Keith Moon; la persona más allá del músico; el hijo, el hermano, el padre, el hombre inseguro que sucumbió ante las drogas, las mujeres y el trasnoche moría un 7 de septiembre de 1978. El batería de los The Who, que vivía tan solo el éxtasis del momento, falleció bajo raras circunstancias que jamás se podrás esclarecer sino más bien agrandar el mito detrás de la leyenda. ¿Una depresión fulminante atacó al músico y las consecuencias de años de exceso vinieron a cobrar su deuda?
Un mes antes, es decir, en agosto de finales del 70’, The Who lanzaba al Mercado Who Are You, su primer material discográfico desde hacía ya tres años. Lamentablemente, para aquel entonces, las fiestas, la ingesta de drogas y alcohol ya habían hecho sucumbir el aspecto físico de Ketih así como su capacidad en la batería en donde un día fue el mejor de su clase. En aquel entonces, la forma de tocar de Moon era errática, indecible para los demás miembros del grupo y eso, entre muchas otras anécdotas, los tenía ya aburridos. Tanto dudaban de la condición mental en la cual se encontraba Ketih que decidieron emprender la gira promocional de Who Are You sin él lo que significó el comienzo del fin.
Moon estuvo tomando durante un tiempo Clometiazol – sedante e hipnótico ampliamente usado en el tratamiento y prevención de los síntomas de abstinencia alcohólica aguda- recetado por el Dr. Geoffrey Dymond, un nombre relevante en el pasar de esta historia. El Clometiazol hacia efecto pero a veces lo dejaba en un estado increíblemente dócil y olvidadizo, incapaz de girar por el mundo con una banda de esa calaña; sin embargo, el tratamiento por fuerte que fuera funcionaba. Por una extraña razón, y con investigaciones que se han hecho al respecto, Dymond le dejo de administrar ese “antídoto” a Moon días antes de su muerte para que más tarde de igual manera volver a entregárselos. ¿Por qué? Algunos miembros del staff en entrevistas posteriores afirmaban que la mera coincidencia había llegado a hacer de la suyas y así, sin más, sentenciaban que Moon era un tormenta con la siempre primicia de destruir todo a su paso inclusive a él mismo.
El 6 de septiembre Paul McCartney había organizado una fiesta en el Covent Garden de Peppermint Park para celebrar el cumpleaños número 42 de Buddy Holly. El bajista de The Beatles había adquirido los derechos de las canciones de Holly así como también de la película biográfica, The Buddy Holly Story. La premiere se iba a realizar ese mismo día más tarde.
Ketih inicialmente le dijo a su novia, la guapa Annette Walter-Lax, que no quería asistir a la fiesta. Sin embargo, cuando ella le dijo que quería ir por último sin él, este cambio de parecer, tomo el teléfono y llamo a su dealer de confianza para que pasara a dejarle un poco de cocaína y así emprender el viaje.
La pareja llego al Peppermint Park un par de horas después de comenzada la fiesta, cuando se le pudo ver a Annette diciéndole a Keith que no bebiera tanto y si lo hacía que fueran tan solo un par copas. Mientras iba puesto en cocaína, el hecho de que tan solo se limitara a tomar un par de copas de champagne era un avance para alguien que meses atrás no se podía mantener en pie al momento de comenzar a ingerir alcohol.
Otros invitados de la fiesta, incluyendo a Paul y Linda McCartney, fueron David Frost y el ex baterista de Faces, Kenney Jones (quien a menudo tomaba las baquetas en los Who para remplazar a Moon). Todos concuerdan que aquella noche Ketih se encontraba en un buen estado de ánimo y sorprendentemente sobrio.
Otros, como el encargado de gira de Led Zeppelin, Richard Cole, recuerda haber hablado con Moon y como este le decía que tenía serios planes de casarse con Annette. “Él comentó; ‘me siento genial. He renunciado a todo… exepto a las mujeres’. Así que creo que me voy a cazar de nuevo”, afirmó en una entrevista el bueno de Cole que iba igual de drogado que el protagonista de esta historia.
La propuesta de matrimonio jamás se llevó a cabo. Luego de la fiesta, Moon y Annette llegaron a la premiere que se iba a tomar lugar a la medianoche en el The Buddy Holly Story en Odeon, Leicester.
