Hace menos de un año “Petals For Armor” nos cautivaba como el álbum debut de la implacable Hayley Williams. Aquella aventura era una obra que liberaba las sendas emocionales y personales de la artista, en una jugada audaz por una carrera solitaria en una era pandémica. “FLOWERS FOR VASES / descansos” es entonces, el segundo álbum y la contraparte acústica del primer acontecimiento, evocando las sutilezas propias de las serenatas de Hayley con una narrativa que propone la composición como una forma de sanación.
Para este álbum la apuesta no es menor, Hayley Williams se encuentra como la instrumentalista, vocalista y compositora de todas las canciones aquí presentes, siendo así producido por Daniel James y grabado por la artista en su casa en Nashville. Si su álbum debut proponía temas tan ácidos y robustos como “Cinnamon” que rondaban entre el baile desenfrenado y la depresión como tema, “FLOWERS FOR VASES / descansos” es una experiencia completamente opuesta a nivel sonoro. Esta narrativa es suave en su recepción e igualmente densa en sus componente lírico, volcándose nuevamente hacia los fragmentos de una relación deshecha, con una perspectiva deslavada y calma.
Los dos pasajes introductorios que nos muestra Williams, nos demuestran una real eficacia acústica y sentimental; “First Thing to Go” por su parte advierte en su sutil crescendo una sensibilidad desde los susurros vocales, que apuntan directamente a la visceralidad de quienes escuchan. “My Limb” llega a encontrar las partes más texturadas de esta experiencia, apuntando a una composición monocromática y coros monótonos para elevarse como uno de los tracks más interesantes en esta propuesta.
Si “Asystole” opera en la misma sintonía que los temas anteriores, “Trigger” y “Good Grief” decaen como instancias predecibles en el relato coloreado de rosa de Hayley Wlliams. Son momentos prescindibles que llegan a contar la misma historia desde un lugar menos eficientes, recurriendo nuevamente a los susurros pero sin la efectividad y cuenta visceral anterior.
“Over Those Hills” encuentra el concilio desde un POV electrificante con un fuerte dominio narrativo y melódico, siendo una canción que se eleva por su interesante burbujeo. “HYD” nos lleva por territorios similares, iniciando con una especie de anécdota en la grabación del track. La performatividad vocal si bien continúa por los rumores aterciopelados de su voz, este pasaje es una honesta y fresca manera de acercarse al mismo motivo temático. Con armonías coloridas Williams en pocos minutos vuelva su propia narrativa hacia la vulnerabilidad honesta convertida en serenata impetuosa.
En muchas partes de este álbum se evoca la intensidad y propuesta del “Self-Serenades” del año pasado, un EP que jugaba por el álbum debut en forma acústica, serenatas para la soledad. Si antes Williams narraba a través de sus melodías, hay momentos e este álbum en que aquella cualidad se va perdiendo de forma inoportuna por la aparente repetición de temas y la misma monotonía vocal. No hay duda que la artista es una de las mejores vocalistas de nuestra generación, pero es en esta forma acústica que el recurso del susurro funciona mejor en ciertos momentos que en otros.
Dicho esto, los momentos más altos del LP son aquellos en que este susurro deliberado se aferra a la cualidad visceral propia del lenguaje de Williams y apunta composiciones ágiles y aún acústicas. Este álbum se propone como una incursión hacia el bedroom-pop con tintes de folk, en una jugada bastante intrépida por la composición y performance que toma Hayley Williams, siendo ella la artífice de sus propias composiciones, de principio a fin. Es una propuesta que apunta realmente a la carrera solista propiamente tal, y el total control creativo de su narrativa. Pero, ¿funciona como experiencia de larga duración?
A decir verdad, los momentos altos de esta experiencia son monumentales y sensibles, pero entre aquellos cortes hay pasajes que decaen en ímpetu y espíritu. Pareciera ser que esta interesante propuesta acústica hubiera funcionado mejor en formato EP, siendo eficaz en cada momento con una precisión visceral sensata y potente. Aún así, este momento en la discografía de la artista es interesante y vuelca sus propias expectativas artísticas y conceptuales, dejando su camino abierto a un sinfín de posibilidades compositivas aún por descubrir.
Etéreo y personal, “FLOWERS FOR VASES / descansos”, logra posicionarse como la real contraparte sonora del debut, uniendo el relato a través de la vulnerabilidad presente en las flores como eje temático. Desde una portada por la fotógrafa Lindsey Byrnes que busca tintes rosas en un burbujeante contexto, podemos ocupar esas claves para descifrar las intenciones compositivas de Hayley Williams, quien siempre se propone como una música que contiene lo visceral y lo sutil a flor de piel.