Con 26 años de trayectoria, Lucybell ciertamente es una banda impecable en cuanto a sonido, pero Lollapalooza 2017 fue una excepción a la regla.
De por sí los instrumentos como el bajo y la batería, cuya presencia configuran el núcleo principal del ritmo en cada canción, deberían ser bien cuidados. Desde que comenzó el show, el sonido era casi inaudible, nada se distinguía. Eso comenzó a incomodar al público.
Ni siquiera un clásico noventero como es “Sembrando en el mar” se pudo disfrutar plenamente, había casi un esfuerzo generalizado por obviar la calidad sonora del lugar, situación que se repitió en “Caballos de histeria“. Hasta ese momento, la participación de los asistentes era casi por inercia: todos sabían cómo era la canción, y por eso la entendían. No había conexión, tampoco había interés, y hasta los fanáticos que estaban coreando las canciones se veían desanimados. En el caso de un festival de la envergadura de Lollapalooza, podría entenderse que las bandas tengan alguno que otro problema al salir, ya que están programadas de manera que salgan todas juntas y con muy poco tiempo de preparación. No obstante, eso no quita responsabilidad a quienes son responsables de la calidad técnica, puesto que en definitiva, perjudican a los músicos que están sobre el escenario.
Recién en “Tu Sangre”, Claudio Valenzuela comenzó a visualizar el problema, a lo cual la banda respondió bajando los niveles que ya estaban irritando al público, al punto de comenzar las infames pifias – Ojo, en ningún momento dirigidas a Lucybell–.
Ya en “Carnaval” se apreció una notable mejora, haciendo despegar un concierto cargado de clásicos, pero también con éxitos más recientes como “Salté a tus ojos”. Pese a que aún había fanáticos que mostraban aún su discrepancia, el show no se veía eclipsado: Lucybell supo sobrellevar el imprevisto, continuando con las favoritas del público como “Viajar” o “Mil Caminos”, esta última siendo un punto clave en el concierto.
Valenzuela dejó su guitarra de lado para interactuar con los fanáticos en “Mataz”, siendo este el segundo momento clave del concierto, pues cada uno de los presentes ya estaba dominado por el relato de la banda. Esto dio paso para rematar con “Cuando respiro en tu boca”
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