Los guerreros están cerrando su paso por la Industria Nacional, proyecto nacido y crecido en las calles de Chile, y que partirán el próximo año a México, para erradicarse a tiempo completo. Conversamos con Weichafe para conocer sus desafíos para su inminente llegada a México, su último disco Mundo Hostíl y su mirada crítica de la sociedad.
Ahora con su próxima erradicación en México, las cosas en Chile comienzan a cerrarse, un ciclo quizá, por decirlo de alguna forma, está llegando a su fin: ¿Cómo creen que estuvo su crecimiento en la Industria Nacional?
Ángelo: “Se dice mucho del esfuerzo, en Chile como que es una herencia eso de que “el trabajo dignifica”, una herencia muy fascista por lo demás. “Mientras haya esfuerzo lo que tú haces es mejor”, hay una apología al sufrimiento en lo que hagas, del 100 % de los casos, el 90 % es puro discurso y se ve a diario, y no solamente en los músicos. En la música nacional la disciplina no es un sistema que esté metido en todos los procesos de formación o desarrollo de las bandas, lo digo porque para mí es algo complejo, se ocupa mucho la muletilla que la banda es un esfuerzo, que fue algo dura y blabla. Encuentro que eso es muy ‘facho’, es como las AFP: si no trabajas no tienes pensión. Nos han enseñado a no vincular el trabajo con el cariño con que uno lo hace. Yo creo que cuando se ama lo que hace, cualquier sacrificio (que de afuera se ve así) es parte de lo que se hace, uno tiene que ser capaz de soportarlo, nosotros hacemos música y vamos para adelante. Para las bandas, no es solamente con llegar con un vídeo a MTV —que lo hicimos—, o llegar con un tema rotando en la radio que también lo hicimos, y para algunos eso es el fin.
Chile no es un país que valore el arte, pero hay que tomar el arte como una disciplina diaria; el arte dignifica, todas las personas que conocemos es porque tienen una estructura de disciplina sistemática y aman su trabajo. De lunes a lunes haciendo discos, obras, escribiendo, la energía es muy fuerte y es parte del tema, lo fundamental es mirarlo desde el punto de vista—quizá suene hippie— del amor.
Pero retomando, como te dije hay un porcentaje, el 90 % que está llorando y el otro 10 % está trabajando.
¿Están satisfechos entonces con lo que han hecho hasta ahora o creen que acá en Chile aún les falta por hacer algo o lo harán en México?
Marcelo: Yo creo que hemos hecho muchas cosas importantes, hartas cosas que me dan orgullo y me hacen sentir contento. Cosas muy mínimas pero que para uno son de relevancia. Irse a México es un paso más, es parte de esas emociones y ganas de querer crecer, es una puerta en donde tenemos toda la fe —pucha, no me gusta decir fe— de que nos irá bien, están todas las energías puestas allá, aunque suene hippie también.
Angelo: Llevar 20 años de carrera y más encima ser una banda de rock en este país, para nosotros es un orgullo; como también para nuestros pares; tener 39 años con una pata en un proyecto hacia futuro para 20 años más.
Marcelo: Quizá es la apuesta más grande hasta ahora.
Angelo: Y estamos vivos y no repitiendo las canciones: pensando en hacer cosas nuevas, en un lugar nuevo para vivir, nueva música, nuevos vínculos y experiencias, estamos contentos por todo y más encima vivos. Tiene que ver con que pasan muchas cosas, la constante feliz y triste, nos ayudan a que esta hueá avance. Se necesita fuerza para pasar las partes complejas como también los momentos felices y virtuosos, este es un momento de aquellos, ya que esto es más de lo que nosotros sumamos, y además tiene que ver con la energía del público y con lo que trabaja con nosotros. Por decirte alguno, el “Norton Massa” nos hizo la caratula a toda raja, el Sacha que mezcló, lo vimos una vez y después por mes, y le puso todo el cariño al proyecto, todo nos dice “dale, sigue avanza”, el éxito está en que se concreten todos estos pasos, a veces los cabros quieren la hueá rápida, una cosa que dura un día o una temporada.
