La noche del 30 de octubre quedará grabada en la historia musical de Concepción, ya que por primera vez Noel Gallagher, guitarrista y compositor de la disuelta banda Oasis, se presentaba en otra ciudad de Chile y lo hacía en nada más ni menos, que en la mítica cuna del rock nacional que ha visto nacer artistas como Los Bunkers, Los Tres y tantos más que componen nuestra escena criolla.
Con una puntualidad que caracteriza a los británicos, Noel Gallagher hizo presencia en el escenario junto a sus compañeros de ruedo: Ross Pritchard, Gem Archer y Chris Sharrock, éstos dos últimos, integrantes también de la agrupación oriunda de Manchester y posteriormente, compañeros de Liam en su fallido proyecto Beady Eye.
Ante un público que llenó cada espacio del Gimnasio Municipal, los High Flying Birds hicieron vibrar la noche penquista por más de 1 hora 40 minutos, con un show que mantuvo en todo momento la conexión con cada espectador, complicidad que se notaba en cada integrante y que, sumado a las más recientes incorporaciones como Jessica Greenfield (coro y piano), Audrey Gbaguidi (voz) y Charlotte Courbe (tijeras y diversos instrumentos), aportaron de manera amplia, consolidando aún más sus presentaciones en vivo. Porque acá se nota la confianza que el grupo ha fortalecido en este año de gira mundial presentando su última producción Who Built the Moon? (2017), disco que ha llevado al mayor de los Gallagher a un viaje experimental, y que supo transportarlo desde el estudio a cada concierto.
Porque la química y confianza que poseen entre los integrantes se nota a leguas sobre el escenario, aquella que los hace reír a carcajadas ante los errores, como cuando Sharrock decidió terminar de manera anticipada Keep on Reaching (Who Built The Moon) o la coordinación magistral realizada en la interpretación de The Right Stuff (Chasing Yesterday), destacando por sobre todo el vozarrón de Gbaguidi, quien se robó todas las miradas y los aplausos instantáneos de los fanáticos. Misma instancia que vivió Courbe, cuando en She Taught Me How to Fly (Who Built the Moon) realizó la esperada performance con sus tijeras, momento esperado por los fans y que celebraron imitando el movimiento del improvisado instrumento con los dedos de sus manos.
Interacción que también contó con un discurso de Noel dedicado a Alexis Sánchez, recriminándole su elección al fichar por el Machester United y no por el Manchester City (equipo de sus amores), reprochándole al joven tocopillano sus intereses económicos y lamentando que incluso podrían haber sido amigos, pero que todo quedó en el olvido gracias al dinero, terminando su discurso con un “maldito bastardo”, en referencia a futbolista chileno.
Sin embargo, el momento álgido de la noche vino de la mano del mismo Noel, quien con su guitarra acústica interpretó Dead in the Water (Who Built the Moon), dejando en completo silencio al público que observaba de manera emocionada levantando las luces de sus celulares, generando una velada íntima que conmovió a Gallagher, quien al finalizar el tema decidió salirse del libreto y regalarle a los fans una interpretación acústica del clásico Supersonic, consolidando aún más su relación con los presentes.
Un show redondo que también contó con la ya recurrente interpretación de los himnos de Oasis como Whatever, Wonderwall y Don’t Look Back in Anger, como también de otras joyas como Little by Little y Go Let it Out, temas que siempre son recibidos de manera efervescente, para aquellos que ansían la -hasta el momento- lejana reunión musical entre los hermanos Gallagher.
Un evento demostró la consolidación de una agrupación y del buen momento creativo por el que está pasando Noel Gallagher, pero que sin dudas, también dejó entrever un futuro aún más auspicioso, para un músico que aún tiene demasiado por entregar.
Por Luz Venegas.