Foo Fighters han mantenido una potencia efervescente desde aquellos inicios solitarios en 1995. Han pasado 8 álbumes en 20 años, 20 años que han hablado por sí solos desde la experiencia y el progresivo pero consistente crecimiento de su audiencia. Comienzan como el proyecto de un ex Nirvana y han alcanzado un público en vivo de 100.000 personas aproximadamente. Fue el 15 de Septiembre de 2017, a 22 años de la primera aparición terrenal, que Foo Fighters golpea con su LP de resistencia política “Concrete and Gold” y uno de los álbumes que nos traen finalmente a Chile este 18 de Marzo a Lollapalooza Chile.
Luego de un extensivo tour bajo el ambicioso proyecto “Sonic Highways” surge el accidente de Dave Grohl en Suecia por Junio del 2015, lo cual resulta en un posterior hiatus de seis meses, inicialmente destinado para un año, pero la esquizofrenia musical de Grohl no lo permite. Aquellos seis meses pasan con una fractura bastante intensa que limita su movilización atendiendo periódicamente a terapia física, aunque Dave pretendía estar un año sin actividad musical se rinde en su cometido y comienza la escritura de “Concrete and Gold”. La composición y escritura de éste nuevo larga duración se sumerge en uno de los períodos más controversiales de los 2000 para Estados Unidos: la era Donald Trump.
Dave Grohl nos aclara:
“Veo todos los períodos en lo que he escrito letras y todas tienes sus propias referencias y fases diferentes. Esta vez fue bastante claro: soy padre ahora y tengo que considerar muchas más cosas que antes, y creo haberme dado cuenta de que ya no somos tan libre como antes. En todo sentido. Es decir, a medida que la escena política empezó a calentarse en Estados Unidos antes de las elecciones se hizo evidente que había muchas más amenazas sobre todas nuestras vidas de las que había considerado antes. Estoy mirando un candidato que posee un descarado desprecio hacia nuestro futuro ambiental, hacia los derechos de las mujeres, diplomáticamente… Tengo tres hijas que van a vivir décadas más que yo, ¿cómo van a vivir a menos que hayan cambios progresivos y positivos?“.
Novena aparición de los estadounidenses bajo RCA Records se sumerge en la producción de Greg Kurstin, productor reconocido por trabajos con Adele, Lily Allen y SIA, y el cual jamás había armado un proyecto fuera del pop. Una jugada cercana a lo Queens Of The Stone Age “donde los extremos del hard rock y las sensibilidades del pop se encuentran” como los mismos Foo lo describen.
11 temas en 48:17 minutos grabados en EastWest Studios de Hollywood se sumergen como “la versión de Motorhead del ‘Sgt. Pepper’ ” o “Slayer tocando Pet Sounds” para adentrarse entonces en un Foo Fighters con 6 miembros: Dave Grohl, Taylor Hawkins, Pat Smear, Nate Mendel, Chris Shiflett y el tecladista desde 2005 y hoy miembro oficial Rami Jaffee.
“T-Shirt” es el tema de apertura de este noveno álbum, un tema acústico en principio que luego revienta nuestros sentidos para así poder dar paso a “Run” el gran primer himno. Su comienzo es ameno y hasta un tanto dramático, sus versos van aumentando para llegar a un riff de increíble potencia. Con un overdrive saturado Grohl se sumerge en screams a lo “White Limo”, contrastando aquella dulzura inicial con estos pasajes concretos y directos, una estructura Foo Fighters pero colmada de giros centellantes y texturas nuevas. El post hardcore de sus versos se enfrenta a gritos de desesperación por el futuro del país, esperanza versus desesperación para formar este tema digno de estadio, texturas entremezcladas con aquella potencia anhelada y necesaria que se aproxima a la frustración política del nuevo EEUU.
“Make It Right” se despeja con una entrada que se asemeja al country quizás para abrir tales primeras estrofas muy a lo Led Zeppelin. No se adentra como una anomalía en el espectro Foo Fighters, pero sí es un tema lujurioso y burbujeante que continúa con aquel recorrido desesperado, consiguiendo capas que nos devuelven a los 70 y 80 en ciertos destellos. cabe mencionar las voces secundarias que aportan en las armonías Juatin Timberlake, quien compartía estudio con la banda, referencia que no trazaríamos con facilidad pero que sí se inserta como una jugada interesante.
“Sky Is A Neighborhood” se presenta como el cuarto tema, uno que ya habían adelantado con un producido vídeo. Este tema se acerca un desde un hook muy blues con un refrán infeccioso “Banging on the Ceiling“, se presenta con una sección rítmica bastante concisa y esta canción crece apasionadamente para aumentar su calidad densa. La producción vocal es cruda y beneficia el corte general de esta propuesta.
Su sucesor “La Dee Daa” podríamos insertarlo como el segundo himno que arde en potencia. La cantante y multi-instrumentalista Alison Mosshart (The Kills, The Dead Weather) se añade como segunda voz en este track, aportando desde la lejanía con su potente voz. Aún así su voz se ve sumergida en esta densa red instrumental y con la misma voz de Grohl, logrando hacer de sus apariciones unas un tanto imperceptibles. Sin embargo, este tema aparece para densificar este ambiente con una densidad que se siente desde las primeras guitarras. Políticamente cargado en sus versos “La Dee Da” contiene todo aquello que ha hecho de esta banda una inflexión en el rock de radio, con referencias sneaky a otras bandas su explosión se encuentra en el ambiente político con un coro inmediato.
Otros de los destellos de este álbum son “The Line” y “Arrows“. La primera es un acercamiento dramático como es la receta para la banda, pero con una melodía cercana y burbujeante, nos recuerda a temas del “Wasting Light”a ratos. “Arrows” por su parte compone aquellas luces del antepenúltimo LP, con versos desesperados y dulces voces que destellan de Grohl. “Sunday Rain“, no su más eficaz jugada quizás sí posee elementos audaces: la voz de Hawkins y la batería de Paul McCartney, un track con agradable en sus gestos pero que no resaltan lo suficiente.
Hacia la segunda parte de este álbum pareciera que la potencia se agota un poco y los temas se ven sumergidos en clichés musicales. Aún así, Foo Fighters se mantiene con relevancia al menos consistentemente en los primeros 6 temas, los cuales nos hablan de un álbum con riffs densos destellando exquisitas armonías vocales. Grohl es un liricista efervescente en su mayoría, comprende el futuro de EEUU y la ardiente atmósfera política en la que se han visto inmersos como ciudadanos, un compositor lírico que creemos no ha agotado su efervescencia escrita.
La desviación musical de su anterior álbum se ve en parte redimida con esta muestra, con un flujo menos parcelado y certero. Nos presentan texturas de diferentes sensibilidades, sintetizaciones que aportan a su potencia, densos pasajes post hardcore con screams lujuriosos. Dulce y ácido, desesperado y esperanzador, con altos y bajos, destella aquel oro como aquel concreto. “Concrete and Gold” nos sumerge en apariciones de codicia, de deseos prometedores y de encuentros viscerales.
Foo Fighters se presentarán este próximo viernres 18 Marzo en el festival Lollapalooza Chile.