Cuarenta minutos. Sólo se necesitan cuarenta minutos para lograr ese vínculo preciso y deliberado que nos propuso el conjunto chileno. Lo que nos brindan hoy, aparte de una calidad colorida muy propia es la misma alma de cada uno de sus integrantes, entregando el poder del afrobeat cargado de energía chilena.
Lo que se logra en éste, su segundo Lollapalooza luego de cinco años, es una sólida aunque bastante corta quizás, de cuatro segmentos, dos de los cuales rinden homenaje al mismísimo creador del afrobeat, el maestro de la orquesta Fela Kuti. Para los temprano espectadores a la una con cincuenta y siete minutos podíamos escuchar el propio ritual previo desde detrás de escenario. Con energías ya renovadas sus claras anclas al jazz marcan presencia con sus bailes y cantos con fuerza por la libertad, como ellos msmo se definen, comenzando el homenjae con Nicolás Urbina a la cabecera.
Un hito dentro de la aparición viene a ser el tercer deleite, el cual fue precisamente “Upside Down” de Kuti, con la cual no sólo refuerzan su potencia sino que estremecen a Chile mismo con el sensual sentimiento evocado. Es curioso como la mezcla de dos nacionalidades más su propia descendencia crean una tan homogénea y peculiar orquesta de 16 músicos.
El término se ve marcado por las potencias femeninas del conjunto en un bello grito de libertad, grito el cual los ha llevado hasta Europa para explotar sus emociones. Debemos decir del cierre que fue uno inesperado hasta para la banda,
La orquesta no sólo es técnicamente un deleite sino que la propuesta en sí es una sin límite, el viene de sus mismos integrantes que no cesan de crear su propia atmósfera resaltada en colores. Tranforman el escenario en un suceso afrobeat y de consciencia pura, que no necesariamente reflejan la escena chilena, la empoderan de una densidad conceptual imponente.
“Inquietud del mundo libre, un nuevo mundo para las nuevas generaciones chilenas”, frase extraída de su biografía digital nos deja ver su verdadero propósito musical que hoy hemos podido presenciar materialmente mezclando influencias yoruba, jazz, funk.
Newen Afrobeat, afrobeat con fuerza o espíritu, se manifiestan y penetran a cada uno de sus espectadores en su unión tradicional africana con el patrimonio nacional latinoamericano. La verdad es muy simple, la propuesta más honesta y arriesgada de nuestro territorio, se apropian del género para responder a todas sus inquietudes, combatir al mundo desde su arma más eficaz: la música como bien decía el nigeriano padre Fela Kuti.