Los lejanos aires británicos se hicieron finalmente presentes en el VTR Stage; en esta ocasión de la mano de The Kooks. El cuarteto liderado por el carismático Luke Pritchard desató de primer momento la locura del multitudinario público presente, quienes les otorgaron una gran acogida que se volvió a repetir por tercera vez.
En su show, la agrupación repasó los éxitos de Inside in/Inside Out (2006), Konk (2008), uno de sus discos más populares; Junk Of The Heart (2011) y Listen (2014), registro que dividió a sus fanáticos por la incursión en nuevos estilos como el funk y el R&B.
Cercano a las 16.30 hrs, se dio inicio con “Around Town”, tema perteneciente a su cuarta y más reciente placa. Comienzo certero y que instantáneamente transmitió esa actitud irreverente que Pritchard se ha caracterizado por tener en su historia con la banda.
La euforia colectiva llegó con la contagiosa “Always Where I Need To Be”, sin ir más lejos, el tema más poderoso de los británicos, mientras que “She Moves In Her Own Way” demostró la mayor cercanía del público con la primera etapa de los Kooks, aquella marcada por ese rock efervescente y mucho más juvenil. La coreada “Ooh La” y “Down” continuaron con la presentación, canciones que gracias a la energía constante de su vocalista, quien en la mayor parte del show bailó y jugueteó con el público, más la rapidez de las guitarras por parte de Hugh Harris, mantuvieron la intensidad que imperó hasta el final sobre el escenario.
La dosis de indie británico siguió con la sugerente “Bad Habit”, tema que contó con el gusto del público chileno. En tanto, el momento más emotivo fue con “See Me Now”, en donde Luke esta vez mostró sus dotes con el teclado. La hora de presentación culminó con la popular “Navie”, a estas alturas, un himno de la banda.
Sin duda, quedó demostrado que la gran arma de los ingleses es su importante cantidad de hits y el dinamismo que imprimen al momento de tocar, la pegadiza “Junk Of The Heart” o la bailable “Forgive & Forget” fueron muestra clara de ello. Una presentación redonda, que apostó por lo seguro y que hizo vibrar a quienes asistieron. The Kooks cumplió y con creces.