La tónica no cambiaba. Caminos repletos, largas filas: un océano de gente que muchas veces resultaba desesperante. ‘Me siento en Brasil’, exclamaba un fanático carioca de Metallica en la jornada inaugural de Lollapalooza. Bandera en su espalda y pecho cubierto por los rostros de James Hetfield y compañía respiraba profundo. ‘Es un caos, pero vale la pena’, reflexionaba antes que ‘Hardwired’ desatara los gritos hacía el horizonte.
Una postal que se vivió en prácticamente todos los sectores del Parque O’higgins, en especial el Movistar Arena, escenario que desde el inicio de actividades del evento exportado por Perry Farrell, acogió la electrónica en su enfoque más ‘fiestero’. 21:30 hrs, y las filas por acceder a presenciar a Martin Garrix, joven promesa con una maquinaria de singles mainstream, daban vuelta sin mayor esfuerzo toda la elipse. Pifias se escucharon mientras la seguridad dispuesta se alineaba tal cual un ejército antes de la guerra: miles se quedaron afuera.
80 mil personas por jornada—según cifras entregadas desde producción—, que desafiaron la logística de esta pequeña ciudad itinerante, que una vez más salió con los brazos en alto. ‘El Rey y Yo’ de los Ángeles Negros despedía a la audiencia pero la pregunta que se hacían era lógica: ¿qué se hará para asegurar una cómoda estadía en el ex Parque Cousiño con un universo de asistentes que año a año aumenta?.
La respuesta no esperó mucho. Maximiliano del Río, director de Lotus, aseguró en entrevista con La Tercera que se evalúa abrir nuevos espacios del Parque O’higgins para futuras versiones; actualmente se ocupa menos de 3/4 de su totalidad. “Sentimos que el festival está más ajustado y creemos, a partir de la experiencia de este año, que tenemos que crecer. Queremos abrirlo a áreas del parque que no estamos ocupando, generar espacios nuevos para la cantidad de gente que está viniendo”, puntualiza.
“Hoy ocupamos menos de tres cuartas partes del parque, un 65%, entonces hay varios sectores que no forman parte del festival. Hay que verlo con calma, pero sí está en la cabeza de nosotros que Lolla está quedando pequeño para la gente que está llegando, entonces hay que agrandarlo dentro de lo que se pueda”, agrega.
Sectores como la pista de skate o ciertos ‘puntos muertos’ del parque podrían ser empleados para tal fin, así como sumar nuevos escenarios. La posibilidad de añadir un nuevo día al evento aún es lejana; Perry Farrell reveló en conversación con Rock&Pop que está en estudio.