Fuera del cine, Moon se encontró con el periodista Roy Carr y lo tomo por la espalda y lo abrazo fuertemente. “El me abrazo por como dos o tres minutos”, dijo Carr y se dio cuenta que Keith estaba llorando cuando lo trato de apartar. “¿Qué sucede?”, le dije, a lo que me contesto: “No, nada, solo que de repente te das cuenta quienes son realmente tus amigos”. El periodista cuenta que Moon no le dio más detalles y desapareció entre la gente que ahí había.
Ya dentro del cine, Keith se veía agitado e insistía a su novia en que dejaran el lugar una hora antes de que el film llegara a su fin. “Estaba inquieto, me comentó que no quería sentarse ahí mientras atravesada por todo eso. Insistió en irnos”, cuenta Annette.
Ya de vuelta en el hotel, en el Curzon Place, Moon le dijo a Annette que tenía hambre. Ella le cocino su comida favorita; costilla de cordero para más tarde ir a la cama a ver la película de terror “The Abominable Doctor Phibes”.
En palabras del biógrafo de Moon, Tony Fletcher, Annette le contó sobre aquella noche que Keith tomo un vaso de agua y las pastillas que por lo general tomaba antes de dormir a eso de las cuatro de la mañana. Había estado como siempre abusando del Clometiazol pero nada raro hasta que, en palabras de Tony, ella le contó que no se dio cuenta cuantas pastillas realmente ingirió en aquel momento.
El testimonio de Annette cuenta que el baterista se despertó a las 7.30 de la mana y le dijo que tenía hambre. Se despertó de mal humor y con ganas de discutir, pero Annette, ya habiendo pasado por situaciones similares en el pasado, no le discutió nada y fue a prepararle más cordero que había quedado de la noche anterior. Luego de levantar su plato, Moon volvió a tomar más dosis de Clometiazol y volvió a dormirse. Su hermosa novia de aquel entonces cuenta que sus ronquidos eran tan fuertes que tomó sus cosas y se dirigió a dormir al sofá donde despertó veinte para las cuatro de la tarde.
Luego de levantarse, se dirigió a la habitación principal para entrar a la recamara y encontrar a Ketih acostado en el piso, boca abajo con su brazo izquierdo tratando de subir por un lado de la cama. “No lo pude oír respirar. Ahí supe que algo estaba mal. Entre en pánico en ese momento”, contó en entrevistas posteriores Annette.
La novia del baterista llamo al mencionado Dr Dymond y este a la ambulancia pero ya era tarde. Moon ya llevaba un par de horas muerto y fue oficialmente declarado sin vida a las 5.50 de la tarde en el hospital Middlesex.
El guitarrista de The Who, Pete Townshend fue el primer miembro de la banda a la cual se le contó la noticia en manos del manager de esta, Jackie Curbishley. Townshend tomó el teléfono y llamo al vocalista Roger Daltrey y luego al bajista John Entwistle quien estaba realizando una entrevista en ese momento.
Entwistle jamás había sido un hombre, según quienes lo conocían, alejado a sus emociones y menos en público. Él continuo con la entrevista como si nada hubiera pasado hasta que le preguntaron por los planes que tenía The Who en el futuro. El amigo más cercano de Keith dentro de su propia banda no aguanto más y acto seguido, quebró en llanto.
La causa de muerte oficial que se puede leer en el certificado que hace un par de años salió a remate dice que fue por una sobredosis de Clometiazol auto-administrada sin la intención de causar la muerte. Más tarde se supo que Moon tenía en su estómago 26 pastillas aún sin disolver cuando murió.
Para muchos cercanos, la muerte de Keith fue todavía más chocante debido a que sabían, él sabía, que su comportamiento autodestructivo lo estaba arrastrando al borde del precipicio. Insisten en que en cada una de las conversaciones que tuvieron él les decía, con casi lágrimas en los ojos, que estaba tratando de mejorar.
Lo que nadie sabía, y por lo cual se culpa al Dr Dymond, eran los terribles efectos secundarios que tenía la droga que se administraba en tales cantidades que a nadie dejaba de sorprender. ¿Cómo el Dr Dymond no le advirtió al mismo Moon lo que iba a ocurrir, y si lo hizo, se esforzó lo suficiente? En el funeral de Moon, el vocalista de The Who les dijo a los asistentes que aún esperaba que Keith saltara de su ataúd desnudo gritando que todo era una broma.
Lamentablemente no ocurrió. Uno de los mejores bateristas de todos los tiempos y para un gran número de expertos el mejor baterista de todos, había muerto a los 32 años de edad: El salvaje y asombroso Ketih Moon.