Por Salvador J. Leiva
Screaming Females se anotan con quizá uno de los discos más refrescantes que se podrán encontrar este año en materia de guitarras e indie rock. Los de New Jersey vuelven a estar en la palestra musical con su séptimo álbum de estudio titulado ‘All at Once’. Traduciendo el título al español, resultaría en ‘todo a la vez’. ¿Será ésta una insinuación a lo que refleja el álbum, siendo instantáneo y fácil de digerir? A grandes rasgos, pareciera que al escuchar el largaduración de manera completa, aquella pregunta se responde sola.
Lo que encontramos aquí es un rock veloz y sin mucha complejidad, que va dejando tras de sí canciones de alto calibre en términos guitarrísticos, donde la guitarrista, voz y cara principal del conjunto, Marissa Paternoster, llega a demostrar posiblemente el peak de su potencial, tanto como cantante y guitarrista. Claro ejemplo es la punk-rockera ‘I’ll Make you Sorry’, donde el coro es tan pegajoso como la miel y los solos de guitarra son pulcros y correctamente ejecutados.
Como una apología a la era de la información en la que estamos sumergidos, el primer track del álbum, titulado ‘Glass House’, habla de dos personas que viven en una casa hecha de vidrio, donde una persona aparentemente quiere controlar a otra, estando ésta privada tanto de libertad como privacidad. Según las mismas palabras de la guitarrista y vocalista:
“Nuestro mundo menguante está aplastado por un diluvio de información, contacto constante y lodo en las redes sociales. Se ha reducido mi conexión con la realidad de una manera que me resulta bastante molesto”.
Dos puntos altos, ahora en términos instrumentales, son ‘Black Moon’ y ‘Dirt’. La primera apela otra vez al punk-rock de coros oreja y velocidad constante, mientras la segunda, más breve, tiene interesantes guitarras que podrían acercar a cualquier fan de Arctic Monkeys (con un sonido muy a-la-Humbug), mientras la letra habla de auto medicarse para evitar mentiras. Otro par de canciones que funcionan muy bien juntas son ‘Deeply’ y ‘Self Domination’: mientras una es más pausada e instrumentalmente prudente, la otra goza de dinámicas percusiones junto con tener quizá el coro más instantáneo del álbum.
La corta ‘End of My Bloodline’ entra a escena como un entremés para la pieza de dos partes que lleva por nombre ‘Chamber for Sleep’ que terminan siendo principalmente expresiones instrumentales con insinuaciones románticas. La armoniosa ‘Bird in Space’ contiene un notable solo de guitarra, mientras que ‘Fantasy Lens’ deja entrever otra vez la faceta más punk que el trio estadounidense puede ofrecer. Los dos minutos y medio de ‘My Body’ resumen todas las buenas sensaciones que podría dejar este disco y el cierre con ‘Step Outside’ revalida otra vez lo talentosa que es Marissa con su instrumento.
‘All at Once’ contiene diversión hecha con guitarras. 15 canciones que atestiguan lo bien que lo pasan Jarrett Dougherty en batería, King Mike en bajo y la esencial Marissa Paternoster haciendo lo que más les gustan hacer: Música tangiblemente honesta, instantánea y genuina. En resumen, un álbum de rock más que recomendable.