Hoy en día el mundo periodístico que compete a la música pareciera ser escaso, algunos periodistas señalan que las reseñas propiamente tal son necesarias, en cambio otros, dicen que no lo son, argumentos hay para ambos lados, los que dicen que no sirven hablan de una forma apurada de reseñar por ejemplo un disco recién lanzado, para así tener la premisa, otros hablan de que es buena forma de dar a conocer nueva música. Ambas cosas pueden ser verdad, pero lo cierto es que las reseñas o reviews han cambiado a lo largo del tiempo.
Antes las reseñas se hacían más, tener una buena crítica en la Rolling Stone era lo mejor para una banda emergente o incluso tener una mala crítica podría ser igualmente bueno, por lo menos te dabas a conocer por algo, se dice que algunos artistas o bandas emergentes, desconocidas en el circuito periodístico hacían sus propios reviews para que así fuera más fácil publicarlos o para captar la atención (esta práctica se sigue haciendo el día de hoy).
Y leyendo el libro “Diarios” del mismo Kurt Cobain, nos encontramos con una reseña de uno de los primeros show de Nirvana, cuando aún no estaba Dave Ghrol en la batería. La fecha exacta es desconocida pero es de antes de junio del 1988, dice así:
“No eran tan guarros como G.G. Allin pero se sabían defender cuando menos. La tensión fue en aumento por un retraso con el amplificador de potencia, lo que contribuyó a liberar la tensión cuando sonaron las primeras notas de ‘School’. En aquel momento la gente empezó a balancearse adelante y atrás con los ojos cerrados y cervezas en la mano que derramaban aquí y allá. Cinco roadies tuvieron que cerrar el paso cogiéndose del brazo detrás de las cajas del ampli y empezaron a hacer una ola balanceándose adelante y atras para empujar al publico, con la esperanza de que no hicieron daño al grupo. Pero no lo pudieron evitar, Kurdt, vocalista y guitarrista estaba lanzando el último grito antes de dar el paso a la segunda canción cuando, ¡paf!, alguien del publico le metió el micro en la boca de un puñetazo. Le brotó sangre del labio pero enseguida se pusieron a tocar ‘Floyd the Barber’. Después de limpiar el rostro de Kurdt se estrelló la cabeza contra la pared que tenía al lado en señal de protesta y se le abrió más. Entonces Kurdt cogió la guitarra y le dio a Chris en toda la boca, haciéndole un tajo enorme en el labio. A estas alturas estaban bañados en sangre. Chris era el que peor estaba y eso que solo tenía una herida. Se les veía sufriendo y cada vez más aturdidos, pero continuaron tocando, eso sí, desafinando lo suyo.”
El libro lo pueden conseguir en en las páginas de su país de megustaleer y contiene una parte considerable del mismo Diario de vida de Kurt Cobain.