“Los grandes artistas copian, los genios roban” dijo Pablo Picasso. Aunque en realidad no. Se cree que el pintor español nunca dijo dicha frase, pero ¿no hace eso solamente reforzar su contenido? El arte es un medio de remezclas e influencias, y si no estás dispuesto a ir con todo, mejor no vayas con nada. “Break My Heart” de Dua Lipa es un notable ejemplo de esto. Aunque en realidad la interprete no lo represente completamente, pues todos los compositores están correctamente licenciados en el corte de su segundo álbum (el robo en cuestión fue más bien un “préstamo”). Pero ya profundizaremos en ello.
La historia sigue de la siguiente forma: Durante la producción de su exhilarate y magnético “Future Nostalgia”, la compositora se alió con múltiples compositores del mundo del pop para escribir uno de los mejores cortes de los últimos años. Producido en el mero periodo de una noche, el resultado fue la estridente e hipnótica “Break My Heart”. Una canción de fuerte influencia disco, con una tesis centrada en el desamor, y una columna vertebral levantada en los pilares del ritmo.
Sin embargo, un problema emergió durante los retoques de la producción, el ritmo de la melodía principal se parecía un poco demasiado a “Need You Tonight” de INXS. Todos los involucrados, sin escatimar ni en gastos ni en egos, decidieron cortar por lo sano y acreditar a los australianos como compositores del que se convertiría en un éxito mundial. Una victoria para todos.
Google Arts & Culture define la “interpolación musical” como “usar una melodía -o porciones de ella- de una canción previamente grabada pero re-grabando la melodía”. A diferencia de un “sample”, en la interpolación la música no es recortada, sino que es usada como inspiración, múltiples veces como producto de la coincidencia —y el deseo por no ser demandado—.
Entre los ejemplos más notables de interpolación en la música popular está “Bittersweet Symphony” de The Verve, interpolada con “Last Dance” de los Rolling Sontes. La cual de paso terminó en una demanda judicial y un siniestro agujero que enfrentó al grupo de britpop con los gigantes del rock, pero eso da para su propia publicación. Y más recientemente —en los últimos cinco años—: “Feel It Still” de Portugal. The Man, con “Mr. Postman” de The Marvelettes, otra coincidencia que fue atrapada antes de elevarse a una posible demanda.
La interpolación es posiblemente uno de los elementos más polémicos de la música popular. Diversos puristas y conservadores alegan que nace de la falta de originalidad, cuando podría argumentarse que es todo lo contrario. No sabemos si llegará el día en que todas las combinaciones de ritmo, armonía y melodía hayan sido escritas, pero hay una visión muy limitada en no admirar la magia del reuso de música.
El arte ha sido capaz de evolucionar, no necesariamente a través del deseo de cada intérprete por hacer su obra más original, sino que mediante la influencia y el deseo de escalar sobre los hombros de otros gigantes. De cierta forma, no hay compositor que no haya robado en menor o mayor grado. Siempre hay límites, es delgada la línea que separa un colorido Oasis/Beatles de un despiadado Greta Van Fleet/Led Zeppelin. Pero la singularidad está en el equilibrio. Hasta qué punto cada nueva generación de músicos puede reconstruir el legado y la influencia del pasado para establecer un camino puro de ritmos y emociones.
“Break My Heart” es una genialidad desde la punta de su afilado ritmo en bajo, hasta la mezcla de armonías instrumentales y la magistral interpretación vocal de Dua Lipa. Esa sensación única en su espina en que incluso quienes sean conscientes del corte original del grupo australiano podrían pasar una vida sin atar el hilo entre ambos temas. Es el carisma de la reinterpretación accidental lo que hace del acelerado y excesivo uso de una melodía nostálgica lo que la vuelve una de las canciones más adictivas de la nueva década.
“Future Nostalgia” es una oda al pasado que mira hacia el futuro. Y entre medio de sus cuerdas están estas influencias remotas escondiéndose como depredadores en busca de su presa. Revuelven el juego hacia un mañana escandaloso y excitante. La intérprete europea reinventa el futurismo con un obra perfectamente equilibrada en su línea temporal.
Como dice la cita inicial, lo genio está en robar. Hoy en día quizá el público no sea tan tolerante con robos demasiado descarados, pero no hay nada irrespetuoso en tomar lo que conoces, sacudirlo, y sacar de la olla uno de los cortes más adictivos de los años actuales. La última cara de Dua Lipa solo parece apuntar más y más alto. Aún con lo universalmente aclamado de su segundo proyecto, vale la pena preguntarse, ¿qué más depara el futuro? Pues nostalgia, aparentemente. Pero no hay nada que temer, el futuro fue ayer, hoy y mañana.
Dua Lipa presentará su “Future Nostalgia Tour” el próximo 16 de septiembre en el Estadio Bicentenario de la Florida.