Totalmente imaginativo, científicamente sólido y emocionalmente conmovedor, “Proyecto Hail Mary” de Andy Weir -el cautivador autor de “The Martian”- es un libro que viene a atacar las mismas curiosidades de su libro anterior desde una nueva y fresca perspectiva. Sin dejar de lado la ciencia que respalda un viaje estelar, Andy Weir compone interesantes historias que se entrecruzan de las maneras más interesantes posibles, llegando así a una novela que podrá atrapar desde el más ávido lector de ciencia ficción hasta quienes aún no se entregan a aquel territorio.
Lanzado apenas este 2021, “Proyecto Hail Mary” tiene una premisa interesante: Ryland Grace es un astronauta solitario con la tarea de salvar a la Tierra del desastre, pero está solo y no tiene recuerdos de lo que sucedió antes debido al largo coma inducido del cual acaba de despertar. Tiene que encontrar una manera de salvar a la Tierra del desastre y luego volver a casa, él solo, ya que ambos de sus compañeros astronautas han muestro en el viaje. Y él es la última esperanza de supervivencia de la Tierra, como en cualquier otra historia de astronautas solitarios ya sea en formato escrito o audiovisual.
Dicho esto, esta no es una copia de “The Martian”, lo que era justamente una de las controversias iniciales de esta lectura; Weir aún logró hacer de “Project Hail Mary” un libro diferente además de la premisa y la estructura narrativa increíblemente similares. Nos encontramos aquí con una ficción científica que aparte de ser creíble y respaldada de forma fidedigna, añade interesantes creaciones y problemáticas entre la Tierra y el espacio. Los astrófagos en esta novela son unas pequeñas formas de vida que están comiendo la energía solar y por ende, aterrorizando la vida en la Tierra. La misión de Ryland, apenas un profesor de ciencias del colegio, es uno de los encargados de lidiar con estos extraños seres y encontrar la solución al problema de la desaparición de la especie humana, los animales que habitan nuestro planeta y las infinitas formas de vida que nos rodean.
De entrada la historia es interesante y aún más es la facilidad de Weir para explicarnos la ciencia detrás de esta historia, también haciendo aquella explicación creíble y plausible. No por nada el astronauta Tim Peak de la Agencia Espacial Europea tachó esta novela de “uno de los libros de ciencia ficción más verosímiles que he leído nunca”. No hay nada peor que leer un libro de ciencia ficción y darse cuenta de que la parte científica es una completa y absoluta mentira. Y aquello no es casualidad, ya que el autor es ingeniero informático y ávido conocedor de la física relativista y todo aquello que conforme el extenso espacio que nos rodea.
Dejando de lado la ciencia que abarca gran parte de esta novela, esta historia es mucho más que aquello. Se trata de esperanza y de encontrar conexiones en los lugares más inesperados, no sólo intentar salvar las millones de especies de la Tierra sino encontrar las similitudes con otras formas de vida en el espacio. Y es aquí donde el personaje más intrigante y complejo llega a la historia: Rocky, un ser del planeta Eridian que se contacta con Ryland Grace. Rocky es complejo como ser biológico, habla con un lenguaje musical intricado y tiene una personalidad potente, y es que Andy Weir confeccionó quizás a su mejor personaje hasta la fecha, para no darles más spoilers de este libro. Y es que entre Ryland y Rocky conocemos el real motor de esta historia: el foco en la relación y amistad entre seres muy distintos.
Si hablamos de la voz de su narrativa aquí, se siente muy similar a la de Mark Watney en “The Martian”, y es una comparación inevitable cuando estamos pensando en la escritura y desarrollo de personajes del autor. Acá tenemos una narrtiva contada desde distintos momentos cronológicos, uno en el presente y en el espacio, y el segundo en la Tierra, mientras Ryland empieza a recordar las reales intenciones de este proyecto suicida.
Aún así, lleno de positividad, intelecto y emoción, “Proyecto Hail Mary” alcanza a “The Martian” en cuanto a cómo te atrapa la lectura y el desarrollo del plot, creando situaciones intergalácticas críticas, plausibles, emocionantes y feroces. Y si nos preguntan ¿cuál es el punto culminante de esta novela? Rocky. Sin duda, Rocky.