“Espere más de 20 para ver esta hueá”, anunciaba el Mc Chico Claudio luego de tirarse un beat box, que fue el preludio a la histórica presentación de un grupo emblema del hip hop mundial. Wu-Tang Clan, con formación casi completa (Method Man y RZA no asistieron por compromisos pactado de antes), se presentaba en una fría noche ante unas 9 mil personas como el punto final de la primera edición del festival East West Fest, que congregó al proyecto de Jimmy Fernández Flaitergraund y a Habitación del Pánico. Los neoyorkinos de Staten Island han sabido de trabas entre ellos mismos; a lo largo de su existencia, con muerte de uno de sus principales integrantes, se han puesto de pie y han continuado con su obra a ritmos intermitentes.
A comienzo de los 90, Nueva York era parte de las ciudades mas peligrosas del mundo. Las drogas, la mafia y las balas fueron el condicionante dentro del cual muchas bandas tomaron aquel escenario para inspirarse. Las drogas calaron hondo dentro de los ghettos y el hip hop tomo en onda lírica la forma de vida que llevaban estos barrios, mientras la policía intentaba borrarlos del mapa.
Una fiesta que no paró nunca, y fue de principio a fin. Hasta los más incrédulos disfrutaban por la convocatoria, que se proyectaba con la baja difusión que se presentaba el festival. Una hora y treinta en donde Raekwon, Ghostface Killah, GZA, Masta Killa, Inspectah Deck, U-God y en los samples DJ Allah Mathematics, donde la maestria y el trajín los movía a la hora de prender al publico y, por sobre todo, demostrar que eran músicos de verdad; desde repasos de sus clásicos hasta temas de su última placa “A better tomorrow”.
El sector de cancha estaba llena de alegría y de humos, mientras un guardia corría como perro tras su hueso intentando controlar la situación. La gente lo miraba y se reía. Los saltos continuos eran el reflejo. El fulgor en cada uno era innato de la primera vez de Wu-Tang Clan en Chile y en la zona de platea baja, con capacidad a 80 por ciento, se vivía otra fiesta, dentro de la misma.
El poder de los siete integrantes fue revitalizar la historia de una banda que marcó a una generación con sus letras y free-style. Desde el mismo escenario, mostraban que la improvisación es tierra de choros, donde los samples se detuvieron y el publico solo prestaba atención. Mención aparté el homenaje con una bandera al fallecido intégrante Russell Jones, más conocido como Ol Dirty Bastard, quien falleció por mezclar sustancias ilicitas con cocaína. Ovación para Masta Killa, quién puso la veracidad de su música improvisando sin base rítmica. Un repaso discográfico que incluyó temas clásicos y también una version de su disco “Enter the magical mistery mixtape” con “Come Together” con letra y samples mezclados.
Saldar deudas es algo que ya satura escuchar. Con Wu-Tang Clan desde el minuto uno se mostraba la emoción de algunos, padres con hijos en sus hombros demuestran que las deudas se pagan y ese saldo se hereda por el resto de nuestras vidas.
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