Llegaba a Chile tras haber terminado su participación en Lollapalooza Argentina el día sábado, y generaba espectación entre los valientes que fueron a esperarlo al aeropuerto. Corrían rumores sobre la hora de llegada de Gallagher. Se tanteaba cerca de las 8:20 de la mañana, donde solo llegaban los técnicos del músico. Se especulaba su arribo a las 11 am, luego a las 14 horas. Cerca de 40 personas esperaban a distintos artistas que debían llegar a nuestro país, tras participar en la versión argentina del festival, donde habían fanáticos de Die Antwoord, Florence and the Machine y del ex Oasis.
A eso de las 3 de la tarde, salía por una puerta lateral protegido por su guardaespaldas, evitando cualquier acercamiento con algún fan que pedía su firma, en una eterna espera de su visita por quinta vez a nuestro país. Era parte de un line up donde el cruce de edades era bastante disperso: algunos los tildaban de Kidpalooza. Una versión del festival que quizás, no tanto en el impacto de nombres rimbombantes, pero si de inmemorables shows, como lo fueron las presentaciones de Tame Impala, Julius Popper, Föllakzoid y Eminem, entre otros.
La presencia de Noel Gallagher nunca pasará desapercibida: fue cerebro de una de las bandas más icónicas de Inglaterra y de ser protagonista de la formación de un sonido que marca a las guitarras en distorsión donde el sexo, drogas y rock & roll eran parte del estilo de vida de los hermanos de los apellidos más llamativos para las revistas, radios y televisión de la época. Deja las drogas en 1998, tras lanzar el disco Be here now.
Comenzaba su presentación con 15 minutos de atraso. Noel Gallagher’s High Flying Birds aparecían a las 19:30 de la tarde, lejos del calor- a ratos aplastante-, que había en el parque O´Higgins. Arranca con Everybodyy‘s On The Run, de su primer disco solista lanzado en octubre del 2011, daba el arranque de unos de los shows más esperados por el público, y donde congregaba una de las convocatorias más altas de la segunda jornada de Lollapalooza 2016.
Con un sonido de primer nivel, continuaba con Lock all the doors y In the heat of the momento- ambos tracks de su último álbum Chasing yesterday publicado en 2015. Saluda a la gente y dedica una canción a la luna: Champagne supernova. El tiempo retrocede 21 años y en notas más altas en su interpretación, interpreta el clásico de Oasis con guitarra acústica, mientras era apoyado por su banda con bronces y de una guitarra eléctrica, y muestra la mejor cara del ex Oasis. De cambios rítmicos constantes Half the world away sucumbe del polvo y continúa con un track que pertenece al álbum de los lados B de Oasis. Un disco lleno de garra, coraje y valentía donde la icónica I am the walrus sacude tímpanos, en tiempos de tributar a The Beatles. Toca Listen up, con guitarra electrica en mano y su poderosa banda en que Mike Rowe lee sin titubear lo que quiere Noel Gallagher. Del primer álbum de Oasis se asomaba Digsy ‘s dinner en diferente resonancia. El repaso por Oasis era golazo al angulo para los más hinchas, pero también para el resto del público.
La bella y sensible If i had a gun hermoseaba el parque con sus brillosas capas de teclados, guitarras y coros. Para algunos, el clásico predominante de Oasis es Wonderwall. La versión interpretada en su presentación en Lollapalooza fue alucinante: instrumentos de bronce, un loop rumbeante en los coros y lo intangible de su rasgueo y de un cielo hermoso con una luna apabullante en su resplandor, a eso de las 20:05 de la noche. Repetía la fórmula con la movida A.K.A… What a life! de su primer disco como solista.
Los triunfos, el rápido ascenso a la cima del rock mundial, los ácidos, los éxtasis, el alcohol, las chicas: el concepto rock and roll vivían en 1995 con el disco que los paró frente al mundo: What’s the Story) Morning Glory?, con una rockera Dont look back in anger. Unas niñas de 15 años miraban con rareza al resto de los que coreaban la canción.
Ya son cinco las veces que Noel Gallagher ha pisado Chile. La primera fue en 1998 con Oasis en el estadio San Carlos de Apoquindo, donde convocaron unas 15 mil personas, mientras un enfermero esperaba a Noel en backstage con tubos de oxígeno. La segunda vez, cansado y de pésimo carácter, cerraban la gira del disco Dont believe the truth ante unas 9 mil personas, con Los Bunkers como teloneros. 5 de mayo de 2009, 12 mil personas en el Movistar Arena, presentaban el disco Dig out your soul, placa grabada en los estudios de Abbey Road. 13 de mayo del 2012. Vio a su equipo favorito de fútbol salir campeones de la liga en Santiago, de buen ánimo firmaba a todo fanático que lo esperaba en las afueras del hotel Hyatt, en el cual dio un show de lujo esa noche. Sonó un cañón. Y por quinta vez llegaba a Chile, donde la convocatoria ha sido la más alta de sus presentaciones en tierras chilenas: 45 mil personas.
Lecciones de un músico que sigue adelante y que saca buenos discos. Ya es algo viejo hablar de arrogancia cuando se refieren a Noel Gallagher : puso al rock británico en el cielo, vendían discos y entradas a sus shows a velocidades records y como solista, posee discos a su altura. La reinvención es continua.