Lollapalooza siempretiene bajo la manga momentos especiales y sorpresas gratas. Sólo por nombrar algunos, está la prinera performance de Alabama Shakes y el vozarron de Brittany que dejó a varios con la boca abierta, el cierre de lujo de New Order, la convocatoria todo público de Congreso, la química de Imagine Dragons, y las gratas sorpresas que fueron Portugal. The Man y Bastille;todos hicieron a muchos parar en seco mientras pasaban por su show.
Este año la historia se repitió. La banda alemana de reggae Seeed se suma a la lista ilustre de “Revelaciones Lolla”. Esos artistas desconocidos que terminan encantando a un público que mayormente está de paso o bien quiere cachar qué onda.
Y leíste bien. Una banda de alemanes, todos “caucásicos” excepto por dos de sus vocalistas, todosde distintas edades, muy dignos ellos vestidos de terno, cantando reggae en alemán, inglés y el idioma propio de este estilo, el patois jamaicano.
La apuesta es riesgosa. Se presentan en un ACER Stage caluroso a las 3 pm, el domingo, en pleno Superclásico. Pocos en el público los conocen; solo algunos alemanes corean sus primeros temas como “Respectness” y “Release”. También sonaron sus clásicos “Dickes B” y “Music Monks”, con los que la rompieron en la escena reggae.
Su setlist no varió mucho de sus presentaciones en Lolla Brasil y Argentina, ni tampoco la “sorpresa” que le tienen al público a mitad del show: la banda de percusionistas de EEUU. Cold Steel y la canción dedicada a Chile. Pero lograron reinventarse, y con creces.Así, el pegajodo mix de reggae, rock y coreografías de sus tres vocalistas fue tan poderoso que rápidamente conquistó a los escépticos y animó a los vivos a sacarse los zapatos y bailar en el pasto.
La canción dedicada a Chile vino con yapa también: un estribillo en español que se burla un pocode la Roja, deja a nuestra cerveza en ridículo e idolatriza a las chilenas. Un equilibrio justo. Los Seed también nos regalan un poco de rock, ya que “nosdijeron que los chilenos prefieren ese estilo”. Claro que le agregan de su cosecha, y el cabeceorápidamente se convierte en baile.
Finalizado el show la ovación no se hizo esperar. Los vocalistas Peter Fox, Dell y Boundzound reciben los furiosos aplausos felices, y el resto de la banda -incluido el coro de trompetas que tenían su show privado más atrás- agradece emocionado el griterío.
Formado en 1998, este colectivo de 11 artistas le añadió un toque distinto al reggae, siempre asociado a bandas jamaicanos y africanas. En Alemania son furor y de a poco han cruzado las fronteras acústicas en Europa. Pero les faltaba América, así que la apuesta de presentarse en un festival masivo que asegura un nivel de público es un acierto.
Por eso quedan las ganas de escucharlos nuevamente en vivo, con un show propio, a una hora más benigna, y un escenario que le haga mérito a sus casi 20 años de trayectoria.