Ya han habido muchas críticas diversas sobre el efecto y tempaticas que aborda Hanya Yanagihara en “Al Paraíso”. Este libro contiene realmente tres libros en su totalidad, y cada libro es muy diferente en sí mismos, en estilo, en narración, en géneor. Sus temas se superponen de una manera brillante e igualmente desgarradora: el colonialismo, la libertad, la enfermedad y la discapacidad, el amor, la familia, por nombrar algunos que salen con más facilidad a la superficie. Pero no podemos negar la facilidad y excelencia con la que la famosa autora de “Tan Poca Vida” nos cautiva, y otra vez nos tiene en la palma de su mano.
Lanzado el 11 de enero de 2022, “Al Paraíso” es la tercera novela publicada de la autora estadounidense, quien vio una gran cima literaria luego de lanzar “A Little Life” o “Tan Poca Vida”, libro que por su parte sigue desgarrando a sus lectores palabra por palabra. Allí seguíamos a 4 amigos en un largo período de casi 4 décadas: Jude, Willem, JB y Malcom, cada uno con sus pertinentes pasados y presentes que los interconectaban en Nueva York. Lo que hoy nos trae la escritora es una gran novela que abarca una versión alternativa de la ciudad de Nueva York y está costruida en tres partes, ambientadas respectivamente en 1893, 1993 y 2093.
La primera sección del libro se describe mejor como ficción histórica, o una alternativa a la historia. El protagonista es David y vive en una ciudad de Nueva York del siglo XIX donde ser gay se acepta como completamente normal. Como personaje, David se siente reservado y complejo, y cuyo único compañero real es su amado abuelo, quien intenta arreglar un matrimonio para él con un hombre mayor y adinerado llamado Charles. A pesar de los esfuerzos de David por agradar a Charles, se enamora perdidamente del pobre, vibrante y enigmático Edward. Con esto ya tenemos algunos atisbos generales de cómo se desarrola esta sección, que propone el sello autoral de la trsiteza en la pluma de Yanagihara. Si bien, nos quedamos con un agridulce final que tambié brilla por su misterio, nos abre las puertas a las complejidades de los personajes e historias que construye la autora.
El segundo libro está ambientado en 1993 en el contexto de la epidemia del SIDA y sigue a un hombre diferente llamado David que está casado con un hombre mayor diferente llamado Charles (los mismos nombres y personajes similares aparecen en toda la novela). La primera parte de este libro examinaba una relación entre dos personas de orígenes muy diferentes, también hablando de las diferencias socio-económicas de los personajes y cómo afectan su relación. La segunda parte del segundo libro es una carta del padre de David en la que documenta su vida en Hawái y la ruptura de su familia, la cual nos lleva un poco fuera de los paradigmas que el mismo libro nos había mostrado.
El libro tres es una distopía o semi-distopía, ambientada en una futura ciudad de Nueva York donde una pandemia tras otra se desata, los alimentos y otros bienes están estrictamente racionados y los derechos de las personas LGBTQIA+ han salido a flote nuevamente. Acá nos vemos inmersos en la década de 2090, seguimos a una narradora en Nueva York que vive con su distante esposo que pasa una noche gratis cada semana en la ciudad. A medida que comienza a desentrañar el misterio de los asuntos de su esposo, también escuchamos sobre la sedición de su padre y la participación de su abuelo en la contención gubernamental de muchas pandemias en las últimas décadas.
Con este pequeño resumen entendemos que si “A Little Life” se sentía como complejo, “Al Paraíso” lleva este concepto hacia el infinito. La verdad es que cada sección sirve como su propia novela. Las conexiones entre las secciones individuales son tenues, más temáticas: una casa en Washington Square, pandemias y enfermedades, nombres como David, Charles y Eden. Es la repetición temática la que va y viene en esta novela.
Aunque tiene algunos momentos de poder realmente brillante, su tono general no es tan sofocantemente triste como sí lo es “A Little Life”, y para quellos que buscan la misma fuerza emocional desgarradora de esa novela, acá no la encontrarán. Si bien trata sobre temas como la soledad, la pérdida de seres queridos y dudas sobre si tomaste las decisiones correctas en la vida, los personajes no llegan a tocar las mismas fibran que Jude o Willem, por ejemplo.
Lo que Yanagihara hace de manera excelente es crear oraciones que fluyen con tanta naturalidad que te olvidas de tus alrededores y de que lo que lees es ficción. Es una novela definitivamente envolvente y ambiciosa, y Yanagihara logra su cometido una vez más. Es una real puesta en cuestión de nuestros ideales y de lo que significa la existencia y sus infitinas repeticiones, en la vida y en los fragmentos de nuestras vidas.