El pop es un arte sutil. En el eterno panorama contemporáneo de música pre-fabricada, el paradigma del sonido popular ha evolucionado rápidamente a un ritmo en que es difícil llevarle paso. Lo que un día es encantador y cálido, al siguiente es anticuado y cursi. La música vive una constante era de cambio en un público que en cada instante se vuelve más exigente de lo que consume. En ese sentido, poco interpretes han impregnado en su piel un sentimiento tan vivido de era digital como Charli XCX.
La británica vivió un sacudido 2017. Su tercer LP – llamado no-oficialmente “XCX World” – fue cancelado luego de que una serie de cortes del proyecto se filtraran en línea. En seguidilla de eso avanzó con dos aclamados mixtapes: “Number 1 Angel” y “Pop 2”. Este último volviéndose una adorada obra de tecno-pop, bañada en varias de las colaboraciones más vanguardistas que el rostro de la música pop haya habitado. Entre medio de dicha lluvia de música, además, traería al mundo el fenomenal y sórdido EP “Vroom Vroom”. Un año ocupado que marcaba la necesaria pregunta: ¿cuándo llegaría el mítico tercer larga-duración?
Tomó menos de dos años de aparente silencio – sin falta de sencillos – para que el sueño se volviera realidad. “Charli” es un cabezazo de personalidad y talento. La interprete, compositora y productora utilizaría todas sus herramientas a disposición para definir el sonido del pop del futuro. El LP define su propia perspectiva en un corte introductorio que ha sido definido como “una carta de amor a los fanáticos. “Next Level Charli” es el correcto paso principal del delicioso baile de pop vanguardista que espera en las siguientes catorce canciones.
Enceguecido en una simple, pero grandilocuente producción, cada canción es una maravillosa mezcla de capas musicales, las cuales no desperdician sus sencillas melodías para volverse menos artísticas. Los intensos bajos de “Gone” se alinean en la mejor colaboración del proyecto. Una decidida Christine and the Queens deja una tangible química sobre la escena del corte. Armonías gélidas que unen las voces de la francesa y la inglesa para elevar una de las mejores canciones de 2019. Aún cuando las colaboraciones se multipliquen a medida que la producción avance, Charli nunca pierde el timbre de su voz.
Las múltiples capas que empapan cada pieza viven entre múltiples arreglos y pistas. El álbum es una pieza única que solo puede vivir en los confines de una producción de estudio, pero abraza cada instante que puede para explotar sus ventajas. El intenso “Click” cierra con un intenso juego de sintetizadores que la interpreta ha definido como “el sonido de dos camiones monstruo teniendo sexo”. Fuera de las restricciones instrumentales, “Charli” es una magnánima obra de producción que se entiende a si misma como un trabajo sórdido de pop electrizante.
Incluso con su brutal atmósfera futurista, el álbum se entiende como un puzzle accesible, pegajozo y bailable. Entretenidas canciones como “1999” y “Blame It on Your Love”, son magnéticas melodías con dansables estribillos y potentes pulsaciones. Este última toma de base la canción “Track 10” de “Pop 2”, bañándola en arreglas más amigables y casi que desentendiéndola de su punto de referencia original. Aún cuando pueda sonar como una amenazante mezcla de explosiones neo-futuristas, el larga-duración es la perfección del arte comercial. Nunca pierde un solo ápice de intención artístico, pero es lo suficientemente accesible como para der consumido en su versión más superficial.
Su narrativa se conduce entre temas sobre identidad, nostalgia y amor. Mas en sus dulces y encantadores versos, Charli XCX evita los clichés e incluso abraza la naturaleza cursi de muchos de sus tropos. El corte final “2099”, es el lienzo que representa el sonido del pop por venir. Troye Sivan y Charli XCX – quienes también colaboraron en “1999” – viajan al futuro y nos traen un pequeño pedazo de este. Una pesada armonía de magnéticos ritmos distópicos. En algún sentido una representación del legado de Charli sobre la música, mientras es una definición del propio rostro de la interprete británica. Tal como indica su nombre, “Charli” es una expresión de personalidad y autoridad.
Charli XCX pudo haber hecho el intento más salvaje por un álbum pop del último periodo en su desgarrado tercer álbum. Instruyéndose junto a vibrantes productores alcanza un sonido único y característico. El extraño caso de un LP que bien podría correr suerte en los círculos más experimentales de la música alternativa, al igual que las radios de éxitos. Un conjunto de piezas musicales que dictan su nombre y memoria dando un psicodélico retrato de lo que es seguir apostando por trabajos artísticos más allá de lo convencional.
La interprete británica estará presentando este álbum en la tercera noche de la próxima edición del Lollapalooza en Chile.
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