Tres jornadas fueron las que Mike Patton dio en Chile, la primera con inconvenientes y con una postergación que pareció no agitar a la masa que se había hecho presente el día sábado en el Teatro Coliseo. El punta pie inaugural se dio el domingo 9 de septiembre, dos shows seguidos dio luego de presentar un cuadro de intoxicación alimenticia. Fueron shows en donde las cámaras se centraron en el frontman de Faith No More, pero la historia completa las escriben los artistas de Mondo Cane, siendo Patton la interpretación más que eúforica de cantautores del pasado.
Desde hace un tiempo ya se viene comentando en el circuito musical el fanatismo que algunos medios y seguidores de estos medios tienen con Mike Patton, los hechos fueron más que claro en apoyar esta tesis de fanatismo. En no más de medio día se agotaron las primeras entradas para la primera cita, algo similar pasó con la segunda. La ovación y la devoción fueron parte insigne de cada una de las jornadas. Y el Teatro Coliseo se transformó en el lugar ámeno y a ratos íntimo en donde la conexión entre auditor e interpretes se hacía cada vez más fluida.
De destacar es la participación de Alain Johannes, el cual tuvo el trabajo de preparar el escenario para las jornadas de presentación, quien tiene tal trayectoria que pareciera ser una eminencia en la música, no solo nacional sino que también internacional, varias son sus proezas y hazañas en la música. Hay que tomarle más atención a Johannes.
Ahí estaba Mondo Cane, fino y elegante. Cuánta clase de elegancia y excentricismos nos dejó en la retina, cuánta fluidez en un grupo de personas. Ahí estaba Patton, felicitando entre canciones a los músicos, los que se hacían a tal nivel de protanismo como el recién mencionado. Lo bueno de Mondo Cane es que habilitó de una u otra forma, el acceso a un género que historicamente ha sido de una clase social de ciertos países, el hecho Mike Patton haya divagado en este tipo de interpretaciones, dio el pase inicial para que más de un fánatico abriera su oído y por qué no su mente. Si bien pareciera que el auditor ahí presente no fue el idóneo para acompañar la reversión de Qué he sacado con quererte de Violeta Parra que sonó el día sábado y domingo, sí fue el idóneo para sentir las reversiones más contemporáneas de la música de comienzo del siglo XX.
Si no fuiste y te sigues preguntando cómo estuvo el show, quedate con al duda porque Mondo Cane es lo más similar al eje: tienes que vivirlo. Una reseña no es nada frente a tal espectacúlo. El en vivo es la mejor forma de consumir la música y estos tres shows fueron la prueba de aquello.
Cada una de las jordanas dio espacio para la evidencia de que la conexión de Mike con Chile es real, poncho encima, pistola en mano, bandera arriba y modismos claros, no se ven razones para no creer que el hombre tiene cariño por esta franja de tierra o por lo menos por Santiago, los más aventurados conspiraban con que vino en septiembre para celebrar fiestas patrias. Hay de todo en las redes. Pero en fin, Mondo Cane es una muestra de que los géneros no mueren y de que se pueden reversionar obras de artes y convertirlas en obras maestras.