La determinación es uno de los principales pilares a la hora de querer construir y desarrollar una carrera artística, más aún si dentro de ese camino se considera dejar el país de origen para abocarse por completo a un piscinazo sin garantías, pero lleno de corazonadas. Mucho de todo eso tiene la cantante, compositora, música y productora chilena Yael Meyer, quien actualmente se posiciona como una de las artistas locales con mayor presencia internacional gracias a su espíritu nómade y sus composiciones que han traspasado fronteras e idiomas como pocas veces se a visto desde nuestro país.
Con una carrera de casi 20 años, Yael ha logrado cautivar oídos cultural y físicamente lejanos, gracias a sus composiciones para cine y televisión, las cuales han sido parte de bandas sonoras para diversas producciones en Corea del Sur, Alemania, Inglaterra, Hungría, Holanda y Estados Unidos. “Yo me propuse ciertas metas con mi carrera, de lo que quería lograr con mi música y una de ellas es poder llegar a la mayor cantidad de gente posible, en la mayor cantidad de partes del mundo posibles. Siempre me pareció que el inglés es un idioma que tiene menos fronteras en ese sentido”, explica la autora de Rain Falling, quien a la fecha cuenta con tres álbumes compuestos exclusivamente en inglés.
Esto último, como una de las consecuencias tras su decisión de radicarse en Estados Unidos, donde vivió al menos 15 años luego de ganarse una beca en la prestigiosa Berklee School of Music de Boston. De allí en adelante, los buenos resultados se atiborran y solidifican la carrera de una artista con vocación internacional que desde sus inicios fijó como meta llegar a muchas partes del mundo. “Tengo dos canciones que que compuse para dos series coreanas, que fueron los temas principales para ambas series. Además he editado dos discos en Corea con Warner Chappell y Warner Music. También compuse una canción para una artista china llamada Diamond Zhang que fue la ganadora de The Voice China 2014”.
El Terreno Que Falta
Con la música siempre es posible transmitir un vaivén de sensaciones que cada quien interpreta a su manera, y esa es precisamente una de las tantas bondades de la armonía, la melodía y el ritmo, cuando están correctamente conjugadas. Sin embargo, detrás de un buen tema, siempre hay una o varias mentes que diseñan y acomodan los recursos sonoros para lograr inducir un viaje que despierte emociones, aunque estés sentado en el living de tu casa. “Cocinar” una canción hasta encontrar ese punto es lo que se conoce como producción musical, y aunque en Chile tenemos increíbles exponentes de este trabajo, generalmente y pese a ser un factor clave dentro de la industria, son pocos los reconocimientos por el oficio, que probablemente nos ha ayudado a construir muchos de nuestros momentos personales más memorables.
Si ya es difícil dicho reconocimiento, para las mujeres se trata de un umbral mucho más oscuro y prejuicioso. Prueba de ello es la lucha constante e injustificada de Yael por hacer valer su trabajo como música, compositora y productora frente a incrédulos, ignorantes y machistas. “Yo he vivido el machismo desde otro punto de vista (…) Me ha tocado mucho tener que defender el derecho de hacer lo que hago, de saber lo que sé y de poder ocupar ese lugar simplemente porque soy mujer, porque si fuera hombre no tendría que luchar por ocupar dicho espacio. Hay muy pocas mujeres productoras, hay muy pocas mujeres técnicas, entonces es muy raro que una mujer llegue a ocupar ese lugar y por lo mismo creo que es más difícil hacerse ese espacio”.
En ese sentido, la compositora de “Tea For Two” especifica que no solo se trata de la cosificación, los acosos o los abusos de poder, ya que las dificultades e injusticias dentro de la industria musical y como en todos los aspectos de la vida, pasan por el simple hecho de ser mujer. “El machismo que yo he vivido tiene más que ver con el lugar de la mujeres en la psiquis de la sociedad. Por ejemplo, mi primer disco (Common Ground, 2004) lo produje yo misma completo, yo hice toda la ingeniería en sonido, yo trabajé en toda la producción y compuse todas las canciones y toqué la mayoría de los instrumentos. Sin embargo, cuando comencé a promocionar el disco, y tocaba con algún otro músico, inmediatamente asumían que él era el productor y yo la cantante simplemente porque él era hombre y yo mujer”.
