Stranger Things es la serie que más revuelo ha alcanzado a nivel televisivo en lo que llevamos del 2016. Es difícil que una serie, un único show, logre cautivar a tantas personas, todas con gustos y preferencias diferentes. La serie, creada por los hermanos Matt y Ross Duffer, tiene mucho de ciencia ficción, drama, toques de comedia, altos niveles de aventura, y mucha, pero mucha buena música.
Ambientada en la década de los 80, Stranger Things cuenta las aventuras de cuatro amigos que comienzan una intensa búsqueda cuando uno de ellos desaparece. Entre medio del misterio, aparece una niña muy especial (“Eleven”, interpretada por la ahora muy popular y estilosa Millie Bobby Brown) quien los guiará para encontrar al extraviado Will. La serie, de ocho capítulos, es para devorarla en dos días. De principio a fin, no hay capítulo lento ni que dé un respiro para la imaginación. A ese increíble y profundamente profesional tratamiento audiovisual, hay que sumarle la excelencia musical de la cual somos testigos al poner “play” en nuestro Netflix.
Sin duda una tremenda característica de los años 80 fue el desarrollo de bandas de culto que perduran hasta hoy. Y sumado a ellas, se mezcla con las tenidas, las marcas y los peinadosde la época, creando escenas que son imposibles de no entrelazar con piezas audiovisuales tan memorables de aquellos años como lo fueron “Encuentro Cercano del Tercer Tipo”, “The Goonies” o “E.T”. Es decir, harto de Steven Spielberg.
Oda a los 80’s
Ver Stranger Things es subirse a una máquina del tiempo y retroceder 30 años. Gran parte del furor que causó el show fue por la nostalgia que provocó en quienes vivieron (y escucharon) en la época dorada del punk, rock y la glorificación de los sintetizadores.
Parte de la música de la serie inspira misterio y temor, sentimientos que a través de cada capítulo abundan en nuestro inconsciente. “Elegia” es la canción principal, la apertura, y se paran los pelos al escucharla. Es de la banda ochentera “New Order”, y combina post punk con electrónica. Un tema que dura 17 minutos y que se encuentra en el disco que la banda lanzó en 1985, “Low-Life”.
A ellos es imposible no engancharles la banda “Joy Division”, que se formó a finales de los 70 pero que transcendió a la siguiente década. Sin embargo, cuando iban a comenzar su primera gira por Estados Unidos en los 80, su líder Ian Curtis se ahorcó en la cocina de su casa escuchando el disco “TheIdiot” de Iggy Pop. De sus cenizas, nació la ya mencionada “New Order”. Uno de los temas donde podemos escuchar a Curtis en la serie es “Atmosphere”. Una voz depresiva, lenta, que se mezcla con los sintetizadores y sonidos mágicos que generan justamente una atmósfera 100% ochentera.
Retrocediendo a los 70, pero activos en los 80, también podemos disfrutar de Toto. Su tema, “Africa”, suena como una canción inspiradora, aunque el trasfondo es bastante triste: es la historia de un niño que describe el continente que no puede visitar, pero que dice conocer gracias a lo que ve y lee sobre él. Se alejan bastante del punk característico de la época en la que se ambienta la serie. Más que ser duros, políticos y un tanto agresivos a lo que podemos escuchar, Toto mezcla más soul, R&B, jazz y funk, entre otros.
La importancia de The Clash
Uno de los temas emblemáticos de la serie es “Should I stay or should I go” (escrita en 1981), quienes la vieron sabrán porqué (¡no queremos ser spoiler de nadie, aunque a estas alturas, todos forman parte de la fanaticada de Stranger Things!). El tema es, a su vez, un himno de “The Clash”. Esta banda, formada en 1976 y que se mantuvo activa hasta 1986, fue un ícono de la primera ola punk y, como muchas de ellas, sus canciones tenían un trasfondo político importante. Cantaban contra la monarquía y la aristocracia, aunque no eran profetas de la anarquía. Sin embargo, sí eran partidarios de políticas radicales orientadas al socialismo.
The Clash tiene bastante influencia en lo que se ve en la serie más allá de lo que cantan. Las vestimentas de los jóvenes de secundaria se asocian mucho a cómo la banda se vestía. El mismo hecho que anduvieran siempre “en pandilla”, se asocia a los videos clip de varios grupos punk y a la existencia de ellas en la juventud ochentera.
Ver Stranger Things es revivir todo eso y más. Está perfectamente bien hecha en todo sentido. Un trabajo bajo lupa, con un guión interesante y una dirección de arte que se lleva todos los aplausos. Si aún no la ve, no espere más. Déjese sorprender de principio a fin y disfrute de una serie con bandas sonoras incomparables.
Por Carola Hidalgo.