La noche estaba fría y el escenario Acer nos brindaba la brisa del parque tardío. Apenas podíamos sentir el pasar de la hora, ya que Rosalía había dejado su ardiente performance hace tan solo 40 minutos. Con un dulzor post atardecer la luces brillaban por una artista que ha desbordado el rock como género, y comprime en él la seducción poder de un instrumento jamás obsoleto. Señores y señoras, hemos sido testigos de la seducción más abrasiva y letls que hemos podido presenciar, hemos sido testigos de la gran artista y salvadora St. Vincent.
Con un show en Argentina realizado el viernes 29, Annie Clark llegaba a Chile con mucha expectativa de parte de sus fans, algunos de los cuales fueron lo suficientemente afortunados para verla el 2015 en el mismo escenario. Con una caminata más que carnal, la artista nos deleitaba con un traje negro, prácticamente el mismo que utilizó con Dua Lipa en los Grammys, y su protagonista principal: su Ernie Ball Music Man Signature Guitar en su versión limitada naranja. La electricidad ya estaba presente, la tensión se expandía entre los cuerpos presentes apenas St. Vincent tocaba sus primeros riffs.
Con una sensatez y lujuria a flor de piel Annie desató su banda sampleada para destellar sus efervescentes y plásticas visuales con nada menos que “Sugarboy“. Con una audiencia relativamente reducida, que mantenía a sus fans en las rejas el ánimo se volvió eléctrico. Sin nada que ocultar la artista y maestra guitarrista nos sumergió a lo largo de 13 temas, en la dulzura y potencia abrasiva de su voz en vivo. Sin cortes ni tiempo para respirar Annie nos deleitaba single tras single. “Los Ageless” sonó robusto e impetuoso, electrizante hasta los huesos mientras el solo en su Signature Blanca destellaba la efervescencia de aquel Los Ángeles vanidoso.
“Pills” y “Savior” siguieron, mientras Annie no se mantenía unida a sus guitarras por mucho tiempo, mostrándonos toda su paleta de color en el arsenal de las guitarras diseñadas por ella misma. “Savior” fue escepcionalmente acorde a todo lo sucedido, las letras ornamentaban toda la puesta escénica de latex que se ajustaba perfectamente a Clark y sus robóticos pasos sincronizados con absolutamente todaslas isuales proyectadas en pantalla. “Masseduction” fue un gran destello de una noche que solo podemos describir como perfecta en los ámbitos de St. Vincent. Aquel tema se dejaba ver como un espejismo de sensualidad dirigido por una mujer solitaria en el escenario, pero que nos dejó anonadados con la capacidad que tiene para llenar un escenario solo consigo misma y su arma elegida.
“Marrow“, un tema esperado por todos aquellos que trazan su lealtad hasta el “Actor” de 2009. Es aquel temael que justamente destella la esquizofrenia con la que Annie desliza sus dedos en su guitarra, destella aquellos primeros indicios de locura, sensualidad y frenetismo eléctrico. “Digital Witness“, “Rattlesnake” y “Birth in Reverse” llegaron al hilo para marcar la presencia del homónimo, con temas tan letales y lujuriosos que podrían habernos matado al instante.
Cuando aparece “New York” Annie se deja llevar en el único momento más cerca de las masas. Micrófono en mano e improvisando las letras por un español previamente estudiado, Clark nos repetía “you’re the only conchesumadre in this city who can handle me”. Risas y melancolía era lo que nos dejaba a punto de terminar su excepcional show con “Fear The Future“, tema con el cual agradece y se retira aparentemente forzada por el backstage a dar término al set.
¿Hemos vivido la máxima experiencia St. Vincent en este Lolapalooza? Probablemente no, y la respuesta es muy simple: el tiempo. Annie nos brinda al menos 18 temas en un show en solitario, pero con los restringidos horarios de festivales no logra atacar con todas las armas que sabemos lleva recorriendo el mundo hace dos años años con el tour “Fear The Future“. Además, lo excéntrico y potente de su propuesta no solo ameritaban un escenario principal sino que un show en solitario en un recinto acorde a su público y performance. Lo que sí hemos vivido es una experiencia letal, seductora, lujuriosa, eléctrica honesta y extremadamente intrépida. St. Vincent nos brinda la crudeza y audacia de su nueva propuesta escénica, la tenacidad en sus atuendos, la plasticidad intencionada de su visuales sincronizadas y el empoderamiento de una artista que sobrevive con su guitarra y el coraje que la acompaña.
Hemos sido testigos de un show completo, potente y abrasivo. Con una dirección de arte al filo de la precisión. Hemos sido testigos de quizás la artista vanguardista más ecléctica y efervescente de hoy, una fortaleza no fávil de saborear pero que nos envuelve en la saturación de una paleta de color complementaria. St. Hemos sido testigos de St. Vincent en la más eléctrica de las seducciones letales.
Setlist:
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Sugarboy
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Los Ageless
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Pills
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Savior
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Masseduction
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Marrow
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Cheerleader
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Digital Witness
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Rattlesnake
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Birth in Reverse
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Slow Disco
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New York
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Fear the Future