Cuenta Will Westerman que escribió la última canción para su primer álbum el día que se dio a conocer el fallecimiento del legendario Mark Hollis, líder del influyente grupo musical Talk Talk. Ya tenía un título para su trabajo, pero intentando procesar su tristeza por dicha pérdida, lo reapropió para sacar adelante una intrigante frase: “Tu héroe no está muerto / Sólo durmiendo”. Recordatorios como este, en tiempos marcados por la convulsión y el caos como los actuales, son tan necesarios como bienvenidos.
En este nuevo trabajo del músico británico, quien va por el nombre de Westerman, reflexiones como esta abundan. Your Hero Is Not Dead comprende temas como la ética, los procesos personales y una dosis de introspección necesaria, contando con canciones herederas de una tradición de pop cerebral británico, digna de referentes como Peter Gabriel, The Blue Nile y también los anteriormente mencionados Talk Talk.
Dicho esto último, no existe nada derivativo en la economía musical que reflejan las composiciones de Westerman. El joven artista crea un complejo y detallado diseño sonoro, rico en texturas y una atmósfera quieta, pero cargada de un amplio rango sensorial. Los aliados más cercanos son la guitarra ondulante, destellos de sintetizadores y percusión electrónica de impecable precisión. Minimalismo y delicadeza son las virtudes clave en estas piezas musicales. En la cima de todo esto, yace la pureza de la voz de Will, aparato poseedor de una resonancia emocional magnífica, expresada a través de pequeños murmullos sobre la guitarra, ligeros falsetes y coros infecciosos.
“La naturaleza tranquila del disco no le resta el sentido de urgencia”
Todos estos elementos considerados se unen en una paleta musical que sorprende por su maleabilidad sónica. “The Line”, el corte promocional más reciente, vibra con un resplandor característicamente ochentero, su guitarra disciplinada y la melodía haciendo guiños a la revolución contenida de la escuela art rock de mediados de los 2010’s (véase: Everything Everything, Dutch Uncles). “Waiting On Design” se adentra en un mar de teclados electrónicos, e incluso un dulce solo de saxofón fortalece la bella melodía que impulsa.
La naturaleza tranquila del disco no le resta el sentido de urgencia que se esconde tras estos paisajes auditivos. Ambas canciones abordan tópicos que conciernen los límites siempre cambiantes de la moralidad, “Design” particularmente refiriendo a la fuerte dicotomía entre la percepción propia del ser frente a la de aquellos que le rodean (“Nadie quiere verse a sí mismos / a través de las caras que han dejado colgadas”). “Think I’ll Stay” se apoya en un arreglo guitarrero directo y orgánico para platicar sobre la incomodidad que es transversal al estilo de vida moderno.
Una apacible pero apenada melodía constituye la columna vertebral de la increíble “Blue Comanche”, posiblemente la mejor oferta del conjunto. Encapsulando un sentimiento derrotista en sí, Will Westerman emplea las figuras de la etnia comanche y el ciborg como ideales representantes de un antes y un ahora, lamentando en el proceso la profunda pérdida del medio ambiente que ha sido sometido por el estilo de vida capitalista. En un clima musical plagado por las voces que protestan y las causas que buscan una voz, la elegía de “Blue Comanche” sobresale con su magnificencia.
También aparece, en una fresca reinterpretación, el icónico sencillo que cultivó la reputación del músico dos años atrás. Es imposible no extrañar la procesión muda de la grabación original, y ello inicialmente puede presentar un problema, pero “Confirmation” tiene un valor de replay inmortal que, incluso en su nueva versión, es imposible de ignorar. Así de potente es el legado que ha creado este pequeño himno a la pugna con las inseguridades internas, una composición singular y atemporal.
“Fascinante intersección de filosofía, folklore y modernidad”
Desde esta cúspide, el álbum se comienza a despedir con gentileza. Posiblemente el corte más enigmático de los presentes, el mudo y absorbente “Paper Dogs” desliza ecos vocales que rebotan entre sí sobre un beat tartamudo y una lírica casi indescifrable. Todo culmina con el preciosísimo tema titular, un último destello de optimismo, que nos invita a abrazar lo más inamovible de la fe humana ante la adversidad. Sobre una dulce y persuasiva melodía estimulada por la producción de su colaborador, Bullion, el cantautor medita sobre la incertidumbre de nuestra vida moderna, sin necesariamente entregar más respuestas que aquella que brinda el título.
Si algo se le puede cuestionar a la primera placa de Westerman, es el factor sorpresa, dado que a su fecha de lanzamiento ya se conocen al menos siete de las piezas (“Easy Money” y “Confirmation” ya tienen al menos dos años). Pero cuando el resultado es tan satisfactorio, vigorizante y fresco como este, este detalle termina siendo de lo más insignificante.
Your Hero Is Not Dead asciende como un debut impecable, consciente de sus limitaciones al punto en que crea fortalezas trascendentales de ello. Esta fascinante intersección de filosofía, folklore y modernidad es digna de varias escuchas y su efecto deslumbrante no se gasta ni un poco. En esta pequeña ventana, Will Westerman muestra un poco de sí mismo, de su paso por la vida y aquello que ha recogido en el camino, pero reteniendo lo suficiente como para ir contándonos en el resto del viaje.