Mrs. Piss no es un acontecimiento azaroso. Es una instalación colaborativa de dos músicas que han estado activamente colaborando desde las oscuridades de la escena folk/rock californiana: Chelsea Wolfe y Jess Gowrie. Con un álbum debut que se desplegó con una rapidez conmemorable, “Self-Surgery” es el primer y vivaz LP que se sumerge en el stoner rock más sensible y abrasivo desde la perspectiva femenina. Con una química grotesca de la mejor manera posible, éste álbum se conforma con una desinhibida y salvaje fórmula que apunta hacia lo carnal y elemental de una propuesta abismal.
Lanzado el 29 de Mayo a través de Sargent House, “Self-Surgery” se inserta como el primer álbum de Chelsea Wolfe fuera de su proyecto solitario, esta vez junto a su baterista Jess Gowrie, la que es partícipe de su banda en vivo y en estudio desde el “Hiss Spun” del 2017. Aunque ambas compartieron puestos en Red Host a principios de los 2000, ésta es la primera instancia de colaboración feraz que propone la visión compartida de ambas artistas. Ésta aparición discográfica se compone de 8 temas que rondan un total de 18 minutos y 46 segundos, los cuales fueron grabados y producidos por ambas artistas hace al menos 2 años.
Esta narrativa comienza con “To Crawl Inside“, una introducción visceral que nos hace eco con “Primal” el primer tema de “Apokalypsis”. Aunque mucho más agudo y enigmático en su procedencia esta intro plantea el síntoma que nos va a dejar el álbum. Abrasivo desde el principio con toques ásperos y electrificantes, se nos da paso a “Downers Surrounded by Uppers“; este tema es abrupto con riffs que denotan una química grotesca entre ambas músicas, de la mejor manera posible. Stoner hasta con toques de grunge, Chelsea Wolfe denota vocalmente una diferencia entre este proyecto y su banda en solitario; mientras que en Mrs. Piss todo es más gutural, áspero y texturado, jamás perdemos su sensibilidad aterciopelada de su voz.
“Knelt” por su parte nos recuerda a Soundgarden de una forma peculiar; con una lentitud que demuestra una manera siniestra en su aproximación, Chelsea canta grave pero se desliza con suavidad por esta narrativa. “Nobody Wants To Party With Us” se inserta en esta misma clave al principio, con líricas más abruptas y desinhibidas, pero se inserta con pasajes sintetizados interesantes y en primer plano. La segunda parte de este tema apunta hacia lo erótico de la sección rítmica de Gowrie versus los ecos que proyecta la voz de Wolfe. Si bien líricamente es más simple que otras obras de ambas artistas, tienen mucho sentido cuando pensamos en la dirección de Mrs. Piss como proyecto: es grotesco, desinhibido y espontáneo es su ejecución.
“I think too much
I drink too much
You fucked me up
Yeah, my name is shit”
“M.B.O.T.W.O.” llega a nosotros como una visión desértica; Kyuss desplega como gran referente en este tema, pero desde una perspectiva mucho más sensible. Esta es la composición más corta pero más al grano de toda esta aventura de 18 minutos, en minuto y medio nos logra sumergir en la rapidez de su paso. Ecos de aguda seducción pregnan en este pasaje de interesante fluidez: la pieza central y esencial de esta experiencia.
Los últimos tres episodios de Mrs. Piss llegan en la misma clave: proyectando esta esencia stoner desértica con tintes más perversos y denotando la narrativa femenina del rock en primer plano. “You Took Everything” se presenta como un claroscuro, una mezcla de pasajes guturales y apacibles; “Self-Surgery” es un himno que evoca la perdición del autoflagelamiento mientras que “Mrs. Piss” es la tesis de esta rápida obra. Aquí muestran como esta figura de ser Mrs. Piss es una forma de representar a una mujer fuerte y que no le teme a las garras del patriarcado. Una forma intrépida de cerrar un capítulo que nos deja eternamente sedientos por más.
Chelsea Wolfe siempre se ha encargado de entregar sinceras obras de arte, ya sea en solitario, con King Dude o en Mrs. Piss. Lo interesante de este proyecto es cómo la artista fusiona sus ambiciones musicales con su copartícipe Jess Gowrie. Esta trama que tejen ambas es cruda, pero justamente un momento refrescante en la discografía de ambas: tiene una dirección puntual y satisface sus metas. Aquellos 18 minutos son justamente lo que necesita “Self-Surgery” para ajustarse como un álbum conciso. Llamarse siniestro a este proyecto es una adjetivo que funciona para describir el sentimiento que evoca cada composición, pero no es suficiente para explicar las interesantes capas que nos proponen: la narrativa femenina, la química feroz en formato dúo, así como lo carnal y elemental del proyecto.
Lírica y musicalmente reflejan la importancia de la colaboración y el equilibrio que tienen ambas artistas para presentarnos un stoner diferente y fresco. La narrativa femenina tiene una gran importancia cuando hablamos de insertarse en la industria del rock estadounidense, y “Self-Surgery” es una intrigante y precisa introducción para este proyecto, que ambas artistas aseguran tendrá más colaboraciones de otras artistas mujeres o disidencias a futuro. Nos quedamos con casi 20 minutos de salvaje ejecución desinhibida que proyecta una ferocidad musical refrescante; Mrs. Piss es una sólida fórmula de vehemencia musical.