En algún punto, la televisión chilena se desvió. Atrás quedaron programas de investigación periodística o franjas estelares para la cultura: el rating y consecuente dinero generado mandaba, tendiéndose a la masividad, aquello que generaba un impacto colosal y simple. Un suceso que a muchos los ha llevado a ‘apagar la tele’ o simplemente ignorar las atrocidades que día a día se ven. Lógicamente, los foráneos se sienten en mayor forma amenazados por este paradigma. Mon Laferte, quien se encuentra radicada en México es una de ellas, experimentando un creciente disgusto en cómo se ha manejado el Festival de Viña del Mar, evento en el que ejerce las labores de jurado.
Con una mirada jovial, Monserrat Bustamante Laferte (33), desfilaba por la alfombra roja del certamen dispuesta a los pies del Casino de Viña del Mar. Su vestimenta: un traje mexicano. Los comentarios: negativos. El resultado: no se habló en momento alguno en pantalla de su trayectoria musical, que por estos días acumula un importante revuelo en el hemisferio y un sencillo junto a Juanes (Amárrame) rotando por centenares de emisoras. “Me he sentido súper rara estos días en Viña. Y como he estado tantos años fuera del país y alejada de este mundo tan amarillista, estoy acostumbrada a una exposición centrada en la música. Acá me he sentido incómoda”, afirmó en una sincera entrevista con La Tercera.
Y es que la lógica juega un rol protagónico acá. No olvidemos que su última estadía permanente en Chile fue bajo el marco de su participación en el programa Rojo en 2007. Salió raudamente luego de asegurar que ‘no aprendió nada de música’. “Me dio vergüenza lo del vestido, fue una estupidez. Siento vergüenza con México, que piensen que Chile es así, cuando este país no es así. Es un sector de la gente y no todos los chilenos pensamos de esa manera. Es vergüenza de la poca cultura que está cerca de este festival, cuando es un festival de la canción. Se supone que estamos hablando de cultura, de arte, de música y no hay nada de eso. Me gustaría que retomaran toda esta instancia de alfombras y de tener toda esta prensa especializada… perdón, toda esta prensa, dejémoslo ahí (se ríe), para que hubiera más atención en la música”, asegura.
Continúa advirtiendo un secreto a voces: la música para las cámaras, va en un segundo plano. “Pero no sé si estoy tan contenta con todo lo que se genera en torno al Festival, me siento un poco incómoda. No estoy acostumbrada a dar entrevistas que hablen de cosas personales, porque quiero hablar de mi música. Es raro. Me gustaría que en esas alfombras estuvieran músicos que han sido parte del Festival, como Los Jaivas, Manuel García, Alvaro Henríquez. Es lamentable que en el festival musical del año sea más importante un vestido. Es un poco vergonzoso para el mundo”, enfatiza.
¿Y qué ocurrió?, ¿qué llevo a Laferte a dar un paso al costado en un medio donde comenzaba a ganar noriedad pública y conseguir abultados ingresos? La felicidad, el estancamiento creativo: “Soñaba con tener una carrera como artista y en mi ignorancia pensé que la TV era el camino. Era muy niña. Para mí era “la tele me va a sacar adelante y voy a vivir de la música y ayudar a mi vieja”. Me empezó a ir muy bien económicamente, pero crecí y me di cuenta que no era feliz. Estaba muy estancada, ser músico o compositor no se aprende en un programa. Y ahí me fui a México con una mano adelante y otra detrás. Necesitaba alejarme, estar en un país donde nadie me conozca, donde nadie tenga expectativas de mí. Hasta que en un momento empecé a grabar mis canciones, pero fue terrible, me daba vergüenza”.
Cierra asegurando que desea aumentar la cosecha de seguidores criollos: “Siempre he tenido seguidores en Chile. No puedo decir que sólo ahora me quieren, aunque han aumentado. Y lo que está pasando afuera es importante, pero uno también quiere ser profeta en su tierra”.
A fin de ello, Mon Laferte iniciará una extensa gira nacional el 15 de junio en el Salón Hotel Sonesta de Osorno. Luego, estará en el Casino Dreams de Valdivia (16), el Teatro Regional de Temuco (17), el Teatro Municipal de Los Ángeles (18), el Caupolicán en Santiago (20), el Teatro Municipal de Chillán (22), el Espacio Marina de Concepción (23), el Casino Enjoy de Viña del Mar (24), el Teatro Regional de Talca (28), el Teatro Provincial de Curicó (29) y el Teatro Regional de Rancagua (30).