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Opinión

Redes sociales, funas moralistas o creer que tu opinión importa

Este enero de 2021 dio un final de temporada con harto material para el nuevo SQP de la generación de Twitter, Instagram, Facebook (y todos sus relacionados).

En términos de artistas musicales, Chile es un país de funadas y funados, como en cualquier otro lado del mundo en realidad, por ejemplo, los mentores del ideal estadounidense no se escapan de funas y cancelaciones, de hecho fue de allá mismo en donde nació la “cancelación a la cancelación” o las conversaciones sobre lo que llamaron “la cultura de la cancelación”. Chile país de funados, pero también un país de funas sin sentido que solo alimenta la creencia de que tu opinión importa, cuando en realidad, mientras estés en las redes sociales, eres de lo más irrelevante que existe. Y no es porque las funas no tengan peso alguno, es porque la ejecución es nefasta e ingenua.

Este enero de 2021 dio un final de temporada con harto material para el nuevo SQP de la generación de Twitter, Instagram, Facebook (y todos sus relacionados). Pablo Chill-e haciendo un junte vecinal para grabar un nuevo vídeo clip, Camila Gallardo con su reunión social con siete amigos más y Camila Moreno dando sus opiniones (como siempre lo hace) por Instagram. Tú puedes tener tu opinión para cada uno de estos casos, pero al final del día, todos son entendibles y condenables a la vez. Vamos por parte.

Pablo Chill-e juntó a una masa considerable para grabar un vídeo clip en una población de Puente Alto, algunos estaban sin mascarillas, no había distancia social ni protocolos sanitarios. ¿Condenable, no? Pero antes de contestar amiga, amigo, twittero, instagramero, influencer ¿Sabías que desde el inicio de la cuarentena la vida en poblaciones no ha sido muy distinta a las fotos de Pablo Chill-e cantando frente a una multitud? Fotos que puedes encontrar en cualquier sitio bananero como Cooperativa o Mega (ahí te mostrarán la noticia como un espectáculo para que sigas haciendo clics). Claro que hay una responsabilidad en llamar a una reunión social como esa, pero no quita el hecho de que la realidad poblacional es así, las mascarillas son nulas o mal utilizadas por decisión personal, por falta de recursos, educación o simplemente porque se hace difícil mantener una nueva realidad.

Camila Gallardo, hizo algo similar pero con menos gente y en un recinto privado, y ella se pasó el límite de cinco personas, convocó a ocho. ¿La diferencia con el caso anterior? Camila Gallardo tiene más pinta de cuica y privilegiada, y hoy en día eso ya es digno de funa en cualquier red social. ¿Condenable lo que hizo? Demás que sí, ¿pero has evaluado las medidas de seguridad impuestas por el gobierno de Chile? Incluso cinco personas es un riesgo (o para qué hablar del permiso de vacaciones), ella le agregó tres huevos más al queque. Pero si te molesta tanto que una privilegiada como Gallardo junte a ocho personas en un lugar privado, te invito a pasearte por cualquier plaza de la capital, sobre todo esas en donde escasean las luces y el área verde es reducida, o peor aún, solo anda al centro de tu comuna, dime dónde está el control ahí (y si quieres ver más, paséate por Barrio Italia).

Y el último caso, Camila Moreno. Como usualmente lo hace, entre respuestas a preguntas con sus fanáticos, fotos de su día a día y cualquier cosa que hace una persona con Instagram, Camila publicó una pequeña reflexión sobre su perspectiva de la situación sanitaria y teorizó sobre un “nuevo orden mundial”. ¿Qué pasó? Su pantallazo, su twitter y su buen descontexto para armar una funa como Dios manda. Si es o no condenable lo que ella hizo, llega a ser irrelevante, porque si tú le vas a dar importancia a un comentario, reflexión, idea, argumento que ni siquiera llega al total de caracteres de un tuit, déjame decirte que da vergüenza. ¿Cómo es posible que creas que con un texto en una historia de Instagram se está armando el argumento final de una persona? – Veamos abajo un titular inoperante de Cooperativa –.

Los tres casos tienen blancos y negros, vistas a favor y en contra, a todo lo podemos sacar un poco de aquí y de allá, de hecho, dependiendo si nos gusta o no le vamos a tirar mierda o vamos a darle vuelta al asunto. Estos ejemplos, son reflejo de un factor en común: la creencia de que tu opinión en redes sociales importa. Y la verdad es que es pura ilusión, primero porque en el corto plazo para lo único que sirven los comentarios es para aumentar el diálogo entorno al cuestionado (cosa que en algunos casos podría ser beneficioso para personajes menos conocidos) y, claramente, para creer que la moralidad de uno es capaz de anular a otro. En segundo lugar, a largo plazo, la funa usualmente queda en el olvido, es inútil e inocua, y en retrospectiva no sirve para nada más que generar conversación entre los twitteros.

A este punto, estamos alineados en que las funas a las que hago referencia son las que tienen que ver con temas morales o sobre el comportamiento de las personas, no hago referencia a funas por acusaciones sexuales, violencia psicológica o física o maltratos algunos. Aunque lamentablemente, estas también quedan en el olvido. Y es aquí el por qué digo que tú opinión, su opinión, vuestra opinión y/o mi opinión en redes sociales es pura ilusión de poder (cibernético), porque incluso siendo una funa con razones tan reprochables como la violencia física, esta pasa al olvido.

Si hago memoria, caso Briceño 2020, más allá de lo que hizo, ese es un caso para entender que el que le tenga a mala al artista lo criticará y el que no, le dará una vuelta al asunto. Lo mismo aplica con Gianluca, los que lo odian le propinaron sus comentarios negativos, el resto lo evaluó y ahora lo peor que obtiene en redes sociales es un “gianfuna” o “el funao”.

Si tanto consideras que un artista se comportó mal, te recomiendo actuar luego de tipear, porque si te quedas en el tuit, solo te quedas en el juego del espectáculo y entretenimiento. Y considerando los casos de Chill-e, Gallardo y Moreno, sería bueno que algunos apliquen el mismo esfuerzo y tiempo – ojalá con acciones más que tuits – en criticar las medidas sanitarias de este gobierno, atendiendo a las realidades sociales, sobre todo las poblacionales. Si sigo la teoría del “Nuevo Orden Mundial” solo fuiste utilizado por los grandes grupos comunicacionales para hablar de lo que ellos quieren que hablas, te pusieron los temas en la boca y tú te los comiste (y yo también).

En otras palabras, sal de la burbuja de las redes sociales o por lo menos inténtalo cuando sea posible.

P.D.: Si también estás interesado en funar a artistas internacionales, te comento que Lana del Rey hace unos meses grabó un vídeo mientras manejaba un auto y en una actividad pública utilizó una mascarilla con espacios y agujeros, solo porque era estéticamente apetecible; Dua Lipa viaja más que Camila Gallardo, al parecer no conoce las cuarentenas; Noel Gallagher anunció públicamente que no utilizaría mascarilla porque, entre otras cosas, le parecía estúpido que se permitiera estar sin mascarillas mientras se comía en un restaurant, dijo algo así como “¿el virus se va cuando estoy comiendo?”.

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Me uno a los cantos masivos de la Cancha General.

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