Un cálido sábado 12 de julio de 1986 en Londres 150 mil personas proclamaron un nuevo rey. No era de una nación específica, o un conglomerado con participación social, no; estábamos ante algo más grande, e incluso trascendente: la música. Su majestad lucía un frondoso bigote, una polera de Betty Boop, y sus característicos pantalones blancos. La coronación fue en un escenario llamado Wembley al ritmo de un piano y cósmicos acordes. Los súbditos celebraron enardecidos a su majestad Freddie Mercury. Fue recordado hasta el día de hoy como el mejor concierto de la historia.
Que el eterno vocalista de Queen fue único en su estilo no suscita lugar a dudas, incluso en un campo donde la objetividad asoma como una gran farsa. Pero si quedaban dudas de ello la misma ciencia se ha encargado de despejarlas: un reciente estudio demostró que el cantante británico fallecido a los 45 años era un maestro modulando su voz.
Publicado en Logopedics Phoniatrics Vocology, el documento estudia 23 canciones de Queen, así como la boxset Freddie Mercury: The Solo Collection. Además se compararon los registros con los de un cantante moderno (Daniel Zangger-Borcha) fin de determinar el funcionamiento de la laringe de Mercury. “Su voz es una fuerza de la naturaleza con la velocidad de un huracán”, apunta en una de sus líneas el escrito.
“Freddie Mercury fue uno de los cantantes más conocidos del siglo XX de la música contemporánea comercial. Esta investigación presenta un análisis acústico de la producción de su voz y el estilo de canto, sobre la base de análisis perceptivo y cuantitativo de las grabaciones de sonido disponibles para el público”, explica el informe.
Uno de los puntos centrales del estudio era comprobar que la mente tras Bohemian Rhapsody era un barítono cantando como tenor. ¿A qué conclusión se llegó? Que empleaba la técnica de subarmónicos por la vibración de sus pliegues ventriculares, vale decir generación de sonidos hasta sus límites.
“Perceptualmente irregular (y por lo general más rápido) el vibrato de Freddie Mercury se oye claramente en las notas sostenidas de canciones famosas como ‘Bohemian Rhapsody’ o ‘We Are the Champions’, y parece que es uno de los pilares fundamentales de su estilo vocal “, dice el estudio dirigido por el Doctor Christian Herbs de la Universidad de Viena.
En palabras simples: las cuerdas vocales del líder de Queen se movían con un velocidad más allá del rango normal, incluso por sobre el cantante de ópera Luciano Pavarotti.