Verano de 1991, Norteamérica. El punk en su faceta más indie y ruidosa vivía días de ensueño. Sonic Youth, la por ese entonces banda más relevante de la escena underground, se iba de gira con unos emergentes Nirvana; acababan de editar su segunda placa Nevermind, y la recepción escapó de sus manos: en cosa de días vendieron millones de copias, incluso desplazando a Michael Jackson en la poderosa lista Billboard. Sucesos que transcurrieron de forma abrupta e impensada, y que terminaron por posicionar al trío oriundo de Seattle en lo más alto de la música, mismos que Kim Gordon, ex bajista de las mentes tras Confusion is Sex recordó en una sincera entrevista.
La conversación se enmarcó en el documental The Year Punk Broke de Dave Markey. Gordon recuerda en tono jovial cómo Nirvana accedió a la misión de ser su show de apertura, dejando todo en el escenario sin reparo alguno: “Es muy difícil tocar de día y ser la primera banda. Pero en todos esos conciertos, Nirvana se mostraban salvajes y Kurt bajaba y se metía entre la audiencia”.
Luego repasó la obra cumbre de Kurt Cobain y compañía: “Tuvimos una cinta de “Nevermind” antes de que fuera publicado. Recuerdo haber hablado con un A&R de Geffen, Mark Kates, sobre él. Y nos dio una copia y un álbum de Dinosaur Jr. a Neil Young mientras estábamos de gira con él en 1991… Se la dimos a su director de escena. No sé si Neil la llegó a escuchar. El mainstream parecía muy impenetrable”.
¿La banda que fue fenómeno en ventas bajo ideales anti-comerciales? La ex pareja de Thruston Moore lo pone en duda, incluso citando a Perry Farrell, fundador de Lollapalooza, como uno de los visionarios del concepto “música alternativa”; un género que coqueteaba constantemente con lo que representaban los grandes sellos: “Eso estableció un escenario para Nirvana, ellos solidificaron esa idea. Entonces salieron otras bandas en Seattle … ya sabes. Estaba Bush y bandas que tenían ese gran sonido. Todos los niños quisieron ser Kurt Cobain por un tiempo”, enfatiza como bien apunta PYD.
Recordemos que a principios de año Gordon editó Glitterbust, álbum que cuenta con sólo 5 tracks, pero cada uno con una extensa duración. Él se caracteriza por la experimentación con ciertos tonos melódicos.
Un extenso recorrido de la mente tras “Schizophrenia” para volver a la composición. Luego del fin de Sonic Youth en 2011, se abocó a otros proyectos: entró al mundo de los textiles, colaboró esporádicamente con varios artistas, y editó su primera autobiografía, “Girl in a Band”, en la cual desclasificó sus más guardados secretos de su intensa relación con la música.