Las acusaciones de abuso sexual en la industria musical no son ajenas al ojo público, pero entre estos últimos días se han vislumbrado diferentes historias que se ligan con el sello Burger Records así como otros hitos en la industria. Entre ellos los acusados van desde empleados del sello y a artistas asociados, como The Growlers, SWMRS, Cosmonauts y The Buttertones, en donde se esclarecen acusaciones de abuso sexual y conductas pederastas. Sean Redman de The Buttertones figura con abuso a menores de edad y el hijo de Billie Joe Armstrong -Joey Armstrong de SWMRS – con abuso emocional y coerción sexual gracias a la declaración de Lydia Night, cantante de The Regrettes.
La plataforma de denuncia a este abuso sistemático del sello Burger Records fue a través de la cuenta de Instagram “@Lured_By_Burger_Records” en donde se declara que “Burger Records es responsable de cultivar una cultura construida sobre tendencias pedófilas y un comportamiento de fetichización adolescente, cultura que dado acceso a los depredadores a miles de chicas adolescentes que han pagado mucho dinero por acudir a sus conciertos, los cuales se celebraban prácticamente a diario“. Al mismo tiempo la cantante Lydia Night compartió su historia a través de su cuenta personal.
Ante este escenario, Hayley Williams produce sus propias apreciaciones denotado una cultura misógina en la industria musical. Puedes leer su publicación a continuación.
“He estado leyendo muchas declaraciones de amig@s y colegas de la escena musical que han experimentado abuso sexual y otros tipos de abuso por parte de hombres en bandas u otras partes de la industria. Hace que mi estómago me duela y que mis ojos se pongan rojos. Es muy impactante para mi cómo las frontwomxn puede ser una inspiración tan potente para muchas personas, que nos ven en control de nosotras y de nuestros alrededores inmediatos cuando estamos en el escenario. Sé que ese sentimiento de “poder” es real -siento ese empoderamiento, que trasciende cualquier noción de género; la libertad de ser mucho más que la suma de mis partes literales- cuando estoy en el escenario. Pero la verdad es que, toda la gente de la música son seres humanos.
Las frontwomxn son vulnerables y sienten vergüenza igual que cualquier otra persona joven en su vida. ¿Y los hombres en las bandas? Bueno, definitivamente son vulnerables y desafortunadamente -sea de manera consciente o no- se meten en la toxicidad de una cultura que ha existido mucho antes de que fuéramos un factor en ella. Es inexcusable y no hay otra forma de cambiarlo excepto hablar de aquello y cortar esas conductas.
Es con una gratitud dolorosa que puedo admitir que de alguna manera he pasado mi carrera ilesa. Aunque tengo mis propias historias y perspectivas en relaciones que incluían un desbalance de poder impropio, narcisismo, y sólo ser una mujer joven en la mitad de la “escena emo” de los 2000, soy una ocasión rara de no tener ninguna historia de horror real.
Toda esta divagación es para decir que estoy muy orgullosa de mis colegas que se han liberado de los secretos que han mantenido por miedo de vergüenza o culpa. Estoy con ell@s para ayudarl@s en esta causa: para proteger a las mujeres (womxn) y jóvenes en la escena musical.
Así que para no robar la pluma de las víctimas más de lo que ha he hecho, terminaré en esto: busquen en su corazón para encontrar que están reconociendo el sexismo y la misoginia -incluso en su formas más pequeñas- en nuestras escenas musicales. Sellos, mánagers, bandas, etc… todos somos responsables de crear una escena, el estándar, la cultura. Debemos continuar conversación y cortar las conductas impropias y crear un estándar más alto de respeto y empatía. Eso va para tod@s quienes están en, detrás y en frente del escenario. Todo mi respeto va para Clem y Lydia y otros quienes han salido adelante. Ustedes son valientes y merecedor@s.”