No es sorpresa que la compleja situación climática está tomando relevancia en lo que respecta a las macro-crisis sociales actuales. Sumado a esto, las consecuencias socio-políticas derivadas del impacto de la destrucción del ecosistema debiese ser una constante colectiva que responda a la responsabilidad de comprometernos todas, todes y todos en el cuestionamiento y la reestructuración de nuestras rutinas, formas de pensar y relacionarnos con el contexto socio-ambiental, y por otro lado también, como actores sociales, debemos tomar la iniciativa infranqueable de emplazar a la clase política y a la élite empresarial sobre la supra responsabilidad en el detrimento de la biósfera y su nulo interés en actuar de forma inmediata ante esta urgencia mundial.
A modo de contextualización, según la Comisión Europea de Energía, Cambio Climático y Medio Ambiente, existen cuatro ejes que posibilitan vislumbrar la gravedad de la destrucción incesante del ecosistema:
1.- El clima global: Entre 2015-2019 se registró un alza de 1,1°C, lo que en términos sencillos se explica como una fractura en la estabilidad climática que conocemos desde tiempos pre-industriales (1850-1900).
2.- Incendios sin precedentes: El verano del 2019 se registró un alza en la propagación de incendios, esto a razón del deterioro del contexto natural funciona como una especie de caldo de cultivo en el inicio y propagación de estos incendios. A consecuencia de esto, el incremento en los incendios de bosques nativos y sectores urbanos, a junio del pasado 2019 se registraron cerca de 50 megatoneladas de carbono, lo que es el equivalente a todos los incendios producidos entre 2010-2018.
3.- Ciclones devastadores: Todas y cada una de las cuencas del hemisferio norte experimentaron una actividad muy superior a la constante, a su vez, el Pacífico Nororiental registró su mayor Valor Energético de Ciclones de toda su historia.
4.- Disminución continua del hielo marino y la masa de hielo: La extensión del hielo marino del verano ártico ha disminuido a una tasa de aproximadamente 12% por década durante 1979-2018.
“Emplazar a la clase política y a la élite empresarial”
Bajo esta visión panorámica de la situación actual, es sumamente complejo no entrar en colapso o pensar en el fin del mundo, puesto que nos guste o no reconocer, estamos en un punto de no retorno, un punto en el que es imperativo desaprender y reconfigurar nuestras formas de vivir, pero también tomar conciencia de que hoy, por muy mínima que sea, toda acción individual impacta en la lucha contra la emergencia climática. Es por eso que es de suma importancia consolidar una acción que no sólo sea mirar las cifras de la aniquilación de la naturaleza nativa, hablar con rabia e incomodidad sobre el uso indiscriminado de los recursos fósiles, sino que es necesario instalar el axioma de “lo personal es político” a todo contexto, ya que toda esfera es importante en la lucha colectiva frente al cambio climático, la aniquilación de la naturaleza y el detrimento a la biósfera.
Motivados por este sentimiento de incomodidad e insatisfacción es que emerge el grupo de acción política contra la problemática ambiental “Music Declares Emergency”, el cual desde la crítica al desinterés de la clase política, un pequeño grupo de músicos y profesionales de la industria musical se organizan desde la esfera artística como herramienta de concientización social. En la actualidad, la agrupación Music Declares Emergency o también llamados MDE, cuenta con el apoyo de más de 2664 organizaciones sociales y no gubernamentales, y también con el apoyo de 1385 artistas, entre ellos Radiohead, Foals, Hot Chip, Suede, The XX, Jarvis Cocker, The 1975 y una de las bandas más esperada de la décima edición de Lollapalooza, IDLES.
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A raíz de esta premisa, es que la agrupación británica por el cambio climático es enfática y manifiesta que por medio del ala artística y cultural, que es de suma importancia que gobiernos e instituciones digan la verdad respecto de la situación climática y la emergencia ecológica, esto a razón de que tenemos cifras, claves y datos que nos permiten acercarnos al centro de la problemática, sin embargo, hay mucha información que no conocemos con exactitud… ¿razones?, creo que ya las conocemos.
“Que gobiernos e instituciones digan la verdad”
Otra arista que defiende Music Declares Emergency, es la importancia de la biodiversidad, y sobre esto señalan que los gobiernos deben tomar un rol activo en lo que respecta a la acción política, social y sistémica sobre la pérdida de biodiversidad, y para esto manifiestan que es imprescindible alcanzar emisiones netas de gases de efecto invernadero antes de 2030.