Marcelo: Es como la campana de Gauss, a veces arriba a veces abajo, en la grabación del disco ocurrió eso igual, porque a veces nos ponían en jaque con una idea y había que ser súper rápido, fueron desafíos que enorgullecen el trabajo.
Angelo: Son diferentes miradas, alguno puede decir que es un obstáculo y otro que es un desafío, para nosotros todo suma y lo ocupamos para poder crear.
¿Tienen desafíos para su llegada a México?
Angelo: Yo casarme en la Iglesia de Hidalgo (risas).
Roberto: Es toda la verdad, uno de nosotros se va con familia, quizá no es música, pero es un desafío. Para los tres lo será desde lo humano para arriba.
Angelo: Lo que nos dicen los mexicanos es que es una música que existe muy poco, y nosotros vamos con una propuesta que va a llenar un color que está en blanco.
Roberto: Allá en el estudio nos pasó que los sonidistas nos decían que allá pega mucho el rock pop pero ustedes son “rock de verdad”, eso para nosotros es muy distinto, con un color desde allá hacia acá y viceversa.
En el nuevo disco la visión crítica es constante, ¿qué es lo que más los gatilla de su entorno directo?
Angelo: Mi punto crítico es la uniformidad, que incluso la aceptamos sin ningún problema. Como que todos tienen que tener la misma televisión, tienen que hablar la misma hueá, si te sales del ámbito, queda la caga: piensas distinto “oh el hueón raro”. En Chile pasa mucho. Es una segregación, todos tienen que estar contenidos.
Marcelo: El tema de las apariencias, es terrible el punto de sentirte más por tener más. Si no tienes algo lo aparentas igual para que pase piola, esas ganas de sentirse más por tener más es algo horrible.
Angelo: Yo tengo una palabra que es el “cinismo” hacerse el hueón de lo que uno es o quiere.
Marcelo: Es como somos un pueblo poco directo, no sabemos enfrentarnos a la cara. Por ejemplo, en argentina me llamo la atención que son muy directos yo quedé descolocado, pero a la larga en la práctica es mucho mejor, discutir y ser más franco en todos los sentidos.
En cuanto a la composición de este disco ¿existe algún toque distintivo en comparación con los anteriores?
Angelo: La época, la época define los discos, esa es la gran diferencia, son distintos periodos y cada uno tiene una importancia.
Marcelo: el proceso de producción también fue distinto, primera vez que trabajamos con un productor y que vamos a grabar a fuera.
Angelo: en la interna nuestra creo que es una estructura que funciona bien, la manera de hacer las cosas.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Ricardo (de Divididos) y Paco Ayala (Molotov)?
Marcelo: Lo de Ricardo fue a distancia, pero siento que él engancho rápido, hubo una sintonía perfecta.
Roberto: Se sintió muy identificado con la letra en donde participo cantando, entendió el mensaje y la forma inmediatamente.
Marcelo: Lo de Paco fue de todos los días, al comienzo el partió distante y frio, pero al pasar de los días se dio una relación súper buena, siento que cada vez se comprometió más con el disco y creo que termino súper contento.
Roberto: Tuvo una capacidad muy importante del cómo trabajó las canciones, ocupó muy bien el bisturí para quitar cosa y hacer que se canalizaran mejor, el siempre encontró en Weichafe un estilo, pero el trato de que nosotros lo interpretáramos de una manera más universal.
Angelo: Es un disco que se entiende de una pasada, lo cual es importante para lo que estamos diciendo, Paco simplificó mucho las cosas.
Roberto: Se simplifica, pero se amplifica más, porque más gente lo entiende y por ende la llegada es más amplia.
Angelo: Además trabajo con la esencia de la banda, y quedó Mundo Hostil.