En 2013, el museo Victoria & Albert tuvo una exposición titulada “David Bowie Es…”. El objetivo de la muestra era que, después de la visita, cada persona fuera capaz de completar esa frase con el adjetivo que mejor lo caracterizara, a partir de una serie de vestimentas y accesorios ligados a cuatro alter-egos que utilizó David Jones para materializar ciertos períodos creativos y hacer que la música se materializara en personajes únicos, desde Ziggy Stardust hasta el Duque Blanco.
La figura andrógina, y su idea de expandir la música hacia aspectos más allá de lo netamente compositivo, fue para muchos la primera rebelión dentro del rock. El hecho de escapar de los cañones de masculinidad tradicionales que estaban vigentes durante los 60’ y que seguirían ahí en las décadas siguientes.
Su primer persona fue Ziggy Stardust, un alienígena-bisexual-súper-estrella-del-rock que desafió a todos los estereotipos y le sirvió para disfrazarse como el héroe de su propia historia. “Fuera del escenario, soy un robot. Sobre él adquiero emoción. Es probablemente por lo que prefiero vestirme de Ziggy antes que ser David”. Durante el par de años que duró la gira de su quinto álbum, vistió una amplia gama de trajes inspirados por dispositivos culturales muy diversos. Un corte de cabello icónico, y una serie de vestimentas de seda que desafían los cánones de lo masculino –kimonos y trajes de una pieza- ayudan a construir la leyenda del Bowie seguido por la vanguardia, la liberación sexual y el fin de los estereotipos.
Kansai Yamamoto fue uno de los diseñadores que vistieron a Bowie durante este periodo, y en una entrevista narra su experiencia respecto a la primera vez que vio que vestía una de sus prendas en un sus shows. “Mi ropa era normalmente hecha para modelos profesionales, esta era la primera vez que la usaba un artista o cantante. Se sintió como en inicio de una nueva era.”
Para su nuevo alter-ego, Bowie tuvo que matar al anterior. Pero su reencarnación estaría formada por nuevos elementos, sin dejar la teatralidad por un segundo. Inspirado en el concepto distópico de las páginas que Orwell escribió para 1984, el ex Ziggy ya tenía decidido cuál era el plan a seguir en materia visual. Y es básicamente lo que siempre hizo, darle una corporalidad a las canciones, para que su concepto se vuelva carne y todo sea una gran pieza de arte. Freddie Burretti fue el encargado de diseñar ese traje traje celeste y pulcro, que calzaba con la figura escuálida y compleja de un Bowie futurista.
Burretti tuvo una relación laboral prolongada con Bowie, desde que le confeccionó el traje de una pieza para Starman, en un intento por estilizar la tenida con las que Stanley Kubrick vistió a los cuatro protagonistas de la Naranja Mecánica. El mismo traje que años más tarde sería revitalizado por marcas de moda y tendría su propia exhibición.
Bowie siempre estuvo al centro de la cultura pop, pero al mismo tiempo como un alienígena para esta. Un dato: en 2013 la BBC realizó una encuesta y resultó votado como el británico mejor vestido de la historia, por sobre Elizabeth I.
Para Bowie, las prendas de vestir eran una manera de proyectar su individualidad y comunicar sus ideas artísticas en forma vanguardista, brillante y creativa.
Su relación con la moda se hizo más estrecha durante a lo largo de los años, y su ojo agudo se hizo respetado a la hora de descubrir nuevos talentos. Ese fue el caso con Alexander McQueen, un novato diseñador a quien el británico llamó para preparar el tour de Outsideen 1996. El resultado de colaboración fue uno de los diseños más icónicos de los 90, un abrigo estampado por la bandera de Gran Bretaña gigante, hecho de lana. La obra, que ahora está conservada en museos ingleses, catapultó la carrera de McQueen hacia la alta costura.
Artistas como Lady Gaga han sido explícitas al demostrar la influencia que el Duque Blanco tuvo en su conformación como artista, como en sus videos de JustDance y Applause, además de rendir homenaje a su legado respecto androginismo y la ambigüedad y liberación sexual. También la super- modelo Kate Moss posó en distintas ocasiones con los trajes de Bowie para revistas de moda.
David Bowie fue un hombre que escapó al conservadurismo, y se expresó de formas que poco tenían que ver con su contexto. Su búsqueda por “vestirse de la forma que la música suena”, lo llevó a romper estereotipos y redefinir ideas sobre lo masculino y femenino, muy adelantado a su tiempo, siempre en pos del arte y el espectáculo. Un extraterrestre bien vestido.