Hace aproximadamente un mes, nadie menos que Chelsea Wolfe adelantó su regreso discográfico con un fortuito álbum acústico que se llamará “Birth of Violence“. Tan solo podemos adelantar la sensibilidad y melancolía que este álbum nos podría alimentar en su totalidad, la cual va fuertemente ligada a la visualidad que la artista nos ha deseado mostrar en esta ocasión con su dirección audiovisual. Intentando descifrar esta arista visual de Chelsea, indagaremos en sus referentes para construir el imaginario que nos trae “Birth of Violence“.
No es el azar el qué ha moldeado la estética de Chelse Wolfe, desde la paleta de color que ronda por las escalas de grises hasta portadas que desbordan la oscuridad de su superficie, la artista desde la tenacidad de su imagen ha invocado una fuerza surreal. Manteniendo esta perspectiva estética, cada álbum ha evocado su propia fortaleza dirigida hacia el retrato tradicional, aunque esta vez no es diferente, la cantautora nos ha develado el imaginario visual que se hace cargo de esta nueva experiencia. Con obscuras referencias hacia el cine y la Historia del Arte, “Birth of Violence“ densifica su espectro de colores.
“Summer with Monika” de Ingmar Bergman, “Picnic at Hanging Rock” de Peter Weir estrenada en 1975, Joan of Arc, John William Waterhouse, los retratos de Julia Margaret Cameron y la carta de tarot de su colección personal elegida al azar llamada the High Pristess; todo aquello convoca el imaginario que sirvió como referencia visual tanto para la portada, el atrwork adyacente y ambos vídeos.
“American Darkness” dirigido por Karlos Rene Ayala revela justamente cómo estos instantes van apareciendo como sutiles antecedentes en la narrativa, la doble exposición por ejemplo hace una clara alusión a “Picnic at Hanging Rock“. En “Be All Things” podemos ver cómo la artista busca contextualizar una época en lo contemporáneo, desde los retratos en primera plana utlizados en toda la narrativa hasta el aparente uso de fotografía de gran formato en las sesiones de imagen fija. La paleta de color que engrandece los matices de gris también es un factor fuerte en la narrativa, la cual también propone una dirección hacia el retrato femenino en la Historia del Arte, no solo por las referencias que nos ha planteado sino el contexto desde donde nos muestra aquellos. La mujer, la naturaleza y la vestimenta parecieran tener una fuerte presencia en estos acontecimientos.
Si bien podemos ver ciertas cercanías con lo que anteriormente Chelsea Wolfe nos ha mostrado en cuanto a imágenes, cada vez nos muestra un matiz más diferente del espectro donde se inserta. Las imágenes de Wolfe en este nuevo LP fluyen como pictóricas, recordándonos a Sir. John Everett Millais con “Ophelia” en muchos instantes o a la adaptación cinematográfica de 2005 de “Pride and Prejudice“. Todo aquello se conecta fuertemente con la inclinación retratista que se plasma en los vídeos, inclinación hacia lo femenino como la fuerza central de estas fotografías, que aparecen desde la potente selección de imágenes, Juana de Arco JM Cameron por ejemplo.
Es interesante como con apenas tres singles y el lanzamiento de la portada ya nos podemos acercar a la dimensión conceptual y a la visualidad que ésta conlleva cuando hablamos de “Birth of Violence“. Lo también pregnante es cómo la artista a través de sus redes sociales nos ha indicado referencias muy asertivas respecto de la dirección visual, que destellan cómo nos muestra un imaginario que construye con precaución. Los referentes aquí planteados nos ayudan a expandir su contexto visual, así como también nos muestran desde dónde Chelsea piensa esta construcción narrativa.
Con un booklet de 12 páginas que serán tomadas de estas sesiones, Wolfe nos cautivará con la edición física de su séptimo álbum de estudio – contando “Unknwown Rooms” – y hoy hemos visto solo una pincelada de aquello. La fecha es el 13 de Septiembre para adentrarnos por completo al imaginario sensible y catártico que insinuará el comienzo de un potente recorrido hacia el retrato femenino.