Fue en pleno 2017 cuando Josh Tillman decidió deslumbrar a la humanidad con su tercer larga duración “Pure Comedy”. Un trabajo teatral, melancólico y sarcástico. Envuelto en una irónica poseía y racionadas dosis de megalomanía. En donde el cantautor se presentaba a sí mismo como un mesías, el hombre detrás de todas las respuestas, desbordante en conocimiento. En fuerte contraste, al momento de componer su cuarta producción, Father John Misty desarrolla una personalidad compleja e íntima. Lejos del dramatismo, entregado en un ser roto y débil.
La cercanía de Tillman a la religión no se limita a su seudónimo artístico. En sus años de juventud el cantautor estuvo cerca de convertirse verdaderamente en un pastor. No obstante, su choque con la espiritualidad lo llevó por otra senda y -curiosamente- la falta de un Dios en su vida fue volviéndose en un segmento cada vez más importante de su día a día. Previo a entrar al mundo de la música, Tillman se consideró a sí mismo el “cliente favorito de Dios”. Un título tan envuelto en ego como optimismo. Sin embargo, lejos del pretencioso nombre bajo su brazo, el álbum toma posición de un ser frágil y falto de esperanza.
Como foco principal, la religión toma fuerte protagonismo desde los primeros acordes de “Hangout at the Gallows”. La dulce línea de bajo sesentera se acomoda con diversos ritmos de batería y suaves acordes acústicos. “Mira amigo, Noé viene en camino” es una visión tristemente apocalíptica. El dicho dice que en la mesa no se debe hablar ni de política ni de religión, no obstante Tillman se encarga de desafiar este principio preguntando directamente por ellas en el estribillo. A su par un coro de voces y arreglos de cuerdas brindan de bella teatralidad al corte. Una herencia directa de “Pure Comedy” aunque empleado de forma más directa. Donde el constante movimiento de la batería causa una hipnótica armonía y la producción está en su punto más alto. Equilibrada y deslumbrante.
El cantautor desliza constantemente metáforas de espiritualidad entre símbolos de una vida de espectáculos. “The Palace” se centra en el hotel en donde fue compuesto el álbum. El tema narra la vida de un hombre alejado del mundo exterior. Cual Buddha, Tillman se siente aislado y melancólico. Los acordes de piano se mueven entre los dedos del autor, mientras una pesimista voz canta delicadamente. Por otro lado, el corte homónimo toma una visión ligeramente más animada, aunque no menos deprimente. El piano sigue sosteniendo la línea principal, mientras en otra vereda, Misty habla directamente con un Dios en el que no cree para preguntar “¿por qué me has abandonado?”. Influenciado por sus orígenes evangélicos, el estadounidense entrega una mirada desecha acerca de la falta de un propósito en su vida.
A su vez, Josh no pierde tiempo en hacerse cargo de su figura pública. “Mr. Tillman” mantiene su narración desde una tercera persona, señalando su rostro como la estrella de rock qué es. Un corte adictivo que tiene el descaro de señalar en el coro el como se siente tan bien al punto de estar arriba de todo lo que le rodea. Posiblemente una referencia al uso de alucinógenos, aunque más probablemente una apreciación directa del mito de su persona como un ser megalomaniaco. Como sea, Tillman adorna cada estrofa con toques de humor, encargándose de ser lo suficientemente irónico como para mostrarse de forma más patética que estelar.
Siguiendo una posición externa, en “Please Don’t Die” el narrador toma la visión de su esposa para pedirse a sí mismo que “por favor no mueras”. El cantautor no agota momento en recordar lo fundamental que es su pareja como pilar en su estabilidad emocional. Con un crudo sentido del humor, “Disappointing Diamonds Are the Rarest of Them All” explica que “un amor que dura para siempre no puede ser tan especial”. Un tipo de narración que ya había perfeccionado para su sofomoro “I Love You, Honeybear” (2015). Father John Misty conjuga majestuosamente una serie de cortes dulces de amor y melancolía, cada unos dotados de potencia y emotividad.
El álbum progresa energéticamente entre dulces canciones de amor y tristeza por la mayor parte de su duración. Llegando al final es donde quizás se encuentra con el segmento más débil de su composición. “The Songwriter” y “We’re Only People (And There’s Not Much Anyone Can Do About It)” abusan de la fórmula del cantautor. Sin ser temas especialmente mediocres, son las piezas menos destacables en un trabajo repleto de brillantes composiciones y divertidas narraciones. Un final decepcionante, que de todas formas no logra consumir la magnificencia con la que Josh Tillman se mueve entre sus melodías y guitarras.
Cuando hace un año Father John Misty advertía sobre un futuro cómico, aunque oscuro. En la actualidad el compositor deja de mirar hacia adelante y en su lugar mantiene una constante conversación consigo mismo. “God’s Favorite Customer” es un melancólico relato sobre desesperanza, amor, fama y religión. Todas las aristas que de una u otra forma componen al artista detrás de la voz principal. Bajando las revoluciones, cada corte es simple aunque efectivo, rememorante de los primeros años del estadounidense, aunque con toda la madurez y sabiduría de los años encima. La travesía de un hombre descubriendo su propio dolor y abriéndose de la forma más emocional que un padre puede hacerlo.
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