26 años y 7 álbumes de estudio rodean a los humildes íconos Tortoise, en su esperada nueva visita, en la cual nos ofrecen su más reciente «The Catastrophist». Una velada que atravesó múltiples épocas musicales atendiendo a todo menos lo ingenuo, nos reafirma el gusto por lo instrumental y devuelve la esencia mística que envuelve al quinteto. Resaltan 2 álbumes en un desorden orgánico y pragmático, uniendo el brillante «TNT» del 98 atisbando su comienzo, con la renovación que significa «The Catastrophist». Al rededor de 1 hora 40 minutos de fervor y precisión emocional en que los vitales arquitectos «post rock» inundan más allá de nuestros sentidos.
La apertura de esta noche emocional e inolvidable estuvo a cargo de los santiaguinos La Ciencia Simple, en un corto set introductorio. El quinteto no fue sorpresa para los conocedores del post rock nacional, los cuales nos ofrecen un dramático viaje por el amplio género de una manera ágil y certera. La sutileza y sensibilidad de una ciencia musical que no podríamos calificar de simple, en donde los contrastes de ira y serenidad de las complicaciones nos desligan de lo terrenal. Los 6 temas expuestos en la velada recorren 3 álbumes de estudio, los cuales nos impregnan de este crescendo particular combinando elementos que podríamos reconocer de Explosions In The Sky o God Is An Astronaut. Logran crear melodías dulces y sombrías en un quinteto muy bien equilibrado, resaltando el increíble potencial y trabajo de ésta particular banda santiaguina. Quedamos más que expectantes a su futuro trabajo de éste grupo de chilenos dignos de escenarios mayores.
El bloque más esperado comienza luego de un intervalo de 20 minutos, Tortoise se hace presente sin desperdiciar un segundo en el escenario para complacer fielmente desde el añorado «TNT», el cual se recorrió casi en su totalidad. Ya desde este comienzo pregnante podíamos atisbar la agresividad en la batería de John Herndon, y la timidez de los restantes 4, John McEntire, Doug McCombs, Dan Bitney y Jeff Parker, la cual comienza a diluirse en el transcurso de la noche.
Quizás porque conocen al público chileno y su afinidad, por no decir obsesión, con el Lp del 98 «TNT» que deciden desplegarlo intensamente éste 29 de Noviembre. Los destellos del álbum que más se impregna de jazz se comprenden en su máxima expresión con los siguientes 3 acontecimientos: «Swung From The Gutters», «Ten Day Interval» y «The Suspension Bridge at Iguazú Falls». Primer álbum en el que incluyen al aclamado guitarrista Jeff Parker, el cual aporta sus conexiones a la fértil escena jazzera/ avant garde de Chicago para desarrollar en Tortoise un álbum cool jazz post moderno altamente influenciado por ell dub, krautrock y electrónica. Un despliegue orgánico y vital de las máximas de «TNT» en que aquellos acontecimientos se plantean como hitos en el Nescafé de las Artes. «Ten Day Interval» se posiciona como la cúspide de la belleza y versatilidad características de Tortoise, en donde el vibráfono es utilizado para completar y resaltar la sutileza de tan maravilloso instrumento en una sincronización surreal. En éste preciso tema, y al rededor de toda la presentación finalmente, Tortoise cuestiona la utilidad de la voz en tan pregnante despliego instrumental.
Hitos presentes como «Prepare Your Coffin» del 2009 como parte del «Beacons Of Ancestorship» y «The Catastrophist» exploran dimensiones desconocidas de densidad sonora y expresividad en una ágil mezcla de sintetizadores, jamás dejando atrás su marcada deuda al jazz sublime y el progresivo, expresando las máximas de su evolución musical. Trabajan a doble batería en ocaciones, y quién pensaría que aquellos duetos serían tan sensuales, y por qué no los de vibráfono.
La formación iba rotando de instrumentos en cada hito, sintetizadores, guitarras y baterías se intercambian en una ágil representación de cómo cada uno de los integrantes está presente en cada milímetro de las composiciones.
Las conclusiones de este acontecimiento desplegado por Tortoise son infinitas y subjetivas, podemos acercarnos planteando que aquella velada se destaca por ser una singularidad que une temporalidades en un equilibrio soberbio. El traspaso emocional que logran en sus receptores es monumental, atribuyendo ajustes sensibles en una infusión jazz que deconstruye el género post rock en el cual han sido envueltos, rescatando influencias desde el hip hop al punk rock y la electrónica. La densidad compositiva estructurada ingeniosamente por batería y bajo no.son casuales, ambos instrumentos son los fundadores de Tortoise refiriéndonos a Herndon y a McCombs, creando éste instantáneo y reconocible sonido pregnante de los estadounidenses, y en donde ellos admiten no interesarles las categorías.
El desorden de TNT y sus adaptaciones en vivo, en donde no se hablan entre ellos hasta el final de la presentación. Ferocidad e inteligencia compositiva se mezclan con el hambre por expandir sus propios límites y permanecer con aquella esencia que nos ha cautivado, a aquellos melómanos ‘ñoños’. Hemos sido testigos de una catástrofe surreal en donde las palabras jamás le harán justicia a tales 5 tortugas post modernas.
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