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Sobre estas declaraciones de principios, la agrupación que difunde el slogan “No Music On A Dead Planet”, pretende configurar la articulación de la industria musical en la acción política y social que significa el activismo ambientalista, es por esta razón que desde la urgencia que amerita el llamado “caos climático” proponen que la interacción entre los músicos se reconfigure como una suerte de solidaridad colectiva entre el medio ambiente y la industria cultural, ante esto MDE comprenden que es de gran relevancia:
- Apoyarse mutuamente, compartiendo experiencia como industria colectiva y comunidad.
- Hablar abiertamente sobre el clima y la emergencia ecológica.
- Trabajar para que nuestras empresas sean ecológicamente sostenibles y regenerativas.
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A modo de síntesis, lo que plantea Music Declares Emergency no es tan solo una vuelta a la resignificación de la interacción de la industria musical en marcos de producción, difusión y divulgación musical, sino que también apunta a una crítica al sistema mercantil de lógicas brutalmente avasalladoras y aniquiladoras del ecosistema, que por consecuencia desarticulan a un tejido social, el cual en marcos netamente artísticos y culturales, también se ve afectado por estas relaciones de dominación entre la biósfera y las, les, los seres humanos.
Lollapalooza: Espíritu verde y sustentabilidad
Retomando el slogan de concientización colectiva utilizado por MDE “No Music On a Dead Planet”, resulta alentador reconocer que dentro de los shows que se realizan en suelo local, Lollapalooza le está otorgando relevancia a la necesidad de repensar estas formas de hacer y disfrutar de la música en vivo, reconfigurando esta relación que tenemos, tanto como espectadores, medios, músicos y el contexto medioambiental.
Tal como ha planteado Music Declares Emergency, la esfera musical también tiene alto porcentaje de responsabilidad en las altas emisiones de dióxido de carbono, tanto a nivel de difusión y divulgación, como a nivel de presentaciones en vivo, es por esto que entre las potencialidades que tiene Espíritu verde en Lollapalooza es la relevancia de concretar iniciativas sustentables donde todas, todes y todos los actores somos responsables en la materialización de esta propuesta eco-friendly.
“No Music On a Dead Planet”
Entre la amplia gama de actividades y presentaciones que posee Lollapalooza, encontraremos a Aldea Verde, donde se hace extensiva la invitación a reflexionar, informarse y aprender sobre las distintas dimensiones de la sustentabilidad, esto en favor de la impronta en la necesidad de la tomar de conciencia sobre el estado actual del “Caos Climático”, y también conocer diversas propuestas que se están desarrollando a nivel global respecto de las soluciones a este cambio climático y este punto de no retorno.
Por otra parte, como Espíritu Verde Lollapalooza tendrá Rock&Recyle, programa que se ocupará principalmente de promover el axioma de la cultura del reciclaje y las prácticas sostenibles que permiten dar sustentabilidad a esta décima edición de Lollapalooza, puesto que proponen como meta ser un festival con cero residuos.
Ante esta articulación del mundo artístico y cultural con la esfera activista y medioambiental, es que es oportuno repensarnos a nivel individual, cuestionar parte de nuestras prácticas, y así como la música también es política y es acción, como sujetos también debemos comenzar a repensar la acción política del cuidado del ecosistema como una suerte de emplazamiento al sistema mercantil que opera desde la lógicas de lo desechable, como una forma de organización piramidal entre la pérdida de un objeto por detalle, y la compra innecesaria de un objeto por pérdida. Ante este contexto se hace necesario hacer extensiva la invitación a que si bien, gran parte de nuestros artistas favoritos, se están sumando al cambio, le están dando la relevancia a la emergencia social y política del caos climático, ¿por qué nosotros no nos sumamos al cambio?, y por otro lado y no menos importante es que, si la industria musical a diverso nivel está tomando protagonismo en la difusión, divulgación y concientización de las problemáticas socio-políticas que devienen de la emergencia ambiental, ¿por qué no somos nosotros quienes apoyen estas causas y emplazamos a la élite empresarial y política en la resolución sustancial e inmediata de esta emergencia?