Las pantallas indicaban ‘The End’. Los gritos se apagaban y las 60 mil almas presentes en el Estadio Nacional comenzaban su paulatino retorno a casa. Al frente, las cenizas de una infernal noche se mutaban en Ozzy Osbourne, Geezer Butler y Tommy Iommi. Un espectáculo que sería el último encuentro con Black Sabbath: la llamarada apocalíptica que quedaría presente en todos sus súbditos al ritmo de clásicos del metal. Pero tal parece que una vez más los ‘padres del metal’ podrían contradecirse, y echarse guitarras, baterías y bajos al hombro para volver al estudio.
Al menos así lo afirma su alma máter, Tony Iommi, quien deja abierta la posibilidad a encontrarse en el estudio con sus compañeros. “Me han preguntado: ‘¿Qué vas a hacer después de esto?’ Bueno, no sé. Siempre y cuando no esté de gira mundial, estoy bien. Es sólo el viaje el que me pone malo. Puesto que estaba enfermo de cáncer. Es lo que realmente me afecta ahora”, cuenta.
“No quiero dejar de tocar, aunque sea sólo para mí, pero ahora está la gira , aunque hay un día en el que tienes que decir basta y te tienes que ir y decir: Mira, lo hemos hecho durante casi 50 años. Pero puede suceder lo contrario. Que la banda también puede volver pronto a los escenarios de los festivales y grabar un nuevo álbum. De hecho, sería bienvenido”, concluye.
Palabras que se condicen con las expresadas por el ‘príncipe de las tinieblas’ semanas atrás. Fue enfático en comentar que intentó expandir aún más el periplo de ochenta shows, ya que considera no alcanzará a pasar por todos los lugares deseados: “Tony quiere hacer 80 conciertos, así que haremos 80 conciertos, que son bastantes pero no me importaría extender la gira un poco más, hay mucha gente que no podrá vernos, pero no creo que vaya a pasar”.
Lo interesante vino a continuación ya que sin rodeos declara que la responsabilidad del fin de Black Sabbath no corre por su cuenta, si no que el resto de integrantes: “No soy yo el que se quiere retirar, es Black Sabbath, yo continuaré con mis asuntos musicales, mi esposa me ha dado información parcial, pero sé que no voy a colgar la toalla por un buen tiempo más”.
De momento el futuro de Ozzy Osbourne tras el fin de Black Sabbath oscilaría netamente en su carrera solista, claro está a menos que su mánager y esposa Sharon Osbourne diga lo contrario.
Black Sabbath fue el que forjó, al empezar la década de los ’70, una nueva rama de la música rock, convulsionada en ese entonces por la explosión de estilos que había desatado la sicodelia. Tony Iommi y compañía desarrollaron una propuesta que desafiaba todo lo conocido hasta entonces, aportando la “pesadez” en los riffs de guitarra y en las líneas de bajo, como nunca nadie se había atrevido a tocarlos; una batería igualmente atronadora; y un demente como vocalista, que cantaba letras delirantes como si el mundo se fuera a acabar en pocas horas. Todo teñido de una oscuridad que daba escalofríos.
Había nacido el heavy metal. Un estilo temido, rechazado e incomprendido ya desde ese entonces. Black Sabbath impuso un nuevo estándar con su debut homónimo de 1970, y se consagró con su segunda placa Paranoid a fines de ese mismo año, inscribiendo himnos rockeros para la posteridad, como War pigs, Iron man y la misma Paranoid. Que se sumaban a las del primer disco como Black sabbath, The wizard y N.I.B..