13 años han pasado desde que Tool lanzó su último larga duración. 13 años en los que la escena musical del prog metal estadounidense ha cambiado enormemente, en donde las plataformas de streaming digitales se han apoderado del consumo de la música. 13 años en los que la música se ha encaminado a su progresiva metamorfosis ¿la era digital? ¿la era del trap? ¿el adiós a los formatos físicos? Pues no, la verdadera pregunta hoy es cómo Tool en esta década y un poco más, intenta mantenerse activo, ya que sabemos que en 10 años la repetición de las mismas fórmulas ha quedado en la lejanía. “Fear Inoculum” se titula esta quinta placa, pero, ¿hemos sobrevivido?
No hay introducciones que le hagan verdadera justicia a la discografía de Tool, ya que su recorrido hasta el 2006 había sido inalcanzable e insaciable. Tuvimos 4 odiseas: “Undertow” del ’93 introducía la interpretación del post-grunge con toques progresivos, “Ænima” tres años más tarde empoderaba la vitalidad que unía al prog y al metal, “Lateralus” proponía la conceptualidad de la secuencia Fibonacci en 2001, y finalmente el 2006 “10.000 Days” culminaba el ciclo conceptual con un acontecimiento casi inhumano.
Exactamente 4.868 días pasaron desde aquella batalla, los cuales realmente se sintieron como diez mil. La respuesta es sí, sobrevivimos, ¿pero a qué costo? Grabado en Los Ángeles en tres estudios diferentes y bajo los sellos Volcano, RCA y Tool Dissectional. En cuanto a la producción musical de este codiciado álbum los créditos se reducen a Tool y la apuesta esta vez fue por Evil Joe Barresi quien grabó en una cinta análoga de 2″ la cual fue transferida digitalmente por el mismo. Con una valuada edición de lujo limitada a solo CD, Tool se desenvolvió con una paquete que contenía una pantalla led con batería y cargador incluído, un booklet de 18 páginas, y por supuesto el codiciado CD. Esta deluxe edition sin dudas pone en reflexión las potabilidades contenidas a la parte visual y al envase físico de aquello que escuchamos, una pieza invaluable es lo que llega nuestras manos, una apuesta que dirigen tanto Adam Jomes como Alex Grey, en conjunto con el animador Matthew Santoro.
86 minutos y 38 segundos son expuestos a la luz con el title track “Fear Inoculum“. Con agudas vibraciones comienza un tema que podemos calificar como familiar en cierto sentido. Aquel fue justamente el primer y único adelanto previo al lanzamiento del álbum, pero, ¿nos adelanta realmente la experiencia total? Por supuesto que un solo tema no tiene la capacidad de revelar la esencia del álbum completo, pero en este caso, al menos descifró la primera mitad. Vocalmente Maynard nos entrega su zona de comfort, melodías suaves que penetran nuestra esencia con una ejecución jamás menos que impecable; instrumentalmente aquella perfección también resuena. Con una producción limpia nos brindan una intro de 10 minutos y 20 segundos que exactamente, crean una atmósfera para remecer el terreno con los siguientes temas (o eso era lo que esperábamos).
“El espíritu vital, alma o fuerza creativa de una persona” es “Pneuma“, quizás el tema más controversial de álbum en Reddit, es uno que brilla por su paciencia. Contiene una progresión muy a lo Tool, guitarras limpias y melodías brillantes, pero lamentablemente se siente nuevamente como una introducción a algo más. No a algo más agresivo ni potente, pero quizás algo diferente. No quiero decir con esto que Tool va en caída, está lejos de aquello, pero claramente podemos ver la diferencia entre la primera mitad del álbum versus la segunda. Líricamente también apunta hacia algo que la banda viene trabajando desde “Ænima”, la unidad espiritual, una conciencia colectiva guiada hacia la creatividad en esencia, algo así como la tesis lírica de Tool y Alex Grey.
“Invincible” también entra en esta categoría. Temas instrumental y vocalmente impecables, pero no varían mucho de la fórmula utilizada en su último LP de 2006 por ejemplo y aquello no es decepcionante, sino familiar o quizás esperado. “Descending” y “Culling Voices” empiezan a remecer un tanto nuestro terreno, de a poco quiebran la fórmula, rompen los sonidos y marchan hacia un nuevo espectro de Tool, uno que nos entusiasma un poco más.
“Chocolate Chip Trip” es sin duda el tema más potente y efervescente del álbum, me atrevería a decir el más importante. Aquí nos encontramos con un pasaje meramente instrumental, pero es uno que descoloca a su receptor. Un tema maniático, eléctrico y ecléctico que nos propone una especie de escapada progresiva electrónica. Aquí Danny Carey resuena con más avidez y nos hace entrar en una celestial fuente de experimentación. Esto es justamente una forma de entrar en el espectro actual sin abandonar la esencia, mantenerse relevante sin entrar al insípido y desalmado rumbo que han tomado muchos. Esto es Tool.
“7empest” es el cierre de este nuevo ciclo. 15 minutos de devoción a aquella fresca mirada de Tool, la cual hemos podido recatar de esta segunda mitad. Una efervescente escapada clásica pero con una agresividad acorde, una dirección clara y una composición precisa; ningún segundo parece ser desperdiciado en este cierre al menos épico y voraz. “Mockingbeat” es sin embargo el corte final, el último impulso a lo que pareciera ser los electrizantes cantos de un mockingbird que proporcionan la escapada de este acontecimiento.
Me atrevería a afirmar que la primera parte del álbum nos deja con deseos de más, de riesgos, de exploración, ya que en 13 años de silencio, las expectativas son más que altas. Esta primera mitad refleja algo así como un desgano en composición o una obligación a crear un LP completo de más de una hora. La segunda sin embargo, comienza a elevar su estatuo, se siente más firme y claro en cuanto a la dirección que van adquiriendo. Jamás podríamos enunciar que Tool haría un álbum malo, y este no es el caso. Pero sí podemos afirmar la falta de voracidad en varios pasajes, la falta de aquello que penetra en nuestra alma. Con un artwork y versión CD física que propone una nueva mirada hacia la envoltura musical, Tool se acerca a un receptor familiar, apunta hacia aquello que conocen y conocemos. El sabor que nos deja es a veces de confusión al no saber el norte de esta pieza de progresión esencial.
Creo que es sobre todo importante pensar en cómo el resto de los receptores reciben este acontecimiento, muchos decepcionados, otros increíblemente felices, y cada opinión es válida cuando hablamos de música, cuando se comunica con respeto. Tool es quizás una de las bandas más influyentes de este siglo y de finales del anterior, una banda que en cuanto a receptores transgrede géneros musicales, transgrede la norma en muchas aristas, y es de suma importancia que como “fans”, oyentes, críticos, humanos, sigamos integrando una comunidad que se emociona con estos lanzamientos pero también posee un ojo crítico. Tool nos ha entregado quizás su álbum menos cohesivo y coherente, pero es un regreso tan codiciado que nada puede frenar esta potencia. Hoyle agradecemos a Tool por volver a nuestro radar.