El show de anoche en el Movistar Arena distó bastante de lo que fue su primera presentación en Lollapalooza 2019, cuando recién llevaba El Mal Querer a los escenarios. En esa ocasión Rosalía fue acompañada de un cuerpo de baile exclusivamente femenino y su show no incluía visuales que destacaran, tampoco tenía un setlist sólido para llenar los 45 minutos que duró el show, de hecho, tuvo que echar mano a tres canciones que nunca funcionaron lo suficientemente bien para tener un lanzamiento oficial.
La gira MOTOMAMI, por su parte, perfeccionó tanto visuales, coreografías e incluyó un setlist perfecto tomando en cuenta el catálogo de Rosalía. Pero tal vez lo más importante de todo es que el espectáculo contó con una identidad muy bien trabajada, transportando todo lo que la artista buscó expresar en su disco a un show en vivo.
Un componente de esta identidad fue el recurso selfie que se proyectaba en los costados de la pantalla principal, lo que a ratos tradujo a una Rosalía haciendo dos espectáculos al mismo tiempo, uno en vivo y en directo y otro en formato TikTok, lo que sumó dinamismo, energía y complicidad al show. Esto se manifestó especialmente en LA NOCHE DE ANOCHE, cuando sostuvo en sus manos una cámara que la acompañó durante toda la canción en que hizo cantar a los asistentes de las primeras filas y se paseó por sectores del público que miraban extasiados mientras ella hacía lo suyo con una actitud digna de una entretenedora de talla mundial.
Cuando sonó DESPECHÁ ya entrada la segunda mitad del show, el público reaccionó de una forma que sólo un fenómeno de ese tipo puede lograr. Probada en TikTok y lanzada oficialmente varias semanas después, la canción es un testimonio de la nueva forma de lanzar y promocionar canciones en la época de la red social china. En España DESPECHÁ fue coreada de la misma forma que sus temas más calados incluso antes de aparecer en Spotify y en YouTube, todo gracias a un clip de 40 segundos posteado por la cantante y que alcanzó los millones de views en pocos días.
En las dos horas que duró el show, Rosalía transitó por los muchos estilos que forman parte de su catálogo, desde un reggeatón sin apellidos en canciones como Con Altura o Yo Por Ti, Tú por Mi, pasando por el flamenco de sus raíces con Catalina cantada a petición de una fanática, hasta esa exquisita mezcla de géneros que recorren El Mal Querer y MOTOMAMI.
Entre medio de las coreografías desenfrenadas, también hubo tiempo para momentos más íntimos, como en la inolvidable Dolerme, una performance que la vio en medio del escenario sola en compañía de una guitarra y que terminó en lágrimas en el rostro de la cantante.
El show de Rosalía ante un Movistar Arena agotado fue una muestra contundente del talento de una artista que ha evolucionado inmensamente en sólo unos pocos años. Un show que tuvo de todo – hasta cánticos por el Apruebo- y que demostró que ser una cantante de talla mundial no significa ceder originalidad ni dejar de tomar riesgos.
Revisa el setlist acá.
Fotos por Andrés Ibarra