Hoy en día estamos en tiempos en donde los medios de comunicación se encargan de moldear la opinión de las personas, en donde no nos detenemos ni por un minuto a enjuiciarnos si lo que nos están diciendo tiene validez o importancia alguna en nuestras vidas, en nuestra forma de pensar o en nuestros gustos. Algo así pasa en la música, cuántos son los artistas que han sido comparados por la prensa “especializada” y, de una u otra forma, el camino se les hizo difícil – Stone Temple Pilots, por ejemplo, se les trato de los imitadores de Pearl Jam y estaban muy alejados de serlo –.
Este también es el caso de Greta Van Fleet, ya conocido por la excesiva comparación a Led Zeppelin. Pero querida, querido lector, en este caso puede que las críticas sean verdad… o puede que no ¿qué nos puede dar la maldita respuesta a tantas críticas infundadas desde el cómodo sillón de nuestro living? La respuesta es la experiencia. La primera experiencia que nos llega de los formados en Michigan son sus discos, pero acá no acaba la búsqueda, la verdadera forma de sentir la música es en vivo, es ahí donde se ejecuta el juicio final, y claro, tú eres el juez.
Lollapalooza fue la habitación que encerró a jueces y a acusados, el primer argumento a favor de estos últimos fue The Cold Wind y después Safari Song, Black Smoke Rising y Flower Power, y en un abrir y cerrar de ojos la liberación fue absoluta; las canciones en movimiento, la reconstrucción del viejo blues, el hard rock y el super aullido del Josh Kiszka fueron el ejército de paz que nublaron los putos juicios de cualquiera.
Un respetuoso cover a Labi Siffre con Watch Me se hizo de antesala a una majestuosa presentación de Black Flag Exposition, y acá quedo más que claro la sangre que tiene la familia Kiszka junto al bajista Danny Wagner. La banda se presenta en escena con un relajo y una confianza que contagia, transmiten emociones no solo con la música, sino que con el lenguaje que escapa de las melodías y las palabras. Con sus propios clásicos Greta Van Fleet está listo para en próximos años convertirlos en himnos de estadio.
Greta Van Fleet ha sido catalogada como la banda salvadora del rock, y ellos han tomado la responsabilidad, pero siendo sinceros Greta Van Fleet no podrían ser los salvadores del rock porque el rock no ha muerto, lo que sí pudo haber muerto es el era mainstream del rock and roll, pero amigas, amigos el rock está más vivo que nunca, y Greta Van Fleet es solo la cara visible. Y como promotores no lo hacen nada de mal.
Watching Over y When the Curtain Falls sellaron la hora de rock and roll puro, y bien es sabido que en Lollapalooza los tiempos se respetan, pero Greta Van Fleet se tomó su tiempo, sobrepasó la hora con Edge of Darkness, y remato con una imponente Highway Tune. Una sentencia en grande para los acusados que tienen la libertad de volarte los oídos cada vez que estimen necesario y decirte que ¡esto es rock and roll mierda!
Ahora ¿seguiremos comparando a GVF con los de formados en Londres en el 68? puede que sí, pero ahora que ya tuvimos la oportunidad de verlos en vivo, empecemos a abstraernos, y piensa ahora: quizás Led Zeppelin más que una emblemática banda, hoy en día es un género, un género musical del cual Greta ha tomado inspiraciones.
¿Qué aspiraciones tiene Greta Van Fleet?
Mantenernos a nosotros mismos (…) hablarle a más gente de otros países, afectar a las personas y darles una buena sensación de amor; creo que esos son todos los objetivos que tenemos.
Señaló Jake Kiszka en conversaciones con Culto.