El rock es pura actitud. Este ya no es país para viejos, la música siempre ha estado en manos de los jóvenes y los instrumentos pesados no serán aquellos que marquen la excepción. Con el paso de los años quienes envejecen con el polvo entre sus cuerdas han luchado contra la idea de que algún día estarán muy viejos como para hacer música. Algunos escupirán en su descendencia, la renegarán y solo abrazaran el día en que imiten fielmente el legado de sus padres y madres. Pero así no funcionan las cosas.
Portugal. The Man es un quinteto estadounidense que lleva dando vueltas por los escenarios por ya 15 años. Mas no vieron el fruto de su trabajo hasta el explosivo “Evil Friends”, publicado en 2013. Aún cuando fundamentales sencillos se escabulleran por las listas de éxitos alternativos como “All Your Lights”, fueron cortes como “Modern Jesus” y “Hip Hop Kids” aquellos que hicieron de un nombre conocido al grupo. Mezclando elementos psicodélicos con bases alternativas, líricas ácidas, directas y confrontacionales. Un choque entre generaciones.
El paso del tiempo ha sido un tema constante en la narrativa del quinteto. En el séptimo LP del grupo John Gourley reflexiona profundamente a través de la voz de un adulto perdiendo su juventud. Desde el estado de la música actual y el lento enguillir de sonidos modernos sobre guitarras clásicas, hasta la pérdida de la realidad a través de las drogas. Religiones corruptas, armonías psicodélicas y feroces críticas sociales disfrazadas levemente en melodías pop. Es sencillo admitir que esta producción es la más ambiciosa de la banda, porque lo es. Un álbum redondo de cortes ácidos y temáticas agresivas.
En la cima del éxito, abrieron paso a su mayor descanso creativo. “Woodstock” era lo que los esperaba al final del camino. Una mezcla levemente accidentada, aunque feroz y jovial. Equilibrando elementos modernos, el objetivo del grupo es evidente, trae la nostalgia de los 60s al siglo 21. Diferenciándose de un sucio sonido de guitarras poco pulidas, las producción se acerca a una combinación de múltiples sonidos pop actuales. Adaptando las voces de la nueva década, y conservando aquello que los hizo fascinantes en primer lugar.
El resultado fue inmediato. “Feel It Still” quebró todas las murallas y penetró en el consciente colectivo como un divertido himno de pop rock. En su narrativa explorando conceptos tan sencillos como el paso del tiempo: “Déjame hacerlo como si fuera 1986, podrá haberse acabado, pero aún lo siento“. Deliciosas pulsaciones independientes. Los últimos rastros de un grupo engullendo la escena mainstream, pero sin remordimientos en su piel. Un corte tan masivo que incluso Obama lo mencionó en sus canciones favoritas de 2017.
En sus melodías, los estadounidenses han llegado a una zona confort de pop, rock y música psicodélica. Aún cuando aspiren al número 1 de las listas de éxitos, siguen manteniendo un estilo fresco y único. En lugar de renegar el paso del tiempo y estancarse en mezclan anticuadas, Portugal. The Man abraza estas nuevas fronteras. Porque seguir componiendo es un reto. Es ponerse límites solo para quebrarlos más adelante. Y estos músicos no vienen a masajear al rock y decirle que todo estará bien. Por el contrario, escupirán en su cara y harán gárgaras con sus cenizas.
Su último paso en tierras nacionales fue, de hecho, en la versión de 2014 de Lollapalooza, con su séptimo álbum bajo el brazo y un Parque O’Higgins sumiso a sus pies. Después de seis producciones uno pensaría que el reconocimiento no se asomaría nunca, pero henos aquí, hablando de una agrupación de adultos, millenials solo por tecnisismo. En una semana volverán a despertar sobre un escenario nacional, y más vale que el joven en ti esté listo para afrontarlo. El sol estará sobre sus caras, el sudor cayendo de sus frentes, pero la vitalidad nunca tocará el piso.