Energía cruda, fue este el actor protagónico del show en vivo que Idles nos entregó este Lollapalooza. Un vigor que intenta reescribir nuestra interacción con el entorno, convirtiendo la rabia en una invitación hacia el cambio. Fuerza densa, hipnótica, que mantuvo a los presentes atados al vaivén de emociones que condujo la banda británica: desde baladas hasta sus riffs más punzantes.
“Colossus” abrió como un conjuro lento, que tiñó el ambiente de una materia oscura con la que se envolvió la jornada. Joe Talbot llevaba la mano a su pecho con intensos golpes, insistiendo una y otra vez mientras su voz crujía con “Goes and it goes and it goes, Goes and it goes and it goes”. El tracklist hizo oscilar el tempo y la dirección emotiva, pero nunca la intensidad de la presentación.
La vulnerabilidad también resonó como una nota importante, encarnada con mayor intensidad en piezas como “The Beachland Ballroom”. Una canción impulsada por trauma, daño y lamentos, que permite reconocer más posibilidades respecto a la rabia constante de su presentación. Es ira como catarsis, y gritos desgarradores como canalización emotiva. Por un instante desaparece la barrera de la privacidad, se fragmenta al artista y se nos invita a sintonizar con la revolución: hombres furiosos cantando al dolor.
Y la revuelta tiene muchas notas, con una performance y letras en constante lucha con los cánones de masculinidad. Si bien no es la primera ni última vez que una persona con barba y vestido se presenta en un festival de música, estamos seguros que con Idles es también una declaración: protesta para revolucionar la masculinidad. Aunque esto sea evidente en gran parte de su discografía, el despliegue de tracks como “Never Fight a Man With a Perm” nos invitan a llenarnos de odio y adrenalina, la que se inflige con desdén hacia la clásica representación de macho y que, sin embargo, termina en una nota de paz contra la violencia.
Un Idles contingente que viene a reescribir la noción de banda de rock en Lollapalooza. Un show cuya mejor herramienta de comunicación reside en lo no verbal, con gritos, bailes, saltos y una performance orgánica y visceral. Un debut perfecto en suelo nacional, donde el único “pero” está en la corta duración por formato festival. Intensidad no por volúmen sonoro, sino por lo cercano y real del mundo al que nos transporta: nuestra realidad, pero vista a través de los ojos del dolor y la redención.
Setlist:
Colossus
Car Crash
Mr. Motivator
Grounds
Mother
Divide and Conquer
The Beachland Ballroom
Never Fight a Man With a Perm
1049 Gotho
War
Danny Nedelko
Rottweiler