Queens of the Stone Age es de esas bandas que legítimamente parecen haber creado un lazo con nuestro país. Desde su debut en 2010 que sus visitas se han hecho frecuentes, y con el paso de los años el enlace no ha hecho más que vivificarse. Anoche, con un álbum nuevo bajo el brazo y un público sediento de rock sucio y escandaloso, los californianos tuvieron la misión de romper las barreras que ellos mismos habían impuesto.
Una vez las psicodélicas luces se posaron sobre el escenario, el rock lo fue todo. A eso de las diez y media empezaron a brotar los primeros atisbos de música en vivo. Abriéndose paso sobre el escenario emergieron los siniestros miembros del grupo liderados por el carismático Josh Homme, quien apoderándose de su guitarra dio paso a que la banda interpretara “If I Had a Tail”, de su penúltima producción. Los instrumentos se olvidaron de las versiones pulidas del estudio, pues esa noche todo fue suciedad y distorsión. Los espectadores comenzaban a ponerse cómodos mientras movían sus pies al ritmo de los acordes.
“Head Like a Haunted House” fue la encargada de estrenar a “Villains” en tierras nacionales, recordando a un Homme más cercano a sus proyectos paralelos que a un Queens clásico. Los acelerados pulsos del tema se adentraron en el sistema nervioso del frontman para tenerlo bailando cada vez que la situación lo ameritara. El energético desplante que el líder irradiaba hacía imposible no volverlo el foco de la noche. Su carisma innato sumado a sus excelentes habilidades musicales son la receta del éxito, y un menú que nunca ha dado muestras de falla.
El listado de canciones fue permutándose constantemente entre el QOTSA temprano y el de la nueva década. Mientras “Monsters in the Parasol” abría el hambre por un rock pesado y stoner, “My God Is the Sun” recordaba el porqué adoramos tanto las últimas producciones de la banda. La permanente presencia de temas prematuros del grupo sumergieron a la arena en la suciedad de las guitarras pesadas, una época que bien podría haberse asemejado más el metal pesado que al rock alternativo. A esto le seguían ritmos estridentes de baterías solidas, redobles sofocantes acompañados de platillos ensordecedores. Un conjunto de sonidos que en algún otro contexto podrían haber sido solo ruido, pero acá eran deliciosas melodías salvajes.
Cortes como “The Way You Used To Do” y “Feet Don’t Fail Me” aportaban una variada ración de rock n’ roll, bailable a su manera. Tonadas que podían poner al más reacio de los espectadores a danzar frenéticamente al pulso de las cajas. Todo esto mientras la banda resplandecía en honesta diversión. Homme intercambiaba modestas sonrisas con el público cuando a su vez se detenía entre canciones para hablar sobre respeto y tolerancia. En contraste con la rudeza de su imagen y música, su actitud ilustraba desinteresada jovialidad.
El recorrido por la discografía de Queens dio paso hasta para que el chileno, amigo y telonero de la banda: Alain Johannes, se uniera al quinteto para interpretar “Hangin’ Tree”. El toque de rock desértico del duo se equilibraba enajenádamente con el resto de las canciones. Las agitadas guitarras se mezclaban para dar en deliciosos solos de guitarras, además de potentes pulsos pesados. Aún cuando a ratos el sonido se perdiera en la saturación intrínseca de la distorsión (y el equilibrio de la amplificación quedara descompensado), era sencillo entrever la columna de los cortes, y con ello moverse a su pulsación.
“Make It Wit Chu” dio en un suave contraste con una melodía dulce cercana al blues rock. La sexy tonada de amor desértico no solo cautivó el corazón de cada uno de los presentes, sino que los tuvo moviendo sus labios al sonar de la letra y agotando sus pulmones en honesta pasión. Mientras tanto, Homme zarandeaba dócil y cálido, perdiéndose entre sus compañeros y la música que los escoltaba.
Llegando al final de la noche, el quinteto interpretó “Regular John” de su álbum debut, para finalmente retirarse con “A Song for the Dead”. El pináculo de la velada terminó siendo del rock más primitivo que el grupo ha confeccionado. Acordes sucios y primarios, baterías desoladoras y bajos ensordecedores. Cada vez aumentando el pulso para finalmente cerrar en seco, entre no más ruido que el de los mismos espectadores. El cierre ansioso y árido, de una banda que nace desde las profundidades del infra-mundo.
La noche fue tenebrosa, ácida y cálida. Un líder de innato atractivo moviéndose suavemente sobre el escenario, cautivando el corazón de sus fieles y sembrando su infausta palabra. Arrasando como el más letal de los padecimientos. Arrastrándose con dulce melancolía, y energética rabia. Una banda en la cumbre de sus habilidades entregando algo superior a solo una sólida presentación. La siniestra exhibición de un sueño psicodélico de baile y rock pesado
Setlist:
- If I Had a Tail
- Head Like a Haunted House
- Monsters in the Parasol
- My God Is the Sun
- Feet Don’t Fail Me
- The Way You Used to Do
- You Can’t Quit Me Baby
- No One Knows
- The Evil Has Landed
- I Sat by the Ocean
- Hangin’ Tree
- Domesticated Animals
- Make It Wit Chu
- Smooth Sailing
- I Appear Missing
- Villains of Circumstance
- Little Sister
- Go with the Flow
- Regular John
- A Song for the Dead