Desde el 2009 que podemos disfrutar de todo el rockabilly, southern rock, blues, funk y soul del cuarteto liderado por Britanny Howard, “Alabama Shakes”, los que inicialmente se autodenominaron “The Shakes”. Pero como una manera de diferenciarse, le agregaron al inicio el estado del cual son provenientes. Estos estadounidenses nos visitarán el domingo 20 de marzo en el festival Lollapalooza. A las 5:15 de la tarde, en el VTR Stage, podrás disfrutar de la incomparable voz de Howard y recorrer todos los géneros a los que sus cuerdas vocales son capaces de llegar.
Alabama Shakes nos deja boquiabiertos, no tan solo con los acordes de guitarra y la maestría con que cada uno de los integrantes se comunica musicalmente. La voz de Britanny es quizás el componente fundamental de la banda. Tiene solo 27 años, pero pareciera que llevara toda una vida cantando en las grandes ligas. Una voz claramente multifacética: recorre desde increíbles falsetes (Don´twannafight) hasta desdoblarse y llegar al funk, soul y el infaltable rock (sicodélico, southern, el que sea). Una voz áspera y potente, que arrasa, inunda y demuestra el poder de manejo en la banda y el escenario.Britanny puede brillar con luz propia.
Fue su álbum debut, “Boys and Girls”(2012) el queconquistó los oídos de quienes hoy son sus seguidores, a pesar de haber sido un disco un poco lineal. A partir de este trabajo, comienza un viaje liderado por Britanny y su incomparable voz, donde las paradas son cada rincón de Estados Unidos, dejando en claro que es el sur del país el destino principal. Una banda que demuestra lo más tradicional y profundo de las tierras de Tío Sam, porque son inconfundibles los ritmos, los acordes musicales y por sobre todo la voz de la vocalista. Factores que nos permiten decir con toda seguridad: “sí, esto es 100% gringo”.
“Sound & Color” (2015), su segundo trabajo, es como el segundo hijo en un matrimonio: tiene más libertades, los papás ya no son tan principiantes, mejoran en lo que fallaron con el primero y dejan que crezca por sí solo. “Sound& Color” es un disco con mayor intensidad, donde Howard se permite plantear la vida en pareja como algo alegre y optimista, acompañada de los ritmos perfectos para demostrarlo: el soul y el funk. Aún más romántica la vemos con los temas lentos, como OverMy Head o GimmeYourLove. Es un disco donde no se complican. Los temas están basados en la cotidianeidad, las relaciones interpersonales y las dudas de cada quien los escucha. Un disco evocador en el que, además, se arriesgaron y desafiaron a lo nuevo. Alejados del funk, soul y southern rock, y demostrando que su estilo característico está muy lejos de limitarlos (muy por el contrario), es en “Gemini” donde experimentan con el rock sicodélico, expresando lo versátiles y atrevidos que pueden ser, tres años después de su primer hijo.
Escuchar a Alabama Shakes es una motivación para dejar llevar la imaginación. Es fácil situar su música en la escena de una película: un rancho americano, una pareja de campesinos caminando por los prados, un boliche de mala muerte donde un forzado trabajador de la tierra llama al cantinero. Sureños americanos al cien por ciento que tocan y cantan ritmos completamente tradicionales, pero indudablemente actualizados. Es algo clásico, pero con una fuerza y sello absolutamente renovado. Es quizás el verdadero incentivo de Alabama Shakes: retroceder en el tiempo. Porque no solo lo hacen con el tipo de música, sino que lo acompañan con los looks. Una manera de demostrar lo orgullosos que están al ser provenientes de Alabama, porque al parecer no hay ni un interés en querer mostrarse “modernos” o “a la moda”. Ella con vestimentas que la envejecen pero que, a la vez, le entregan todo el estilo. Vestidos anchos, a la rodilla, tipo campesina. Pero claro, si canta así, la ropa le queda perfecta. Ellos barbones, pelo largo y sin ni una intención de lucir fashion.
Eso es Alabama Shakes, música de antaño acompañados de géneros musicales que también lo son, pero que en manos de “músicos actualizados” suenan como si el paso del tiempo fuera un mero trámite.
Por Carola Hidalgo.