Los astros del indie rock de la nueva década quiebran un silencio de cuatro años con su nueva aparición. Después de un demoledor ascenso en los últimos años, se encontraron en un terreno cálido con su penúltimo álbum “Fading Frontier” (2015). Que si bien satisfacía las necesidades de sus fanáticos, quedaba corto frente a publicaciones previas. Entonces la expectativa se armó con el paso del silencio. ¿Qué podía estar planeando Deerhunter que necesitara cuatro años de pausa? La respuesta quizás no sea la que todos estábamos esperando.
Después de años y discos de perfeccionar un sonido, es difícil sacudírselo por completo. No obstante, aquello que aparece en “Why Hasn’t Everything Already Disappeared?” (2019) está lejos querer dejar ir sus influencias. Por el contrario, el cuarteto abraza su sonido con toda la fuerza de sus cuerpos. Entre melodías barrocas de art rock e indie rock, introducen uno de sus álbumes más seguros, pero no por ello menos bueno.
Desde los dulces pianos de “Death in the Midsummer” hasta la cálida “What Happened to People?”, el intenso olor a armonías alternativas de la nueva década se dejn ver en toda arista. Los pulsos son lentos y el uso de guitarras se acota a armonizar aquello que otros instrumentos pueden protagonizar. La progresión del corte introductorio explota levemente en un estribillo entretenido y sutilmente pesado. Con una vívida voz, Bradford Cox canta: “Hay una voz que me llama / Hay una luz que me quema”.
En uno de sus mejores composiciones, “Futurism” presenta una canción sin coro, solo tres versos apocalípticos sobre un presente plástico, y un amor perdido en las sombras del futuro. El suave sintetizador envuelve la melodía principal, entregándole un carisma frenético. Un recuerdo de los mejores momentos de “Halcyon Digest” (2010). Pocas instantes en el álbum se extenderán sobre los dos o tres minutos. Una gran porción de canciones rápidas y directas.
A ratos juguetearán con pulsos un poco más bailables. Inspirada en la última película de James Dean, “Plains” está a pasos de cerrar el álbum, metiendo ritmos de dance punk y montajes de sonidos. Hacia el final del álbum “Nocturne” aparece con un ritmo lento y cautivador, que lamentablemente se extiende hacia los seis minutos, perdiendo completo interés del auditor cuando el LP ya debería estar dando la despedida.
Realmente poco en “Why Hasn’t Everything Already Disappeared?” es digno de mencionar por sobre trabajos más extraordinarios de la mano de Deerhunter, pero en el contexto de una fantástica discografía, cómo podríamos enunciar eso como algo negativo. Sin la frescura de la innovación, el último larga duración del cuarteto estadounidense es una sólida producción de indie-rock. Acompañado por energéticas interpretaciones, el grupo está listo para abrazar lo que sea que llegue con el paso de la próxima década.
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