Tardes soleadas de verano, jóvenes bronceados y sonrientes, con ganas de enamorarse y celebrar; repletar las discos que ofrece el mediterráneo. Esta es la escena que el sexto álbum de los franceses Phoenix, Ti Amo, lanzado a principios del sexto mes del año, evoca en las diez canciones que lo componen y que entrelazadas configuran una romántica, suave y brillante oda pop, generando dulces escapes en cualquier pista de baile del mundo, funcionando como una propuesta audaz de lo moderno y cosmopolita. Pero a pesar de que la placa proyecta panoramas de noches románticas en playas italianas, frente a una realidad sombría, mimetizadas con un sonido agradable de melodías particulares, hay algo que hace que la búsqueda implacable por el placer auditivo decaiga, y no haga de esta, una compilación estelar.
Nacidos en la bella y mítica Versalles, a finales de los años 90’, con estrechos vínculos musicales con sus coterráneos Air y Daft Punk, Phoenix comenzó de la mano de sintetizadores ligados al rock en un ámbito de bajo perfil. Sin embargo, Lisztomania y 1901 los sepultaron a la inesperada fama. Y ya en el 2013, gracias al aclamado Bankrupt!, se convirtieron en headliner de festivales como Coachella. Desde aquel álbum que no habían noticias musicales de los franceses y este esperado regreso, incluso recopila nociones de aquella placa. Sonidos delicados y sintetizadores furiosos dan cuenta de que Phoenix ha preferido, en esta ocasión, embarcarse en un viaje ligado al pop más que el synth-rock que los hizo famosos.
“Champagne o Prosecco?”, pregunta Thomas Mars en la mitad de Ti Amo. En esta canción la banda juega con lo que han llamado su “versión fantaseada de Italia”, dueña de mundos utópicos, donde se puede amar, con un trago sofisticado en la mano. Pero irrumpe con un tinte diferenciador que a ratos sorprende en la trayectoria, respecto a sus trabajos anteriores: Ti Amo se transforma en un himno de paz y hermandad en tiempos oscuros. Además del título, alza estrofas políglotas llenas de sentimiento (el inglés, el francés, y el italiano con el español son una sola alma). En la época que compusieron y grabaron la placa, su ciudad natal fue azotada por horrible ataques terroristas. Logrando, que a pesar de ser baladas ligadas a emociones simples, se convierta en una representación de que no es necesario emitir un discurso político de forma explícita en las líricas para que la música sea parte de un proceso difícil. En suma, los ritmos suaves, y los sintetizadores furiosos hacen de Ti Amo, una pieza imperdible.
Luego de este single, hay tres esenciales. La primera canción lanzada, “J-Boy”, un golpe pomposo en alguna discotheque vintage del antiguo continente. Impactante letra que habla de amantes rabiosos, sobre suaves pero potentes detalles sónicos que logran enganchar a la audiencia con la frase “Just because of you”, que suena una y otra vez para atraparnos de forma imponente. “Tuttifrutti” es otra pieza musical que da vida a la atracción esencial de Ti Amo. Compone una de las tantas referencias a la comida que incluye este trabajo. Un ritmo ágil hace rememorar y vivir climas bañados por el sol, e incluso conectarse con los sonidos que entregaba New Order.
El helado más puro de Italia, que solo es crema endulzada, se le llama Fior Di Latte. Tal como el cuarto track. Y en honor a su origen, la canción es tan deliciosa como simple. Ligada al pop muchísimo más elegante, sugiere que Phoenix de a poco se adentra en un reinvención, que de cierta forma parecía esperada.
Nos dejamos sorprender. Pensamos que queremos algo más de Phoenix, pero sin que desechen sus raíces del todo. Una balada brillante forma parte del disco, “Lovelife“, rescata la escena electro-indie, irradiando suavidad y alegres sonidos que recuerdan los sintetizadores de Kraftwerk. Y aunque quizás no funcione como un hit, parece una canción necesaria para musicalizar los días de verano. Lo interesante es que a pesar de su título, la letra responde a algo totalmente distinto: arrepentimiento y soledad.
Temas como “Fleur De Lys” y “Via Veneto” representan la idea de una Europa romántica y nostálgica, donde el valor está en su historia, sumergido en el pop. Pero no funcionan más allá de eso.
A pesar de que responde a una placa de calidad, llena de elementos complejos y que sin duda ha hecho a bailar y deleitarnos, deja la sensación de poco esfuerzo. Sonidos y lugares comunes con el fin de repetir el éxito inolvidable de “Bankrupt!” y de “Wolfgang Amadeus Phoenix“, pero con pocas cosas nuevas que ofrecer. Un álbum fácil de querer, pero difícil de admirar.