Frente a ese escenario, la intérprete reflexiona: “creo que es un espacio que nos falta tomarnos a las mujeres en la música, me causa curiosidad, no sé por qué hay tan pocas mujeres productoras y técnicas dentro de la industria”. Una curiosidad más que acertada, considerando que aunque afortunadamente se ha generado una importante red profesional de mujeres en la música, es muy poco lo que se sabe sobre ingenieras o productoras nacionales. “Yo cuando estudié música al extranjero, la relación entre hombres y mujeres era de un 90 % hombres y 10 % mujeres en una universidad que era solo de músicos, autores, cantantes e ingenieros en sonido. Dentro de ese 10 % de mujeres, la mayoría eran cantantes y no instrumentalistas o ingenieras de sonido, y aunque sí las había, se trataba prácticamente del 10 %, del 10 % y quizá estoy siendo generosa. Eso ha cambiado un poco pero no mucho en realidad. Las mujeres ingeniero, las mujeres técnicos en algún área de industria o las productoras seguimos siendo una minoría muy importante, y no sé realmente por qué pero sí me gustaría ver a más mujeres tomando esos lugares y quizá dándose permiso para ocuparlos.”
Everything Will Be Alright
Hasta antes de esta especie de contexto postapocalíptico y postpunk que tiene al mundo detenido, la productora local se encontraba Ad Portas de liberar su cuarto larga duración, el cual sería su primera producción en español y una verdadera reinvención en cuanto su apuesta musical. Bajo el titulo de “King Of Spades”, Yael Meyer visionó un disco mucho más oscuro, enfocado en la epicidad y los extremos emocionales, con aires cinematográficos en búsqueda de la emotividad. “Este nuevo disco (…) creo que llega bien a lo profundo porque viene de un lugar muy profundo. Me quise enfocar en instrumentación, en arreglos, en que toda la producción provocara en el auditor ese viaje emocional que yo quería. En todos mis discos hay eso, yo diría que en toda mi música me enfoco en llevar a la gente en un viaje emocional. Te podría mencionar un montón de influencias, pero el punto es que esto que se vienen tiene mucho bombo, mucha guitarra con distorsión, y harto ruido”. La apuesta en sí, nos deja expectantes ya que además de presentar esta nueva exploración sonora, el disco cuenta con la completa co-producción de Meyer, junto a productores Australianos y Estadounidenses, además de la participación del oído clínico de los productores nacionales Pablo Stipicic y Tomás Preuss.
Sumado a esto, se espera el lanzamiento de un EP llamado “Huracán” que daría el vamos a la reactivación discográfica de la cantante, quien lanzó su última producción “Warrior Heart” hace ya seis años, sin embargo tanto en Chile, como el mundo las cosas se pusieron complejas y todos estos lanzamientos probablemente vean la luz más adelante de lo presupuestado, de la misma forma que la décima edición de Lollapalooza Chile donde Yael Meyer se presentará (sí el mundo no explota o llegan los aliens) como una de las cartas locales más representativas del evento. “Ya son ocho años desde la la última presentación (en el Lollapalooza). Lo que vamos a hacer ahora es una evolución de lo que hemos hecho hasta ahora con la banda con la que llevo bastante tiempo tocando. Va a ser interesante mostrar tanto para el público que me sigue como para el público de Lolla, esta evoluciòn que a incorporado canciones de los primeros discos y del álbum que voy a lanzar”.
Con las cosas como van, nadie sabe qué podría pasar en los próximos meses, sin embargo esperamos expectantes el material de la artista nacional que en estos momentos podría ser un más que agradable analgésico ante los encierros, las pandemias y los gobernantes, pero lo bueno, es que tarde o temprano tendremos Yael para rato.