Largo ha sido el camino para que una talentosa formación como Blues Pills fabricarán su primer retoño de estudio. Cierto es que hasta ahora había dejado pequeños aperitivos en forma de EP pero su debut con un larga duración se antojaba y todo apuntaba que el 2014 sería el año definitivo para su lanzamiento a órbita.
Todos aquellos que hayan estado esperando este debut, ni mucho menos se sentirán defraudados. El cuarteto con base en Örebro atiza con el clásico estilo de los 60 y 70 formando otra de esas grandes bandas actuales con apetitoso gusto por los sonidos más vintage. Esto es más que un disco con 10 piezas maestras, el nuevo trabajo de Blues Pills es toda una experiencia, un viaje al pasado o tal vez el día de una fiesta de juventud que queríamos pasar entre colegas y nunca tuvimos la oportunidad.
La producción es perfecta para este tipo de discos, ese sonido añejo y muy retro te deja con la sensación de que volvemos a los tiempos de la inolvidable Janis Joplin, razón de más para asemejar y de paso nombrar la increíble voz de Elin Larsson, tal vez uno de los puntos más fuertes de una banda con antiguos componentes de los norteamericanos Radio Moscow.
Su nuevo album no se desmarca del camino mostrado anteriormente, el método de entrega de la banda sigue intacto y con esto se marcan un primer disco impecable con las aspiraciones por todo lo alto y ofreciendo justo lo que banda puede demostrar. ¿Cuántas bandas jóvenes han vuelto a retomar la escena del psych rock de la época dorada de la música? Muchísimos grupos están volviendo en esta especie de segunda oleada de sonidos setenteros a los que ahora se suman Blues Pills.
Felicidad sónica de principio a fin empezando por su gran portada diseñada por Marijke Koger-Dunham. Ellos te pueden regalar momentos de inspiración y reflexión con las cálidas “River”, “Little Sun” o “Astralplane” todas tan bellas como apacibles, hasta llegar a puntos más extremos dentro de sus fronteras como la gran “Black Smoke” o su primer adelanto “High Class Woman”, un pequeño volcán latente a punto de una erupción que llega con las posteriores “Ain’t No Change” o “Jupiter”.
Todo está en su sitio en este nuevo trabajo y aunque hablemos de un estilo con largo fondo de armario al que tanto tiempo llevamos venerando, en ningún momento aquí se hace tedioso o repetitivo. Cada canción es tan buena como la última y nunca desees que llegue el final. No es ninguna sorpresa la cantidad de elogios que está recibiendo la banda, con escuchar este disco de punta a punta lo entenderán.
Tiene canciones muy destacadas como “No Hope Left For Me” donde te puedes encontrar con la fusión de sonidos que puedes sacar de las mezclas entre “Cheap Trills” de 1968 mezclado con la exquisitez marcada por “Disraeli Gears” de Cream y la fuerza de sus vecinos y más actuales Graveyard. “Devil Man” es otro de esos diamantes brutos del disco apuntalando aún más en su continuación en un tramo intermedio de disco realmente memorable.
Hemos nombrado tantas bandas del pasado como del presente, coged cada una de estas piezas, ponedlas en el tablero y darle al playpara degustar uno de los que presumiblemente iban a ser de los mejores del año y como tan altas estaban las expectativas tan alto es la calidad que lleva dentro. Blues Pills no solo ha fabricado uno de los mejores trabajos del 2014, sino que de lejos tiene una de las voces más asombrosas que hemos podido escuchar en los últimos años. La rubia Elin Larsson haría que un icono legendario como Janis Joplin disfrute de su descanso contemplando desde lo más alto un alma gemela.
Gran proyecto de lo más alentador que esperemos que tengan un mejor futuro por delante, su nuevo debut es un escaparate de su estilismo, uno de esos trabajos que de haber salido en otra época estaríamos hablando de un clásico de mucho peso. Lo encomiable aquí es ver como todas estas bandas jóvenes que están saliendo en los últimos años nos hagan disfrutar ante tanto talento plagado de excelentes influencias clásicas y que a través de sus discos nos ofrezcan la juventud siempre soñada.