardando las dudas, los presentimientos y los pensamientos pesimistas por parte del público, que pidió información hasta el último segundo, por parte de quien escribe, y por sobre todo por parte de Fauna (quienes transmitían sus dudas incluso a través de una pantalla y respuestas de dos líneas en Instagram), se realizó el festival que celebraría la primera década de esta productora que, se debe reconocer, nos ha brindado la presencia de una cantidad no menor de artistas que en cualquier otra circunstancia nunca habrían pisado este país; porque hay que convenir y solo como un ejemplo, ¿The 2 Bears en Chile? ¿una banda proyecto de uno de los integrantes de Hot Chip? (a la cual deberían echar un vistazo por lo demás) solo Fauna tomaría esa una bala como esa.
Actualmente la contingencia en nuestro país no da precisamente para celebrar nada, la consigna que nos representa como medio claramente está en poner la atención en lo realmente importante, en las demandas sociales, en las manifestaciones del pueblo en todas sus formas, en que aún no se logra nada, y que hay que seguir en esta lucha hasta que se nos escuche como se hizo hace 30 años. Aun así, y ante todo pronóstico que se pudiera tener, la productora decidió que este evento se realizaría de todas maneras, considerando desde un principio que el juzgar de todos sería la tónica, que el evento se llevaría a cabo en un parque público, en las faldas de un cerro capitalino, sin refuerzos de seguridad asegurada y que colinda con vecinos que claramente no estarían de humor para ver a un grupo de privilegiados viendo a bandas extranjeras mientras en Chile se mata, se tortura y se violan los Derechos Humanos. Igualmente, no dejo de dar cabida a que, por agenda de los artistas y la gestión ya hecha, el evento debía hacerse el día acordado o no realizarse, y también sus ganas de dar de vuelta a la sociedad con este evento donando un porcentaje de los ingresos a la Cruz Roja y realizando un evento familiar en el mismo Mahuidahue (que está programado para diciembre), esto desde la perspectiva de la industria se entiende completamente, desde la social, no logra entrar en la cabeza de muchos hasta hoy.
Chile despertó
En un día donde las temperaturas superaron los treinta grados por horas y la sombra escaseó por lo menos hasta las cinco de la tarde, Fauna 10 años se realizaba con un retraso de 40 minutos desde el principio. Francisco Victoria, artista nacional que estaba programado a presentarse a las trece y treinta de la tarde, termina apareciendo en escena pasado las catorce y diez, y que a pesar de su interesante propuesta y calidad musical, se ve mermado en que era casi imposible mantenerse cerca del escenario debido al calor intenso que marcó la jornada. Avanzando ya en la tarde, el show impecable de Little Simz daba un dejo de salvación al ambiente, con una energía transversal que pocas veces se ven en un concierto de una hora, mostrando sin ningún tapujo que de lo que está hecha y todo lo que tiene para ofrecer en el futuro, dando paso luego a una sección más relajada y disfrutable de día, donde Khruangbin y BADBADNOTGOOD mostraban su repertorio. Ambos en su primera vez presentándose en suelo chileno.
Cabe destacar que todos los artistas compartieron palabras de apoyo y reflexión hacia la situación actual que nos acontece, y que los “el que no salta es paco” y “Chile despertó” fueron recurrentes y firmemente compartidos durante todo el día.
Ya entrada la noche, el show de vuelta de The Whitest Boy Alive fue, por lejos, lo mejor de la jornada, el público simplemente solo tuvo palabras de elogio y gritos de emoción para la primera presentación de esta banda en siete años, donde solo se escucharon temas de sus dos discos de estudio, y un cover de “Show Me Love” de Robin S que agregó un momento para bailar y disfrutar del gran ambiente que se formó. Entre danzas estrepitosas, cacerolas, éxitos y un hombre encima de un teclado, los europeos dieron un espectáculo para recordar, y Erlend Øye solo confirma su status como un gran frontman, un hombre que es capaz de entretener a cualquier audiencia.
En el momento en que estos artistas terminan el show, ciertamente se nota que este espacio se había convertido en uno de distensión para todo lo que se vive actualmente, pero al siguiente segundo todo cambió en 180°. El mismo Øye anunciaba que luego de su presentación venía el plato fuerte, los ingleses Hot Chip, donde una gran cantidad de los asistentes solo esperaba poder presenciar sus grandes éxitos, pero de un momento a otro se le informa a la audiencia por un altoparlante que deben abandonar el recinto por razones de seguridad, sin anestesia, y sin una razón concreta, pero más importante, con los últimos artistas detrás del escenario apunto de salir. Nos cerraron la puerta en la cara sin ninguna consideración, y a pesar que estaba dentro de las posibilidades, información por parte de Fauna para todos los asistentes era la mínima, y no se cumplió hasta ya pasadas horas de la cancelación del último tramo.
Quien escribe, luego de pedir explicaciones por la repentina situación, tuvo la posibilidad de conversar con un representante de la productora, donde solo se dijo que habían barricadas en el lugar, que todo era por seguridad, que la gente del parque habían reclamado y también los vecinos y que por lo tanto prefirieron terminarlo todo, incluso en un momento escuché que querían sacar a Hot Chip a dar la cara de la situación por ellos, lo que para mi fue solo el filo del abismo.
Sonó como un discurso tranquilizador si lo vemos por encima, pero soy solo una persona, había por lo menos quinientas más en el parque Mahuidahue que no tenían idea de por que estaban siendo desalojados y que caminaban dentro de la más pura confusión hacia sus casas. Me parece, por decirlo menos, inaceptable que Erlend Øye, un artista del festival, tenga que salir y explicar a todos lo que pasa a pura voz, a calmar los ánimos por más de media hora mientras los demás trataban de descifrar qué hacer, él fue quien se quedó con la gente hasta que muchos tomaron el bus de acercamiento, no el staff de “seguridad” que tenían contratado. La falta de información y comunicación se transformó en el sello de Fauna, y solo por su falta de gestión, el 9 de noviembre pudo ser una redención para todos los prejuicios que rodeaban a este aniversario, pero el recuerdo más latente que quedaron fueron los problemas.
Hasta el día de hoy, la productora solo dió como comunicado algo similar a lo anteriormente explicado, apelando a disturbios ajenos al evento entre vecinos (una barricada, apagada antes de que todos salieran), por recomendación de las autoridades del parque, y publicando un tweet de Hot Chip disculpándose por no poder presentarse y sin entender en ese momento lo que pasaba (información que se les proporcionó, por parte de los asistentes en redes sociales), y sin tener aún claro una compensación real para quienes asistieron al evento, una re agendación real de los ingleses o una disculpa sincera por el tiempo perdido, la incertidumbre y el mal rato en general, solo para dar paso días después en sus redes sociales a fotos del evento. Se agradece el esfuerzo, se agradece la selección de artistas, se agradece la motivación, lo que no se agradece es tirar las malas noticias y desaparecer hasta la resignación.