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Reseñas

Death Grips – Exmilitary: Caos primitivo, visceral y digital

El trio da sacramento de inicio a su carrera con un debut inolvidable, en el que sus primeras fuentes de inspiración son el caos y la adrenalina.

Desde su origen, Death Grips ha sido un fenómeno que regurgita lo digital, creando sonidos inéditos que se sirven de los recursos del ciberespacio, donde estallan en un visceral caos. Y tal como el internet ha sido una de sus principales influencias, también lo son una enorme cantidad de géneros y actos clásicos que aquí convergen, en donde destaca una producción entre demoníaco hip-hop, math rock y pasajes que parecen provenir desde lo más perverso de The Prodigy. 

La banda se formó el 21 de diciembre del 2010, fecha en la que grabaron su primer single “Full Moon (Death Classic)”. Solo algunos meses después, el 27 de abril del 2011, lanzan su álbum/mixtape debut “Exmilitary”. Un plan tan diverso como enigmático, cuya espontánea génesis les constituyó con una inexplicable sinergia.

Este misterioso proyecto, “Exmilitary”, queda fuera de los grandes servicios de streaming. Soundcloud es preferencia, y en menor medida vídeos alojados en YouTube, con menor nitidez sonora y distinto pitch. Después de 10 años, este debut se mantiene como uno de los proyectos más venerados del trío de Sacramento. Puede que sean sus clásicos sampleos, que van desde David Bowie hasta Magma; o quizá la visceral energía que sus miembros desprenden con las crípticas líricas de MC Ride (aka Stefan Burnett), la insana batería de Zach Hill y la exaltada producción de Andy Morin. Independiente del motivo, al volver la mirada hacia “Exmilitary” podemos revivir y palpar la energía cruda con la que arrancaron, con la que rápidamente se convirtieron en íconos de culto. 

La introducción tiene como invitado especial a Charles Manson, con el sample de una de sus entrevistas televisadas. Así, “Beware” comienza instalándonos sin preámbulos en un escenario distópico, donde todos los elementos de su composición se funden en un enorme coloso que desborda energía; un innovador paisaje sonoro de alta densidad, que cumple con gracia su rol introductorio. A continuación, “Guillotine” llega a quebrar la narrativa anterior, track constituido de lentas oleadas de tensión que se liberan como latigazos por medio de los furiosos gritos de MC Ride. Es durante estos adrenalínicos pasajes que el conjunto encuentra su elemento, en una constante inyección de adrenalina que es parte de toda su discografía.

“Spread Eagle Cross The Block” muestra otra posibilidad de la explosiva ira del trío, entre sencillas guitarras –sampleando a “Rumble” de Link Wray – y la voz de Stefan Burnett. Son las líricas de este último las que más destacan, no solo por mantener la intensidad que arrastra desde los tracks anteriores, sino por su capacidad de fundirse con la producción del álbum para convertirse – como bien ejemplifica “Cut Throat (Instrumental)”– en otro instrumento en la mezcla.

Estos primeros momentos de “Exmilitary” nos demuestran la facilidad con la que el trío puede situarnos a través divergentes paisajes, ya sea creando nuevos universos o emprendiendo viajes de regreso. De esto último se encarga “Takyon (Death Yon)”, que nos devuelve al claustrofóbico espacio que presenciamos en “Guillotine”; una energía que explota en segmentos, con un tempo que permite arreglar cada silencio como si de un suspiro se tratase, el cual se enmudece a través de siniestros gritos turbulentos.  

“Klink” y “Culture Shock” siguen tejiendo la oscilante tensión del álbum, la que no es según la intensidad del sonido, sino que acorde a la sensación que este evoca. Ambos tracks sirven como una revisión de lo que hasta ahora Death Grips ha presentado, concentrándose en otros posibles destinos de estos paisajes: entre lo frenético y la reflexión. Luego, el interludio “5D” opera como una entrada a otra dimensión (como literalmente lo indican sus letras), a la que ingresamos luego de una distorsionada versión del riff de “West End Girls” de los Pet Shop Boys. El siguiente paraje desarma cualquier expectativa, pues “Thru The Walls” comienza con una irónica y festiva percusión, complementada por un trillado air horn que hace la sátira más explícita. El track resulta ser un asombroso contraste frente a lo críptico de escenarios anteriores, y nos recuerda el carácter experimental e innovador del proyecto.

Al comenzar la sección final, “Known for it” invita a un paisaje oscuro y menos urgente, pero manteniéndose igual de robusto que los ominosos capítulos previos. Liderada por los bajos de “De futura”, nos permite indagar en la composición lírica de MC Ride, la que se componen de una misteriosa sustancia que debe filtrarse a través de oscuros códigos. Este penúltimo track contiene varios de los tópicos que Death Grips trabaja tanto en este debut como en el resto de su discografía, entre consumo de drogas, códigos ininteligibles, simbología críptica, y un bizarro sentido del humor que se complementa a sus constantes referencias sexuales.

Ya al finalizar, “Blood Creepin” mantiene las agresivas y desafiantes líricas en una historia de persecución, mezclada con paranoia y consumo de drogas. No obstante, aquí nos encontramos con uno de los pasajes instrumentales más cautivadores de todo el mixtape, gracias a una melodía atemporal que sirve como perfecto cierre. 

Death Grips es una banda enigmática en aspectos que trascienden a lo musical, siendo entes casi anónimos producto de la casi limitada relación que mantienen con el público. Un enigma que también se traslada a las interpretaciones que podemos tener de sus proyectos. En el caso de “Exmilitary”, articular una reflexión certera respecto a los dichos o acontecimientos de este mixtape es, de algún modo, un acto fútil. No porque los temas aquí tratados carezcan de importancia o sentido; muy por el contrario, pues sabemos que están trabajando con códigos que permiten más que una sola lectura, por lo que sus crípticos mensajes se abren según la experiencia de quien les oiga. La única certeza con la que contamos es la repetición de sus tópicos, la que nos permite identificar un patrón en la dirección lírica: anarquía, muerte, suicidio, abuso de drogas, y cómo lidiar con los poderes abominables que rigen a la condición humana. 

Un conjunto cuya etiqueta de hip-hop experimental les envuelve como a la punta de un iceberg, describirles es una tarea innecesaria cuando los mismos lo han hecho quizá de forma accidental. En uno de sus singles del 2012, “True Vulture Bare”, MC Ride crea la idea del future primitive digitala través de las líricas del track. Y es esta una categorización que parece sentarles con mayor comfort, pues entre paisajes sonoros que remiten al ciberespacio y los nuevos medios, se encuentra un núcleo primitivo de energía visceral, la cual es la primera herramienta del conjunto hacia su avatar musical. Una banda que, desde su inicio, quiebra todo con fuerza bruta, sean las normas implícitas a las que se adhiere un conjunto o a los límites musicales a los que un género se abstiene: Death Grips derriba al mundo casi por accidente, como consecuencia de ser una bestia avasalladora.

Caos ominoso en una revuelta digital; el destello de una estrella del submundo.

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Artista visual. Expandiendo los gustos de la Cancha General.

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