La conjugación australiana King Gizzard and the Lizard Wizard nos ha empapado con esquizofrenia musical con cada álbum lanzado, pero fue el 2017 que vimos el real valor de su determinación: 5 LPs en un solo año. Con su recién anunciado sideshow de Lollapalooza el 14 de Marzo y su presentación en el primero día del festival este 2024, nos adentramos en cada uno de los 5 álbumes para empaparnos de King Gizzy a dos meses de su debut en Chile.
Los dejamos con su tercer LP del 2017 explotaba lo más jazzy del conjunto, esta vez junto a Mild High Cub, la suave aproximación suburbana: “Sketches of Brunswick East”.
Este tercer LP anual se inserta como el primero en no ser un álbum conceptual de lleno, como ha sido mencionado en textos previos desde el 2014 se adentran en la conceptualidad musical con “I’m In Your Mind Fuzz”, atravesando entonces paisajes alienígenas, el primer álbum loop del mundo y la destrucción del universo vía vómito. “Sketches of Brunswick East” posee un hilo conductor que se reduce al paisaje suburbano de Melbourne, específicamente Brunswick East, dando forma a fragmentos -que llamaremos canciones- que nos devuelven e instalan en aquellas callejuelas, podríamos decir evocan la identidad ahí recogida.
La misma frase “Sketches of… ” se instala como una referencia al álbum del maestro jazz Miles Davis “Sketches of Spain”, así como una alusión a estos fragmentos grabados en iPhone, bocetos, ideas, maquetas de temas que Stu Mackenzie y Alex Brettin -ambos a cargo de la mezcla- grabaron en casa luego de adentrarse en un tour en conjunto. Así este onceavo LP para la banda fue grabado en tres semanas en los estudios Flightless HQ del sello independiente del mismo nombre la cual es propiedad de Eric Moore, baterista de King Gizzy, quien en sus comienzos mandaba vinilos de la banda en cajas de pizza.
Stu Mackenzie nos aclaró el nuevo material:
“Siempre estamos caminando por la calle, a tomar café, acarreando amplificadores, o tan solo vagando Lygon Street… vemos como todo se transforma, como van apareciendo edificios. En cuanto a eso, quizás represente los grandes cambios que van sucediendo en este vasto mundo, y este sería nuestro intento de encontrar la belleza en este lugar que tanto frecuentamos”.
Con 8 integrantes esta ocasión, King Gizzy y Mild High Club trabajaron esencialmente usando samples de ellos mismos, empalmando pedazos -estos Sketches- de grabaciones re-trabajadas, evocando así pasajes que nos devuelven al “Time Line” de MHC por ejemplo. “La cultura del sample, en las que viejas ideas toman otra forma y de repente toman sentido. Fue como continuamente estar en jam con nosotros mismos” citamos nuevamente a Stu. Todo este collage de ideas que crean una identificación para el suburbio de Brunwick East no estaría completo sin un artwork adecuado, realizado por el octavo miembro –esta vez noveno- de King Gizzard: Jason Galea, el cual arma lo que es la portada con bocetos fragmentados, un nuevo collage.
El jazzy feel de este álbum en particular lo podemos trazar a temas como “Melting”, “The Bitter Boogie” o “The River”, así como la vasta carga al jazz que trae consigo el mismo Alex, el cual fue estudiante de música en el Columbia College de Chicago. “Sketches of Brunswick East” comienza con un pasaje del mismo nombre del título, el cual emerge con suavidad y que se ve espejado a lo largo del álbum, volviendo a sus melodías que de cierta manera logran cortar el álbum en tres partes. “Sketches of Brunswick East” I, II y II se posicionan en los extremos y al centro para actuar como un cimiento y también como una transición a nuevos bocetos por aquella segunda parte.
La suavidad melodiosa presentada se extiende hacia lo que es el segundo track del álbum, “Countdown”, una ligereza adquirida en su lentitud y sus burbujeantes instrumentales, nos destellan elementos de “Her & I” en ocasiones. Toda esta delicadeza se sumerge en nuevos bocetos con el interludio “D-Day”, tema el cual leda un toque un tanto más ácido a las melodías. Así “Tezeta” se incluye sin mayor apuro, el cual nos destella un cierto aire positivo e iluminador del álbum en su recorrido, y no podemos dejar de lados las auto referencias aquí encontradas, como lo es la inclusión de la voz de Han Tyumi en ciertos versos. Este tema nos habla de diferentes sabores y texturas desarrolladas, inmersas en una suavidad transversal, interrumpidas a ratos por pasajes fuzzy.
“The Spider and Me” se inserta como otro destello, esta vez a cago de la voz de Ambrose “Kenny” Smith -también integrante de The Murlocs- en un burbujeante recorrido por pasajes dulces, que en ocasiones develan aquellas capas suburbanas. Así entonces nos encontramos con apariciones como “Dusk To Dawn On Lygon Street”, que produce un destello por aquella transición y desvanecimiento de la luz del sol, aportando a las dulces líneasde bajoaquí propuestas que se ven inmersas en aún vocales más de ensueño.
“The Book” entra para poner un ambiente agridulce con temerarios elementos, vocales viscerales propias del conjunto, que destellan un afrobeat un tanto más calmado, logrando encontrar ese sabor propio del género fusión. Así como el afrobeat aparece, se levanta lo sitentizado del espacio con oscuridades exquisitas como “A Journey To (S)Hell”, intranquilo, agobiante y capaz de agitar la suavidad de tal LP. “Rolling Stoned” quizás podríamos categorizarlo del tema que evoca más potencia jazz por esencia, el cual nos habla de aquella pasión e instrumentales evocadoras de imágenes.
Continúan con la utilización de instrumentos con afinación microtonal, como el bajo en reiteradas ocasiones, explorando así armonías provenientes del jazz con un giro en afinación. Son trece pasajes que conforman un álbum que podríamos considerar de transición para esta frenética y ambiciosa oleada de álbumes bajo King Gizzard, una suave transición que propone una versatilidad en cuanto a género y en cuanto a estructura. La calma ha llegado, una que hemos trazado en algunos temas atravesando su discografía, pero se ocultaban tras toda esta narcotizada explosión agresiva de colores.
Una frase apropiada sería “jazzed out psych“, un álbum que en sí no lo podemos insertar de lleno en el jazz si se inserta como una fusión anclada al jazz, un King Gizzard jazzy. Nos vuelcan el ritmo obtenido con otros sabores,otros bocetos, otras perspectivas, otros colores y texturas. Burbujeante en su complejidad, atraviesa con suavidad para levantar aquellas efervescencias. Un álbum que posee una calidez transversal y una nostalgia borrosa, que con cada pasaje logra encontrar una transición, una continuación lógica que fluye y se densifica. Todos estos bocetos se encuentran empalmados con suavidad, sin ánimos forzosos, y crean esta aparición jazzy de calidez transversal que evoluciona con tensión y una fusión completa que logra evocar aquellos recorridos suburbanos.