Una velada emotiva, donde los sentimientos más oscuros del ser humano se tradujeron en forma de acordes, logrando una sinergia con el amor como telón de fondo. Así se podría resumir brevemente el último encuentro del público nacional con Interpol: fue en el marco del festival Lollapalooza y bajo el pretexto de la promoción de El Pintor, su quinta producción de estudio y una de las más aplaudidas desde Antics, la piedra angular en su sonido. Ya más de un año desde dicho show, y el conjunto parece haber retomado una vez más el rumbo creativo; aquél donde los bajos definidos, baterías fuertes y guitarras distorsionadas codifican resonantes voces.
A través de sus redes sociales, Paul Banks y compañía dejaron entrever que ya trabajan en los primeros bosquejos de su sexto largaduración. Una imagen con parte de las baterías de Sam Fogarino destrozadas. “Bastante buen ensayo hoy. Sam la rompió”, expresó Daniel Klauser en la cuenta oficial de los neoyorkinos a sus más de 144 mil seguidores de Twitter.
Una proceso que tendrá como característica especial la gran racha creativa por la cual atraviesan los actuales miembros del conjunto: Paul Banks acaba de iniciar un dúo junto a RZA, fundador de Wu-Tang Clan; Daniel Kessler trabaja de lleno en Big Noble, proyecto alterno que comparte junto a Joseph Fraioli; y Brandon Curtis se aboca a labores varias musicales.
Además, será el segundo desde la salida de Carlos Dengler, co-fundador y bajista. Y si bien la excusa en principio fue dedicarse a una carrera actoral en la New York University —cosa que consiguió hace unos meses atrás—, ella fue impulsada por su madurez en torno a la música y desprecio a la industria en su globalidad: “Estaba experimentando mucho dolor estando en la banda, estando en la industria musical. Tuve que admitir que sentía que la banda estaba frenando mi impulso creativo. No fue por falta de intentar de que funcionara… Fueron tres torturosos años de intentarlo. Me rehabilité (del alcoholismo) y dije, ‘OK, suficiente de esta mierda de ser rockstar. ¿Quién soy realmente”, expresó.
“El momento (de renunciar) para mí, y es gracioso pensarlo, fue cuando Coldplay tocó en Saturday Night Live. Nuestro antiguo manager era manager de Coldplay también y nos pasó entradas. Recuerdo haberme emocionado mucho con los sketchs (Jon Hamm de Mad Men era el anfitrión) y la manera en cómo eran presentados sobre el escenario. Y cuando Coldplay tocó, me aburrí bastante. Sabía que algo me estaba pasando, algún tipo de cambio de identidad o algo así. Realmente me perturbó y sabía que tenía que dejar la música”, concluyó.
Interpol, banda creada en 1998 en Nueva York, es responsable de un sonido original, potente y compacto que bebe de las influencias oscuras de Joy Division, letras melancólicas, riffs minimalistas y líneas de bajo intensas recorren sus cinco discos publicados hasta la fecha: Turn on the Bright Lights (2002), Antics (2004), Our Love to Admire (2007), Interpol (2010), y El Pintor (2014).